Los Humanoides de Conil
Conil de la Frontera, Cádiz. Playa de los Bateles. 29 de Septiembre de 1989. 20:45 h. Un grupo de 5 jóvenes de la localidad acuden a la playa dispuestos a observar las evoluciones de unas extrañas luces en el cielo y que durante un par de semanas venían manifestándose casi a diario. A las 20.45 horas, aproximadamente, aparece sobre la vertical de los testigos una «media luna» con unas luces rojas en el interior. El semicírculo se dirige en silencio hacia el pueblo. Al poco, también sobre las cabezas de los muchachos, surge otra luz. Esta lleva a cabo una serie de fogonazos a lo que responde una tercera luz ubicada sobre el puerto.
Los protagonistas de esta apasionante historia serían los jóvenes Isabel Sánchez (17 años), Lázaro (14 años), Pedro González (21 años), Loli Bermúdez (23 años) y Pedro Sánchez (19 años), naturales de Conil y que conocían todo el entorno a la perfección.
A mediados de septiembre observaron en la zona del puerto de Conil una luz roja muy potente inmóvil en el firmamento. Desde aquella noche acudieron todas las siguientes para poder ver si se repetía la escena.
Pero aquel 29 de Septiembre de 1989 iba a suceder algo muy diferente. Resonaban los ecos de una extraña experiencia en Voronezh (Rusia) con un OVNI y con humanoides, pero en Conil se respiraba tranquilidad. Los curiosos iban a la playa a disfrutar de la misma o a ver si veían esos tan traídos y llevados OVNIs.
Cuatro de los cinco jovenes testigos del caso
Aquella noche se reunieron sobre las 21:00 horas, en la misma playa, estuvieron rastreando el horizonte con unos prismáticos, pero no fue hasta después de media hora que uno de los jóvenes pudo ver una luz blanca con cuatro potentes focos a su alrededor, de nuevo habían podido ser testigos de un nuevo avistamiento ovni, el objeto se fue acercando y pudieron divisar tres luces rojas en el interior del objeto, muy parecido al que habían podido observar días atrás, el objeto, fue avanzando en dirección Conil hasta pasar por encima de sus cabezas. Instantes después otra luz apareció en este caso no pudieron distinguir su forma ya que la luz era deslumbrante, este segundo objeto lanzó tres fogonazos de luz que al momento fueron respondidos por otros dos fogonazos de otro objeto de luz rojiza situado más a la izquierda.
Posteriormente los jóvenes apostados detrás de un montículo, aciertan a distinguir con la ayuda de unos prismáticos las figuras de dos seres de alta estatura embutidos en una especie de túnica blanca hasta el suelo, que caminaban torpemente sobre la orilla y que según los testigos no tenían rostro ni pelo. Acto seguido los extraños seres comienzan a avanzar hacia los testigos con los brazos pegados al cuerpo, provocando la huida de los jóvenes conileños ante tal situación.
Los individuos ya estaban en la arena a pocos metros del grupo que estaban escondidos, de repente los dos seres cambiaron bruscamente de dirección la nueva dirección iba directamente hacia los jóvenes, éstos asustados echaron a correr, girándose para poder advertir si les seguían pero no fue así, y esto les tranquilizó, haciendo que se sentasen de nuevo para observar lo que hacían los seres, que estos mientras tanto se estaban sentando después de que una bola del tamaño de una pelota de tenis de color blanco azulado se apagara al posarse sobre las cabezas de los seres. Los dos empezaron a cavar un pequeño foso a su alrededor, después se tumbaron y de nuevo apareció la pequeña bola de luz que empezó a ir de un lado a otro de individuo a individuo como si se la pasasen, esto duró varios minutos.
Al poco vieron a un nuevo ser que media unos tres metros con una cabeza en forma de pera invertida y vestía un traje muy ajustado se poso en frente de los otros dos y desapareció. Los otros dos seguían tumbados tras el montículo de arena y dentro del pequeño foso, transcurridos seis minutos los seres se pusieron en pies y fue entonces cuando los chicos se quedaron aterrorizados, y sin explicación alguna, lo que se había levantado ya no eran aquellos seres sin rostro se habían transformado en dos personas uno en hombre y otro en mujer, él alto con el pelo rubio y largo vestía camisa y pantalones vaqueros, ella morena y muy guapa, llevaba falda y camisa negra.
La extraña pareja se dirigió hacia la ciudad, hacia el paseo marítimo, pero ahí no había acabado todo, uno de los jóvenes observó que en el agua en la misma zona donde habían aparecido estos dos se alzaba como una nube que se dirigió a gran velocidad a la orilla después se volvió coherente y con los prismáticos pudieron ver que era aquel tercer ser de traje negro ajustado que estaba sobrevolando sobre el agua, éste tomó otra dirección y se perdió en la oscuridad.
