La leyenda del Doctor Lenguas

En los años 60 o principios de los 70, una mujer a punto de dar a luz llegó al sanatorio del Círculo Católico del Uruguay acompañada por su hijo pequeño y su esposo, quien se mostraba preocupado por los gritos de dolor de su mujer.
La joven tenía contracciones cada vez más frecuentes, pero como el personal del hospital estaba muy ocupado, la pareja debió esperar un rato mientras se hacían los preparativos.
El nerviosismo del marido iba en aumento, pero finalmente un doctor preguntó por la paciente y un equipo de enfermeras se encargó de conducir a la parturienta a la sala correspondiente.
Una vez dentro, el tiempo se hizo eterno para el futuro padre esperando el momento de ir a conocer a su nuevo hijo y minutos después, en lugar de una enfermera sonriente se presentó un doctor .
Casi sin entender qué sucedía, el hombre escuchó las explicaciones del médico, o sea, se hizo todo lo posible, no resistió, un parto difícil, no hay nada que hacer, su mujer ha fallecido.
En medio de su angustia, un señor canoso, mayor, con la túnica clásica de médico, cruza la sala y se presenta al joven como el doctor Luis Pedro Lenguas y aclara que está dispuesto a ayudarlo.
El esposo responde con furia y le reprocha haber llegado demasiado tarde pero el anciano, sin embargo, habla con calma y suavidad. Está allí para ayudar, repite, y le pide que aguarde unos minutos.
Segundos después, se siente un llanto de bebé y los gemidos confusos de una mujer. Por la puerta del sanatorio asoma una camilla, sobre la cual descansa la joven esposa y su hijo en brazos.
Se funden en un abrazo y ella no comprende lo sucedido al tiempo que tiene una sensación extraña; él se deshace en lágrimas y busca a los médicos.
El personal del hospital, llega al lugar de los hechos y cuando el doctor ve a la mujer, se pone pálido y balbucea, incapaz de creer en la presencia milagrosa de la madre y su hijo recién nacido.
El esposo está furioso y se niega a contestar a los médicos que le habían atendido previamente comunicándoles que sólo hablará con el doctor Lenguas.
Ante la mención del apellido, tanto las enfermeras como el obstetra pierden nuevamente el color en el rostro, o sea, el médico lo mira fijamente y le señala un cuadro que cuelga en la pared.
El hombre reconoce la figura al instante: el mismo rostro afable, la misma mirada, el porte inconfundible del anciano doctor.
”Debe estar equivocado”, aclara el profesional.
“El doctor Luis Pedro Lenguas fue el fundador del sanatorio en 1885 y falleció en 1932”.
El prodigio del rescate no demoró en correr por los pasillos del hospital y desde entonces la leyenda de Pedro Lenguas cobró forma en los pequeños milagros del sanatorio.
Su presencia mítica erigió la leyenda del médico que desafió a la muerte por partida doble, logrando milagros desde ambos lados de la línea que separa a los muertos de los vivos
Fuente: https://www.montevideo.com.uy/ZZZ-No-se-usa/-uc41609