La inscripción bilingüe de Karetepe del siglo VIII a.C.

En 1694 se descubrieron en Malta los Cippi de Melqart, dos pedestales que tienen inscripciones bilingües, en griego antiguo y fenicio púnico, permitiendo a Jean-Jacques Barthelemy descifrar y reconstruir el alfabeto fenicio cartaginés en 1758.
Las primeras noticias llegadas a Europa de esos jeroglíficos anatolios desconocidos vinieron de la mano de exploradores como Johann Ludwig Burckhardt y Richard Francis Burton en el siglo XIX, que los vieron en los muros de la ciudad de Hama, al norte de Damasco. Durante mucho tiempo se pensó que tenían un origen hitita y por tanto eran una escritura de su lengua.
En 1946 el arqueólogo alemán Helmuth Theodor Bossert , junto con su ayudante Halet Çambel, descubrieron y excavaron Karatepe (una antigua fortaleza hitita al sur de Turquía, en las montañas del Tauro) donde descubrieron restos de edificios, tablillas, estatuas, dos puertas monumentales con relieves y pilares en los que hay representados leones y esfinges siendo uno de los primeros descubrimientos importantes, y asombrosos, en el Medio Oriente tras la Segunda Guerra Mundial.
Precisamente en los muros junto a las puertas monumentales apareció una inscripción bilingüe, datada en el siglo VIII a.C. y estaba escrita en caracteres fenicios y en jeroglíficos anatolios.

Una de las puertas de la fortaleza de Karatepe
Al igual que en la piedra Rosetta, ambos textos dicen lo mismo en ambas lenguas pero el problema era que no se sabía qué lenguaje representaban los jeroglíficos.
De hecho, aunque se realizaron intentos de desciframiento, no sería hasta la década de 1970 en que un equipo formado por John David Hawkins, Anna Morpurgo Davies y Günter Neumann, se percataría de que tanto la escritura cuneiforme como los jeroglíficos de Karatepe representaban el mismo idioma, el luvita.
Hawkins, Davies y Neumann se basaron en otro descubrimiento posterior: vasijas de Urartu (reino de los siglos IX-VIII a.C. en la actual Armenia) con inscripciones, escritas en urartiano pero usando precisamente la escritura jeroglífica luvita.
Una vez identificado el idioma de los jeroglíficos como luvita, la inscripción fue descifrada con la ayuda de la parte fenicia de la inscripción cuyo autor resultó ser Azatiwada, el gobernante de la ciudad, que conmemora su propia fundación al tiempo que se reconoce como súbdito del reino de Quwe.
Las excavaciones, que continuaron hasta la década de 1990 dirigidas por Halet Çambel (su co-descubridora), sacaron a la luz los muros de la fortaleza (376 metros en dirección norte y 196 en dirección este-oeste) de entre 4 y 6 metros de altura y de 2 a 4 de espesor.

Bossert (primero por la izquierda) y Cambel (segundo por la derecha)
Cada 20 metros se dispone una torre o bastión, con un total de 34 (aunque solo 28 han podido ser identificados), y existen dos grandes puertas de entrada. La suroeste está flanqueada por estatuas de leones, y la noreste por esfinges. La parte fenicia de la inscripción se halló en el muro junto a la puerta noreste, mientras que la parte luvita está junto a la puerta suroeste.
Algunas teorías relacionan a Karatepe y el idioma luvita con Troya pues se basa en el hallazgo de un sello luvita en 1995 en el nivel Troya VII, lo que ha hecho plantearse a algunos investigadores como Frank Starke, de la Universidad de Tubinga, si el luvita era el idioma hablado en la Troya homérica. El propio Starke opina que el nombre del rey Príamo estaría relacionado con el luvita priimuua, que significa excepcionalmente valiente.
En 2010, el escritor Raoul Schrott aseguró que la fortaleza y el paisaje entorno a Karatepe parecían encajar con la descripción homérica de Troya. Su teoría es que Homero pudo ser un escriba al servicio de los asirios en Karatepe, donde habría combinado su conocimiento de la leyenda troyana con el entorno real de la fortaleza.

La inscripción al poco de ser descubierta
En cuanto a los descubridores de Karatepe, el profesor Bossert se quedó en Turquía, donde llegó a ser director del Instituto Arqueológico nacional. Se casó y obtuvo la nacionalidad turca en 1947. Siguió al frente de las excavaciones de Karatepe hasta que se jubiló en 1959 y murió en Estambul en 1961.
Halet Çambel sustituyó a Bossert al frente de las excavaciones siendo nombrada profesora de la Universidad del Sarre (Alemania) en 1960, jubilándose en 1984.
En 2004 le fue concedido en Holanda el Premio Príncipe Claus en reconocimiento a su labor arqueológica y restauradora en Turquía, así como por haber fundado la cátedra de Prehistoria de la Universidad de Estambul y falleció en 2014.
Fuente: http://masterpubli.com/