El asesinato perpetrado por Yvonne Chevallier

Nacida en París el 18 de enero de 1899 y fallecida en la misma ciudad el 22 de junio de 1982, la fotógrafa francesa Yvonne Chevalier es una figura clave en la historia de la fotografía europea en el siglo XX.
Mujer sencilla y hogareña, de 40 años fue acusada en 1951 del asesinato de su esposo, Dr. Pierre Chevalier, miembro del gabinete francés en su residencia de Orleáns donde fueron encontradas cinco balas de grueso calibre.
Jeanne Perreau conoció a Pierre Chevallier en 1947 y se convirtió en su amante tres años después pues todo comenzó con una invitación a cenar después de que ambos coincidieran en un viaje a París.
En la primavera de 1951, la Sra. Chevallier recibió una carta anónima sugiriendo que su esposo estaba teniendo una aventura y mientras buscaba pruebas en el armario de Pierre, encontró una carta de amor en el bolsillo de uno de sus trajes que decía: «Sin ti la vida no tendría belleza ni significado para mí». La carta fue firmada «Jeannette».
En su corazón, Yvonne sabía que «Jeannette» no era otra que su vecina Jeanne Perreau, esposa de Leon Perreau, propietaria de uno de los grandes almacenes más prestigiosos de Orleans.
Cuando Yvonne se enteró del asunto, se sintió absolutamente incapaz de competir con la atractiva Jeanne, de 34 años, y su inseguridad creció hasta el punto que llegó a confesar a una vecina: «Madamme Perreau viste mejor que yo. Gasta dinero a manos llenas. Ha introducido a mi esposo en círculos literarios y a él le gusta eso».
Sin embargo, Yvonne en un primer momento pidió explicaciones a Pierre acerca de su aventura con Jeanne Perreau pero al ver que fue en vano fue a una estación de policía y solicitó una licencia de arma de fuego alegando que necesitaba protección debido a la prominencia política de su esposo.
Una vez que obtuvo el permiso, fue a una tienda de armas y finalmente compró un Mab 7.65 mm, una pistola semiautomática y municiones al enterarse de que finalmente su esposo se iba a casar con su amante.
Por ello, ante el desprecio que tenía su esposo hacia ella finalmente sacó su arma del armario de su habitación y realizó cuatro disparos impactando en el pecho, el antebrazo, el muslo y la barbilla.
Cuando se paró sobre él, su hijo mayor, Mathieu irrumpió en la habitación y vio a su padre tirado en el suelo pero Yvonne sin inmutarse se lo entregó a la criada.
Acto seguido, regresó de nuevo al vestuario de Pierre y pensando que aún no estaba muerto y llena de ira le disparó por quinta y última vez en la espalda.
Minutos después llamó a la estación de policía de Orleans y habló con el comisario Gazano simplemente diciendo: «Por favor, ven aquí de inmediato. Mi esposo te necesita con urgencia».

Ivonne Chevallier en un momento del juicio
Una vez que llegaron los policías al escenario del crimen Ivonne Chevalier los estaba esperando sin inmutarse y poco después fue arrestada sin oponer resistencia.
Yvonne Chevallier fue juzgada el 5 de noviembre de 1952 y en esos días, el código penal francés incluía una disposición de triángulo amoroso que eximía del castigo a cualquier hombre que cometiera homicidio después de encontrar a su esposa en la cama con otro hombre.
Cuando llamaron a Jeanne Perreau al estrado de los testigos, estaba claro que la simpatía en la sala del tribunal recaía únicamente en Yvonne pues su acercamiento al stand fue acompañado por silbidos desde la galería.

Momento en el que recibe el veredicto de no culpable
Ella testificó que el asunto comenzó en 1950 y continuó hasta el día en que mataron a Pierre donde además afirmó que reunían en París dos o tres veces por semana.
Cuando se le preguntó si estaba avergonzada de la aventura, respondió con orgullo: «En absoluto» y continuó afirmando que, aunque sentía lástima por la señora Chevallier, no tenía intenciones de terminar el asunto.
Antes de entregar el caso al jurado, el juez presidente, M. Raymond Jadin dio a Yvonne una conferencia paternal por no conquistar su «pasión animal» que sentía por su esposo.
Así pues, el juez le dijo, «esta pasión abrumó toda su vida, sin ningún intento de su parte para controlarla. Entiendo su acción arrogante, pero no la apruebo».
Después de deliberar durante 45 minutos, el jurado regresó con un veredicto, «No culpable», para alivio de la multitud que se había reunido para mostrar su apoyo a Yvonne.
Aunque la iglesia la había absuelto del crimen, Yvonne no pudo librarse de la abrumadora culpa que sentía y entonces ideó su propia forma de penitencia al mudarse a la Nueva Guinea francesa con sus hijos, donde trabajó como enfermera voluntaria en un hospital para pobres hasta su muerte en la década de 1970.
Fuente: https://translate.google.es/translate?hl=es&sl=en&u=https://murderpedia.org/female.C/c/chevallier-yvonne.htm&prev=search
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