Eudoxo de Cícico, el navegante griego que intentó circunnnavegar África en el siglo II a.C.

Eudoxo o Eudoxus de Cícico fue un navegante y geógrafo griego antiguo que se supone habría explorado el mar Arábigo para el faraón Ptolomeo VIII Evergetes II, de la dinastía Ptolemaica, que reinó varias veces en el Egipto helenístico entre el 170 a. C. y el 116 a. C..
La historia de Eudoxo fue transmitida por Posidonio, que fue contemporáneo suyo, y recogida por Estrabón que cuenta como Eudoxo llegó a Egipto en calidad de embajador en la corte de Ptolomeo VIII.
Allí tuvo conocimiento por un náufrago de una ruta que llevaba a la India y gracias a ello invitó a los gobernantes a que, una vez restablecido, los guiaría por esa ruta, que ya anticipara en su mapa Eratóstenes de Cirene.
El viaje concluyó con éxito, pero se acometió un segundo viaje con mayores pretensiones, porque la carga que trajeron en el primero era de una riqueza inusual y jamás vista.
Pero a la vuelta del segundo viaje, los vientos desviaron las naves y se perdieron “más allá de Etiopía” y para sobrevivir, Eudoxo tuvo que lidiar con reyezuelos intercambiando la carga por pan, agua y guías que lo recondujeran al camino de vuelta.
A la vuelta de este segundo viaje, Eudoxo encontró un mascarón de proa -en palabras de Estrabón- hecho de madera de un antiguo naufragio que llevaba esculpido un caballo.
Se lo llevó con él y al llegar a Egipto preguntó sobre la procedencia a diferentes armadores, que le indicaron que pertenecía a una nave de Gadir, o sea, eran los llamado “caballitos de la mar”,
Se trataban de naves más pequeñas que las usadas por los comerciantes de la época y cuyo distintivo de la ciudad era un caballo en la proa pues eran barcos de pesca que faenaban en las costas de Marusia (Marruecos).
Alguno de ellos quiso bajar hasta Guinea a pescar y fue presa de los vientos (o quién sabe si no de la curiosidad) que los llevo a seguir adelante y bordear el Cabo de Buena Esperanza, introduciéndose en el Océano Índico.
Así, Eudoxo imaginó que era posible circunnavegar África desde el Oeste y tras ello volvió a su patria e invirtió su fortuna en una expedición que lo confirmase.
El desenlace de la historia es incierto, ya que Estrabón no escribió sobre ello, o sea, habría que esperar más de quince siglos para que los portugueses lograran tal gesta.
Fuente: http://ocadizdigital.es/noticia/c%C3%A1diz/los-caballitos-de-gadir
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