El asesinato de Filipo II de Macedonia

En el año 336 a.C., el asesinato de Filipo II se produjo cuando el reino de Macedonia se encontraba en el mejor momento de su Historia ya que su rey estaba en la cumbre de su carrera militar y política después de haber sometido a toda Grecia tras su victoria en la batalla de Queronea (338 a.C.); y su mayor enemigo, el Imperio Persa, se encontraba en una grave crisis interna por la crisis sucesoria en torno a Artajerjes III (358-338 a.C.).
En ese año, el 336 a.C., una expedición había sido enviada al estrecho del Helesponto al mando de Parmenión y Átalo para servirle de cabeza de puente en Asia.
Mientras este ejército avanzaba hacia el sur bordeando la costa occidental de la península de Anatolia, las ciudades griegas fueron expulsando con éxito a sus gobernantes persas y presumiendo de su adhesión a la causa macedonia.
Parecía que todo jugaba a favor del soberano macedonio en su ambiciosa y mayor campaña hasta la fecha, o sea, el objetivo era sobre todo la conquista del Imperio de los Aqueménidas.
Sin embargo, en el momento más álgido de su vida, en el momento en el que iba a emprender su mayor empresa, Filipo II fue asesinado por un miembro de su guardia real mientras celebraba en Egas la boda de su hija.
El asesinato de Filipo II, uno de los mayores magnicidios conocidos de toda la Antigüedad, precipitaría el ascenso al trono de su hijo, Alejandro III, más conocido como Alejandro Magno.
Primero se casó con la princesa Audata de Iliria, con quien tuvo una hija, Cinane. Luego tomó a Fila de Elimiótide y a Meda de Odesa, con quienes no tuvo descendencia. Con Nicesípolis de Feras tuvo a una hija, Tesalónica, y con Filina de Larisa a un varón: Arrideo, que más tarde pasaría a la Historia como Filipo III Arrideo.
De entre todas, la esposa más importante de Filipo fue Olimpia de Epiro, que fue la madre del que sería su sucesor, Alejandro, y de una hija llamada Cleopatra.
Más allá de sus grandes beneficios, estas relaciones también tenían sus problemas, ya que podían ser causa de violentas disputas entre distintas facciones apoyando la legitimidad de uno u otro heredero.
Y fue justamente por esta razón por la que se produjo una ruptura en la familia real pues en el año 338 a.C. Filipo contrajo un séptimo matrimonio con Cleopatra Eurídice, una joven de una de las más poderosas familias de la nobleza macedonia.
Por primera vez, Olimpia veía amenazada su posición y la de su hijo, y el desprecio hacia los dos empezó a crecer pues en el banquete de bodas, el tío de la novia, Átalo, acusó a Alejandro de no ser un heredero legítimo para el trono de Macedonia.

Grabado que recrea el asesinato de Filipo II por parte de Pausanias
Al iniciarse una pelea entre ambos, Filipo II se puso de parte de su nuevo familiar, no de Alejandro, por lo que éste y su madre Olimpia se exiliaron a vivir a Epiro, donde vivía el hermano de ésta, Alejandro de Molosia.
Para contrarrestar las posibles conspiraciones de su mujer en el exilio, antes de partir hacia la conquista del Imperio Persa, Filipo II decidió organizar el matrimonio entre la hija de ambos, Cleopatra, y el propio Alejandro de Molosia.
La boda se celebraría por todo lo alto en la ciudad de Egas, antigua capital de Macedonia, en presencia de su hermano Alejandro, que había vuelto a la corte después de que su padre tuviera a una hija, Europa.
El nacimiento de ésta rompía los planes de Filipo II de nombrar heredero a un hijo varón de Cleopatra Euridice, por lo que tuvo que aceptar que su hijo Alejandro volviera a la Corte en calidad de heredero.
Filipo II convirtió esta boda en un evento propagandístico pues para ello durante las semanas previas al enlace organizó unos colosales banquetes, competiciones atléticas, concursos de varias disciplinas artísticas e incluso actuaciones teatrales.
El día de la boda, todos los invitados, provenientes de toda Grecia y también de Macedonia, fueron al teatro de Egas donde contemplaron la presencia de un trono ricamente decorado.
En cuanto todos ocuparon su sitio, comenzó una majestuosa procesión que iba acompañada de música. Con ella aparecieron en escena, por este orden: las estatuas de los dioses del Olimpo, Filipo II, su hijo Alejandro, el novio de la boda, los cortesanos más próximos al rey, y la guardia personal del mismo.
Una vez situados todos, la música paró y Filipo avanzó al proscenio del escenario para dirigir al público un discurso antes de presidir la ceremonia de casamiento.

Lugar donde se hallaron los restos de Filipo II de Macedonia
Antes de que pronunciara una sola palabra, Pausanias, un miembro de su guardia real, se abalanzó contra él y le apuñaló entre las costillas ante el horror de los cientos de invitados asistentes.
Una vez que se comprobó que el rey había muerto, la guardia personal fue en persecución de Pausanias y una vez que fue capturado lo despedazaron clavándole numerosas puñaladas.
Debido a ello, nunca sabremos la causa real por la que Pausanias asesinó a Filipo II. pues a lo largo de los siglos han sido muchos los autores que han opinado al respecto, creando todo tipo de teorías.
Una de las más defendidas es la postulada por Aristóteles, que cree que fue un crimen pasional, o sea, a pesar de que Pausanias era el amante de Filipo, cuando éste fue violado salvajemente por los hombres de Átalo, el rey Filipo no hizo nada para no ir en contra del tío de su nueva esposa.
Otros autores, más minoritarios, apuntan incluso a una conspiración de su esposa Olimpia, e incluso a su propio hijo para que así pudiera acceder al trono.
Independientemente de la causa del asesinato de Filipo II, lo cierto es que el joven Alejandro heredaba no sólo el trono de Macedonia además de todos los territorios conquistados hasta el momento, o sea, a partir de entonces la era del imperio de Alejandro Magno acababa de empezar.
Fuente: https://historiaeweb.com/2019/02/20/asesinato-de-filipo-ii/
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