Leyendas de Ávila: Santa Paula Barbada

Paula era una joven de extremada belleza, nacida en la cercana localidad de Cardeñosa pues para subsistir acudía a diario a la ciudad para vender las verduras que ella misma cosechaba.
Curiosamente, el camino que utilizaba para llegar a la ciudad desembocaba en la ermita de San Segundo donde cada vez que pasaba aprovechaba para rezar.
Siempre utilizaba el puente que salva el cauce del río Adaja pero en una ocasión un joven caballero había quedado prendado de Paula y pese a los intentos del joven por conquistarla, la doncella no quería saber nada de el intentando alejarlo.
Pero el camino utilizado por Paula era solitario en algunos tramos y un día el joven la cerró el paso con su cabalgadura obligando a la doncella a correr y se escondió en la próxima ermita de San Lázaro.
Desesperada porque notaba como se acerca el joven, pide a Dios que «le diese alguna fealdad en el rostro» y de su rostro nace al momento una densa barba «tan espesa y tan compuesta como si fuera varón».
El malintencionado criminal entró en la ermita y tan sólo encontró a un ermitaño al que inquirió si había visto a la joven a lo que Paula contestó que no y éste abandonó la ermita.
Paula trasladó su residencia a la ermita de San Segundo donde vivió el resto de sus días dedicada a la oración y a la ayuda hacia los demás donde fue enterrada bajo un altar lateral, a la derecha del altar mayor, guardada por una reja bajo la inscripción:
«Esta reja retablo mandó hacer la magnífica Doña Isabel de Ribera, hija del caballero de Valderrabano, a honor de Santa Paula Barbada, hecha en el año 1547. Se dice que murió a los 17 años, un 20 de febrero».
Fuente: https://www.avilaturismo.com/es/que-saber/leyendas-de-la-ciudad/item/360-santa-paula-barbada
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