La historia de Rolls-Royce: los orígenes

Charles Stewart Rolls, un joven aristócrata que había nacido en Londres, en 1877, en el seno de una familia noble estudió en el Eton College, donde ya comenzó a mostrar un gran interés por los motores, para continuar su formación, años después, en el Trinity College de Cambridge, estudiando mecánica y ciencias aplicadas.
En 1896, con tan sólo 18 años, viajó hasta París para adquirir su primer coche, un Peugeot Phaeton y tal era su entusiasmo por el mundo del motor que ingresó en varias asociaciones y clubs, como la Self-Propelled Traffic Association.
En 1898, se graduó en la Universidad de Cambridge y comenzó a trabajar en diversas empresas como ingeniero pero en enero de 1903, con 6.600 libras esterlinas que le prestó su padre, y con la ayuda de su amigo Claude Johnson constituyó uno de los primeros concesionarios de automóviles de Gran Bretaña.

Charles Stewart Rolls
Este era el llamado C.S.Rolls & Co., con sede en Fulham, dedicándose a importar y vender modelos franceses de la firma Peugeot y belgas de la firma Minerva.
Por su parte Frederick Henry Royce, nació en 1863 en Alwalton, cerca de Peterborough en el seno de una familia modesta y con 15 años entró como aprendiz en la compañía de ferrocarriles Great Northern Railway, en Peterborough, donde permanecería tres años.
Después regresó a Londres e ingresó en la Electric Light and Power Company, que le trasladó a su sede de Liverpool en 1882, donde trabajó en la iluminación de calles y edificios.
En 1884 creó una sociedad con su buen amigo Ernest Claremont, iniciando un negocio de fabricación de accesorios eléctricos domésticos (lámparas, timbres, etc.) en un taller en Manchester, bajo el nombre F.H. Royce & Company.
Poco después realizó la fabricación de generadores, motores y grúas eléctricas, ya como Royce Ltd., con fábrica en Trafford Park, Manchester y sus productos se caracterizaban por su excelente calidad de realización y su notable fiabilidad.
Tras este éxito Royce decidió que la empresa debía evolucionar hacia el nuevo y pujante mercado del automóvil pues a finales de 1903, a diseñar y fabricar su propio motor de gasolina.
El 1 de abril de 1904, salía por la puerta de la fábrica, situada en la esquina de Cooke Street en Manchester, el primero de los tres prototipos que llevó a cabo, bajo la denominación Royce 10 hp.
En esos momentos entró en liza un personaje llamado Henry Edmunds, que había comprado su primer automóvil en 1898 y que, tan sólo un año después, ya formaba parte de la dirección del Automobile Club de Gran Bretaña.
Además Edmunds había adquirido parte de las acciones de F.H. Royce & Company, por los que se encontraba en la posición ideal para ayudar a promover el producto más destacado de la empresa: el Royce 10 hp.
Uno de los primeros prototipos se entregó a Ernest Claremont para que lo probara, detectara posibles fallos y así fueran prontamente corregidos, o sea, durante los test Edmunds quedó tan maravillado de las virtudes del coche que invitó a probarlo a algunos de sus mejores amigos: Claude Johnson y un tal Charles Rolls.

Frederick Henry Royce
A este último le gustó tanto el vehículo que le insistió a Edmunds para que le presentara al hombre que lo había diseñado pero finalmente el 4 de mayo de 1904 se organizó una reunión en el Hotel Midland de Manchester.
Rolls y Royce llegaron al acuerdo de producir una amplia gama de vehículos, con motores de 2, 3, 4 y 6 cilindros, basados en los prototipos iniciales del ingeniero británico.
Pero el primer modelo en lucir los dos míticos apellidos fue el Rolls-Royce 10 hp del que, en un primer momento, se planearon fabricar 19 unidades, aunque finalmente sólo fueron 17 los ejemplares construidos.

El Hotel Midland donde Charles Rolls-Henry Royce sellaron el acuerdo
El primero de estos ejemplares, que lucía el número de chasis 20151, cuyo motor pasó sus últimos test el 21 de agosto de 1904, fue adquirido por el magnate de las máquinas de coser Paris E. Singer, amigo personal de Charles Rolls.
El siguiente modelo en producirse fue el 20152, que salió de fábrica el 27 de septiembre de 1904, y se caracterizaba por ser el primero en lucir en su frontal la forma clásica de la parrilla del radiador que posteriormente hizo tan reconocible al modelo británico. Esta unidad, carrozada por Barker, fue vendida a Joseph Blamires de Huddersfield.
El tercer ejemplar, con número de chasis 20153, recibió el visto bueno definitivo el 10 de octubre de 1904, con una carrocería realizada por el especialista Cann de Camden, siendo entregado al teniente coronel Moffatt Tidworth, de Wiltshire.

Vehículos de Rolls-Royce en el salón del Automóvil Olympia de Londres
Desafortunadamente estos tres primeros ejemplares han desaparecido y es, precisamente, la unidad con número de chasis 20154 la más antigua superviviente que todavía se conserva de entre los Rolls-Royce primigenios.
Charles Rolls quería dar a conocer el modelo 10 hp como el vehículo más adecuado para los reputados médicos británicos, por su fiabilidad y por ser capaz de llegar a su destino bajo todo tipo de circunstancias climatológicas.
Esta unidad en concreto (el chasis 20154) pasó durante los siguientes años por las manos de varios representantes de la profesión médica, como vehículo de demostración, además de por los garajes de otros adinerados profesionales, hasta que en 1930 se le pierde la pista.

El chasis 20154
Afortunadamente, unos años después de terminada la Segunda Guerra Mundial, concretamente en 1950, es encontrado por Oliver Langton en una granja en Seacroft, cerca de Leeds, donde junto a otros muchos vehículos había sido estacionado en un prado, para impedir el aterrizaje de los aviones alemanes durante el intento de invasión de Inglaterra por las fuerzas del Tercer Reich.
Su estado, pese a las inclemencias meteorológicas y al abandono, era bastante bueno aunque fue necesario un periodo de restauración de cerca de 4 años, hasta poder participar, en 1954, en la mítica carrera “London to Brighton Veteran Car Run”.
Estuvo en manos de Oliver Langton hasta el año 1978, cuando lo adquirió el coleccionista Tom Love, que lo mantuvo en perfecto estado de revista, llevando a cabo las labores precisas de mantenimiento para su óptimo funcionamiento.
Fuente: https://noticias.coches.com/historia/la-historia-de-rolls-royce-los-origenes/118460