La leyenda de la ajusticiada
Los que en el pueblo de Llera se atreven a salir después de las 12 de la noche y se acercan al muro de la parroquia que colinda con el panteón juran haber visto a una dama elegantemente vestida de negro, alta y delgada, con sombrero y un velo que cubre su rostro. que se deslizaba por el aire, a un metro del piso,sin que sus pies tocaran las baldosas.
Pasa en silencio, como hundida en si misma,como si no viera a algunos vecinos del lugar que a escasos tres o cuatro metros de distancia la intentaron detener. Al principio, los que la vieron pensaron que no era del pueblo y que por eso andaba de noche y sin dirigirles la palabra, por lo que decidieron preguntarle.
La extraña mujer dio vuelta en la esquina de la parroquia; enfiló ligera por el callejón que va cuesta arriba hacia la puerta del cementerio a pesar de lo difícil del camino, debido al empedrado, y a la oscuridad de la noche. Al llegar a la puerta de la iglesia, los vecinos se detuvieron a unos diez pasos de la mujer, quien intempestivamente volteó a ver a quiénes la seguían. Se quitó el velo pero no se veía rostro alguno. En ese momento sopló un fuerte viento helado y entonces la enlutada se avalanzó sobre los aterrados vecinos, para desvanecerse unos segundos después al atravesar el muro de la iglesia.
Los más osados del pueblo cuentan en secreto que la enlutada fue la mujer de un famoso narco de esa plaza, que una noche la ajustició por chivarse con la DEA ahí mismo frente a la parroquia y que ya fallecida se aparece para pedirle a algún caritativo que le pongan una cruz a su tumba…Pero el jefe narco lo tiene prohibido a todos los espantados del pueblo, bajo amenaza de muerte.
Fuente: http://elezkondrijodelzuicidio.blogspot.com.es/
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