El niño fantasma de la Catedral de Jaén
Cuenta la leyenda que un Viernes Santo de 1948, un niño apodado «el Popeye» por su constitución recia y de unos once o doce años de edad, se subió a una de las columnas de la catedral de Jaén para ver el desfile procesional pero tuvo la mala suerte de perder el equilibrio y se cayó al suelo perdiendo la vida al instante. Curiosamente el niño iba vestido de comunión, tradición arraigada entonces de vestir a los niños de blanco los Viernes Santo.
Dicen que cuando queda muy poca gente y hacia la hora del cierre del templo, que coincide con el caer de la noche, se suele oír el llanto de un niño repetidas veces, que siempre parte de la zona del coro, notando las personas a su alrededor una ráfaga de viento gélido que hace erizarse la piel. En ese momento se ve la silueta de un niño correteando por las grandes naves del templo, en dirección hacia la sacristía.
Parece que tiene predilección por la imagen de la Virgen de las Angustias, ya que cuentan que cuando esta imagen esta en su trono para su desfile procesional de Semana Santa, varios han sido testigos y no en pocas ocasiones, de como un niño levanta los faldones del paso y se mete debajo de este, cuando las personas que estando cerca y han tenido esta visión se asoman debajo del paso para reprender al niño, se han encontrado que no había nadie debajo de este.
El propio ex-obispo jienense, Santiago García Aracil, afirma haberlo visto. Pero la última noticia que se tiene constancia fue publicada en el Diario de Jaén en el año 2012, cuando una empleada de la limpieza del Ayuntamiento afirmó haberlo visto movilizando inclusive a la Policía Local.
Fuente: http://www.mundoparapsicologico.com/
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