Se trataba de un humanoide más alto aún que sus dos compañeros, su cabeza tenía una extraña forma -de pera invertida-, era muy grande y destacaban dos grandes ojos, vestía un “uniforme” muy ajustado y negro. Pedro González estimó que podría medir en torno a los tres metros de altura.
El barco inglés C.S. Monarch
Los chicos, asustados, aterrorizados y sin poder moverse se quedaron en la playa, además sabían que no debía faltar mucho para que un vecino del pueblo Juan Bermúdez excelente dibujante y pintor, además de apasionado por los fenómenos paranormales que sabía que los chicos habían sido testigos de aquel avistamiento se acercaba cada noche para conversar con ellos y por si se repetía aquel suceso. Pero antes de que Juan llegase al lugar una nueva luz cruzo el firmamento con forma circular se movía en zigzag y tal como apareció desapareció.
Poco más tarde llegó Juan, los chicos alterados y con sus frases inconexas consiguieron explicarle lo que había sucedido en la playa, Juan les sugirió buscar pruebas para que no les tomaran por locos, a pesar de que él les creía. Consiguieron encontrar unas pisadas increíblemente grandes de unos 45 cm y con tan solo cuatro dedos unas pisadas que se dirigían hacia los montículos de arena.
De todas formas los chicos y Juan decidieron no contar nada para que no los tratasen de locos y mentirosos, pero siguieron visitando la playa periódicamente. Y el lunes siguiente vieron en la playa una fragata de la armada y un helicóptero, entonces pensaron que alguien más lo debía de a ver visto, ya que no creían que los militares estuvieran allí investigando la zona por casualidad, aunque posteriormente no se supo de informe sobre ninguna investigación oficial en la zona por parte del ejército.
El 15 de Octubre y esta vez en compañía del policía municipal e investigador aficionado del fenómeno ovni Jesús Borrego, los chicos y el policía vieron como la extraña pareja les adelantaba en dirección a la playa y al llegar al agua desaparecieron. Pedro se dirigió a su casa a por una cámara de superocho para poder grabar por si regresaban y a media noche así sucedió la extraña pareja paso de nuevo frente a ellos a toda prisa y les miraron fijamente para después desaparecer.
Ese mismo día a la mañana siguiente el diario de Cádiz publicó un reportaje que decía que el ovni y los seres que habían podido ver unos jóvenes en el puerto de Conil no eran más que el barco de bandera inglesa “Monarch” y dos de sus buzos.
Ante esa extraña y confusa noticia el investigador J.J. Benítez demostró que esa publicación era falsa puesto que se entrevisto con el capitán del barco que aseguro que esa noche se encontraba a 30 millas del lugar sin utilizar ni llevar ningún buzo a bordo. J.J. Benítez también pudo comprobar que en una pensión de Conil en el tiempo que duraron aquellos sucesos estuvo hospedada una pareja alemana que se puedo confirmar que jamás habían salido de su país. Tampoco se pudo saber por que en aquella cámara de superocho con la que se grabó habiendo suficiente luz no se veía nada y por que durante la noche del 29 de Septiembre las instalaciones militares de Algeciras quedara inutilizada la sección de radar por causas desconocidas. A todo esto la gran prefunta que se hacían los chicos era: ¿Hay vecinos procedentes de otro planeta?
Dos días antes, la agencia soviética TASS lanzaba al mundo la noticia de un supuesto aterrizaje de un ovni en un parque de la ciudad de Voronezh y que según dicha agencia, varios testigos observaron a varios humanoides de gran altura y con características similares a los que avistaron dos días después los muchachos de Conil.
Además, J.J. Benitez descubriría que esa extraña pareja estuvo alojada en un pequeño hotel durante los días que ocurrieron los extraños sucesos. Posteriormente, Jesús Borrego y otro agente de policía se toparían con la misteriosa pareja de “alemanes” que desaparecieron por arte de magia. Posteriormente, Ángel Carretero describiría en su libro Humanoides en Conil, que aquellos alemanes eran en realidad una perito holandesa y un delineante que se encontraba por los alrededores efectuando trabajos relacionado con el cable telefónico.
Por consiguiente, todo este revoltillo de misterios, ¿casualidades?, personas que aparecen y desaparecen, barcos que no se sabe ni donde estaban situados y peleas entre investigadores, han generado uno de los misterios mas sorprendente y estudiados del misterio español.
Actualmente, la mayoría de los testigos siguen viviendo en Conil de la Frontera, y comprensiblemente la mayoría de los testigos no quieren saber nada del suceso pero mantienen todavía “cierta curiosidad” por dichos fenómenos. Ádemás, los policías locales (uno llegó a ser Cabo de la policía Local y el otro agente de policía local) consiguiendo la condición de funcionarios de carrera en 1994 por parte del ayuntamiento de Conil dieron veracidad de este caso OVNI de Conil de la Frontera.
Fuente: http://selenitaconsciente.com/