El asesinato de Marcelino Cortés

El topógrafo había acudido a Almodóvar del Campo para pasar las fiestas de Semana Santa en 2001 con su hermano Fernando, su cuñada Blanca y su sobrino Fernando.
El 12 de abril de 2001 los hermanos salieron juntos y cuando regresaban observaron cómo tres jóvenes estaban pintando y orinando en la fachada de la casa familiar de los Cortés.
Fernando Cortés les recriminó su actitud y se inició un enfrentamiento que terminó con los dos hermanos en el hospital y un testigo aseguró que los jóvenes, que tenían entre 19 y 21 años, lanzaron una amenaza: «A estos dos los vamos a matar».

Lugar donde Marcelino y su hermano Fernando tuvieron la reyerta
En la mañana del Viernes Santo se encontró el cuerpo, con lesiones en la cara, la cabeza y el costado pues le habían reventado el hígado a golpes y poco después fueron detenidos los tres jóvenes implicados en la pelea.
Estuvieron imputados por el crimen durante tres años pero como el juez y el fiscal no encontraron indicios suficientes de delito fueron exonerados, al tiempo que el caso se archivaba.

El lugar donde fue hallado el cuerpo de Marcelino Cortés
«Nosotros seguimos ofreciendo una recompensa a las personas que puedan aportar un dato que lleve a la detención de los autores», aseguró Fernando Cortés. «Lo llevaron a un lugar muy escondido, que sólo puede conocer gente del pueblo», añadió.
Todavía se cruza con los tres jóvenes que fueron imputados en su día. «Al principio se mostraban un poco asustados, iban siempre juntos, pero ahora van como si no hubiese pasado nada», relató Fernando Cortés. «Lo único que se puede hacer en esas situaciones es apretar los dientes y seguir de largo. Es durísimo», añadió.

Manchas de sangre encontradas en la cazadora del Rulo.
Los jóvenes que estuvieron imputados en su día carecen de antecedentes penales, aunque se les conoce por haberse visto implicados en peleas y algunos actos violentos.
Lo ocurrido generó mucha crispación en el pueblo y nadie ha dado la información necesaria que hubiese llevado a los asesinos al banquillo y a la cárcel. «La instrucción dejó mucho que desear pues en un año cambiamos tres veces de juez», añadió Fernando Cortés.
Los padres del asesinado viven ahora en Oviedo. «Mi madre no ha vuelto a ser la misma. No puede soportar el haber perdido a un hijo de esta forma. Mi padre, Marcelino, está más entero», añadió el hermano. «Tuvimos mala suerte. Dimos con unos asesinos», se lamentó. Unos asesinos impune.
Fuente: http://crimenscientia.blogspot.com/2017/10/marcelino-cortes-la-fatalidad-de-una.html
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