El fantasma de la habitación 425 del hospital de la Cruz Roja
Un hospital que guarda muchos secretos y muchos misterios es el hospital de la Cruz Roja en Córdoba, un centro donde se producen hechos escalofriantes -a decir de los testigos- y que son encuadrados por los investigadores dentro del campo de los fenómenos paranormales. Empleados de la limpieza, pacientes, médicos, enfermeras, vigilantes o familiares hablan de una aparición espectral muy especial dentro de una de sus habitaciones.
Según auqllos que han sido testigos de estas apariciones, «la zona más temida es la llamada 4-B, situada en la cuarta y última planta del edificio. Allí se encuentra el servicio de urgencias pediátricas». Una noche, el médico que las atendía bajó asustado y corriendo por las escaleras. «Muy pálido y sin decir nada se sentó con los enfermeros y, al cabo de un rato, les confesó que en la puerta de su consulta había visto aparecer a dos monjas».
Desde entonces, las urgencias infantiles se trasladan a partir de las 22.00 horas a la planta baja y si la ocupación en el hospital no es muy alta, se intenta dejar la 4-B vacía. «Los enfermeros que realizan el turno de noche aseguran que en esta última planta es habitual ver cómo las puertas se abren y cierran solas, y que constantemente siente presencias que les acompañan allá donde van».
En esta planta hay una habitación en concreto que provoca pavor entre el personal: la número 425. «El año pasado, un chico recién operado de apendicitis comenzó a llamar desesperadamente a la enfermera desde esa sala. Cuando esta llegó, le contó que estaba durmiendo y que al despertarse encontró a una escalofriante anciana con una gran cofia y un hábito de monja muy antiguo sentada en el sillón del acompañante, mirándole mientras dormía».
Un enfermero relata que en una ocasión, mientras trabajaba, recibió una llamada desde esa habitación. Pero al llegar, se encontró la luz apagada y entonces recordó que llevaba varios días vacía. Después de asegurarse de que las ventanas estaban cerradas y todo en orden, apagó la luz y cerró con llave. «Pero cuando llegó al vestíbulo del hospital el timbre le avisó de que, de nuevo, alguien estaba llamándole desde la 425 […]. Volvió a subir y tras abrir con su llave […] comprobó que todo estaba desordenado y las ventanas abiertas».
¿Qué explicación tienen estas apariciones? En la zona de la 4-B se encontraban las habitaciones donde vivían las monjas internas que antiguamente ayudaban a cuidar a los pacientes. «Dicen que la última religiosa que quedó en activo en el hospital nunca pudo jubilarse muriendo en su propia cama, o sea, en la habitación 425».
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