Batalla de Lucena y captura de Boabdil (1.483)

Tras hacerse con el poder en Granada, Boabdil buscó una victoria sobre los cristianos que le reivindicase frente al pueblo, y emular así la victoria que había conseguido su competidor, Muley Hacen el Zagal que había derrotado a las fuerzas cristianas en la Axerquía.
Para poder conseguirlo, su suegro, Aliatar, le aconsejó que atacase Lucena, localidad que se encuentra cerca de Loja, al saber que estaba en su mayoría desguarnecida.
A comienzos de abril Boabdil y su suegro Aliatar consiguieron reunir en Granada unos 1.500 jinets y 7.000 infanes para atacar a los cristianos pero el alcaide de los Donceles don Hernando de Argotese se encargó de la defensa y tuvo que pedir unos refuerzos al conde de Cabra don Diego Fernández de Córdoba y Carrillo de Albornoz.
En la mañana del 20 de abril de 1.483 Boabdil se presenta por sorpresa ante la fortaleza de Lucena y el alcaide Diego Fernández de Córdoba ordenó que rápidamente se encendieran hogueras en lo alto de la torre atalaya para así alertar a su tío el conde de Cabra.
Boabdil situó a sus tropas al noroeste de las murallas, para evitar que fuera cogido por sorpresa por retaguardia en caso de que llegaran socorros de los cristianos desde Cabra.
Pero perdió el factor sorpresa esperando a que se le incorporaran el resto de tropas abencerrajes que se habían ido a llevar a cabo una cabalgada de saqueo por las tierras circundantes.
Cuando regresaron los abencerrajes y el ejército granadino se dispusieron a atacar, el alcaide castellano decidió tratar de ganar tiempo ofreciéndose a la negociación de una capitulación.
Mientras, los de Cabra ya habían reunido a sus tropas con el fin ayudar a los de Lucena y al enterarse de que se acercaban los refuerzos cristianos y podía quedar atrapado entre dos fuerzas enemigas, Boabdil abandonó el lugar y marchó en dirección a Granada.
A la una de la tarde del mismo día 20 de abril los granadinos se detuvieron tomándose un descanso en el campo de Aras mientras cinco destacamentos de jinetes montaban guardia.

Batalla de Lucena
Mientras comían fueron avisados por un destacamento de jinetes de que las tropas del conde de Cabra y del alcaide de Lucena se les echaban encima y sin tiempo para volver a emprender la retirada ordenadamente, Boabdil decidió formar a sus tropas en orden de batalla y luchar allí mismo.
Formó a toda su caballería en dos grupos para así cubrir la retirada de la infantería, el botín y los prisioneros que se dirigieron en dirección al río Genil.
Los cristianos dividieron tambien sus fuerzas, la caballería lígera intentaba envolver a los nazaríes y la caballería pesada e infantería se encargaron de perseguirlos.
En la primera acometida de la batalla de Lucena los cristianos mataron a una treintena de los caballeros granadinos más importantes pues con ello consiguieron que Boabdil pudiera retirarse.

Batalla de Lucena (1.483). Despliegue de fuerzas
Durante la segunda acometida de la batalla de Lucena, la caballería ligera cristiana (E) trató de envolver a la caballeria del flanco derecho nazarí e intentar impedir el cruce del vado, mientras la infantería castellana (F) presionaba todo el frente nazarí y la caballeria pesada (G) caragaba por el centro para romper la línea.
La línea nazarí se rompió y sus soldados se dieron a la fuga como pudieron pues el famoso Ali al-Atar murió combatiendo y el sultán Boabdil trató de huir, pero su caballo se quedó atascado en el fango de la ribera del arroyo llamado Martín González.
El sultán granadino descabalgó y se escondió entre la espesa vegetación y así pasar desapercibido pues de poco le sirvió ya que fue visto por un peón de infantería llamado Martín Hurtado, que armado con su lanza consiguió acorralar a Boabdil, evitando que huyera y con la ayuda de otros infantes consiguió reducirlo.
Por el lujo de la vestimenta, los peones dedujeron que el prisionero era sin duda alguien muy importante y tras ser preguntado por su identidad el joven sultán trató de ocultarla, respondió que era el hijo de un rico noble de Granada.
En ese momento llegó al lugar el alcaide Diego Fernández de Córdoba; éste le puso una banda roja como distintivo de que era un prisionero y lo envió con otros más a una mazmorra del castillo del Moral, en Lucena.
En los días siguientes fueron capturados más moros y al ser trasladados al castillo de Lucena, algunos de ellos se postraban ante el sultán tratando de disculpar su actuación.
Esos gestos propiciaron que Boabdil fuera identificado y cuando conocieron la noticia, los Reyes Católicos finalmente encerraron a Boabdil en el castillo de Porcuna; la torre que sirvió de prisión al joven sultán desde entonces la conocemos como “la Torre de Boabdil”.
Boabdil fue liberado y firmó una tregua de dos años, permitiendo el paso de las fuerzas castellanas por su territorio cuando combatiesen a su padre y a su tío.
Fuente: https://arrecaballo.es/edad-media/la-reconquista/conquista-del-reino-de-granada-1-482-1-492/