La leyenda del «Turrialba»

Muchos años antes de la conquista, habitaban esta fértil región, indios fuertes y valientes donde el Cacique, viejo viudo, cuidaba como único tesoro a su joven hija Cira.
Una tarde de verano en que el sol, como gota de sangre, se hundía tras la montaña, Cira sintió el encanto de la selva murmuradora recogiendo flores e internándose cada vez más.
Cira, cansada se sentó sobre un viejo tronco y sintió miedo ante la oscuridad de la selva pues comenzó a gritar y llorar pero al no obtener respuesta cada vez estaba mas fatigada hasta que se quedó dormida.
La selva crujió ante el paso de un hombre, los árboles lanzaron un quejido; se trataba de un indio que mientras caminaba por la selva de repente se detuvo al ver que ante sus pies estaba Cira sobre la que se inclinó y posó sus labios sobre los de la hermosa india.
Tras ello se puso de pie y quiso huir pero unos brazos fuertes rodearon su cintura, o sea, el indio alzó su presa y corrió hacia la cima, ahí se detuvo y sentó a Cira a su lado para manifestarle su amor.
En la tribu de Cira había confusión y entonces el viejo cacique se internó en la selva que ocultaba a su diosa y todos los indios con sus arcos listos, le seguían de cerca.
El viejo cacique lanzó un grito que hizo temblar la selva; Cira estaba allí, en brazos de otro hombre; los arcos inflaron sus vientres, prestos a arrojar sus lenguas mortales, pero la selva se agitó, abrió un inmenso vientre y ocultó a dos seres felices ya; una columna de humo sagrado salía de aquel vientre, como apoteosis del amor de dos razas.
Años después, cuando los intrépidos conquistadores allaron esta región, sus ojos se extasiaron ante aquella columna de humo sagrado, le dieron el nombre de torre-alba, que luego los moradores de esta región lo cambiaron por el de Turrialba.
Fuente: https://www.sanjosecostarica.org/sobre-san-jose-costa-rica/cultura-y-folklore/leyendas-de-costa-rica/la-leyenda-del-turrialba/
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