Archivos desclasificados: la CIA investigó la caída de un Ovni en Salta

El seis de mayo de 1978, a las 17.30, los habitantes de las localidades fronterizas de Argentina y Bolivia miraron el cielo viendo una figura ovoidal de tono metálico, del tamaño de una pelota de fútbol e incandescente que cruzaba el firmamento de este a oeste.
El ovni se perdió en el horizonte, pero segundos más tarde se sintió una explosión tremenda y las localidades salteñas de Aguas Blancas, Salvador Mazza, Los Toldos y Santa Victoria Oeste, temblaron, lo mismo que los conglomerados bolivianos de Tarija, Padcaya, La Mamora, Las Cañas y Bermejo.
La Gendarmería Argentina, por disposición del jefe del Escuadrón 20 “Orán”, comandante Juan Nicasio Boari envió tres patrullas al parque nacional Baritú para dar con el ovni o lo que fuese que se había estrellado contra la tierra.
De la misma manera, enviaron a aviones de la fuerza a sobrevolar la zona, lo mismo que determinaron las autoridades de la Fuerza Aérea Boliviana, que despacharon a la zona de probable impacto, escuadrillas aéreas y terrestres.
El relato del hecho sucedido en Salta fue el siguiente:
«14 de mayo de 1978: Un extraño objeto ha sido visto por un grupo de personal en el norte de la provincia de Salta, a 1700 kilómetros de Buenos Aires.
Muchas personas en esta parte de la región declararon que el objeto, que se asemeja a una bola de sol, cayó entre las sierras de la frontera argentino-boliviana, causando una explosión que sacudió la tierra
Esto tuvo lugar el 6 de mayo. Las fuentes en el lugar indicaron que la zona donde cayó el objeto aún no identificado ha sido declarada en emergencia».
Lo que se desprende de una nota de El Tribuno de 2011 que recordó los hechos, un equipo de científicos de la Universidad Misael Saracho de Tarija, encabezado por el físico argentino Orlando Bravo, había anunciado que habían logrado determinar, con cierta certeza el punto de impacto, en territorio boliviano, en una cadena montañosa situada frente a la población argentina de Mecoyita, en Santa Victoria Oeste .
De inmediato, la Comisión Boliviana de Energía Nuclear envió a la zona a un equipo de científicos, al mando del capitán de corbeta, Francisco Mariaca.
Se organizó una expedición que partiría en un helicóptero militar boliviano pero cuando todo estaba dispuesto en el aeropuerto de Tarija para dar comienzo a la misión, aterrizó en la pista, una nave de la Fuerza Aérea Norteamericana, de la que descendieron el coronel John Simmos y el capitán John Heide, quienes se entrevistaron con el jefe de la base local, coronel Jorge Molina Suárez.
Interrogados por la prensa, negaron que su presencia en Tarija tuviera que ver con el ovni y tras permanecer dos horas en la localidad, se montaron de nuevo en su avión y se fueron.
Minutos más tarde, el coronel Molina informaba que el helicóptero de la expedición, se había descompuesto y que quienes quisieran participar de la misma, deberían hacerlo a pie, disponiendo para los voluntarios dos burros cargados con alimentos y carpas y una custodia militar encabezada por un teniente y cuatro soldados.
El Tribuno, el equipo de el doctor Orlando Bravo más el periodista porteño, de Canal 13, César Mascetti y su camarógrafo, Oscar Isse, partieron a pie pues en el camino, los lugareños contaban que desde hace días una decena de helicópteros operaba en las montañas.

El periódico El Tribuno haciéndose eco de la noticia
Tras dos días de caminata, los expedicionarios llegaron a Mecoya, casi a 5.000 metros y al alcanzar el punto de impacto, encontraron un panorama desolador, o sea el cerro El Salle tenía un cráter de 1.500 de longitud, 800 de ancho y unos 50 metros de profundidad. Rocas cristalizadas por el calor en su base, otras desplazadas en un área mucho mayor, pero nada más que eso.
Como consecuencia de ello, los lugareños de Mecoya contaron a los expedicionarios que no encontraron nada puesto que llegaron antes las fuerzas del ejército de los EE.UU..
Fuente: https://cronicasmundosocultos.blogspot.com/2019/08/archivos-desclasificados-la-cia.html