El ataque vikingo a Sevilla

El ataque vikingo a Sevilla, tuvo lugar en el año 844 en época del Emirato omeya de Córdoba, o sea, una flota vikinga llegó hasta Sevilla el día 25 de septiembre remontando el Guadalquivir, y tomó la ciudad el 3 de octubre.
Después de la revolución abasida que derrocó al califato Omeya, entonces los musulmanes de la Península Ibérica en el año 756 establecieron pues un emirato independiente, con capital en Córdoba.
Tras ello, el emirato gobernado por los omeyas recibió a gran cantidad de refugiados que escapaban de la revolución en Medio Oriente, y pronto fue centro de importante logros, descubrimientos y actividad intelectual.
El ataque del 844 fue la primera incursión a gran escala de los vikingos en la península pues durante este periodo, Al-Andalus estuvo bajo una paz un tanto inestable con los cristianos ibéricos y francos del norte, caracterizada por constantes escaramuzas y campañas militares ocasionales.
La flota vikinga, que estaba conformada por los aliados de Hastein y Björn Ironside, navegaron desde su base en Noirmoutier en el estuario del río Loira en Francia.
Antes de atacar Sevilla, la flota fue avistada próxima a la costa de Francia y en los ríos franceses (Sena, Loira, y Garona) y asolaron Asturias, gobernada por el rey cristiano Ramiro I, pero sufrieron grandes bajas en La Coruña y fueron vencidas por Ramiro en la Torre de Hércules.
Luego, la flota navegó hacia el sur y atacaron la costa atlántica. Tomaron la ciudad musulmana de Lisboa en agosto septiembre del 844 y el gobernador de Lisboa, Wahballah ibn Hazm, escribió sobre este ataque al Emir Abd ar-Rahman II de Córdoba, que era el líder de los musulmanes en la península.
Luego los vikingos navegaron con dirección sur y realizaron pillajes sobre las poblaciones españolas de Cádiz, Medina Sidonia, y Algeciras, y también sobre el pueblo de Asilah controlado por los abásidas en Marruecos.
El 25 de septiembre, los vikingos llegaron cerca de Sevilla tras remontar el Guadalquivir y establecieron una base en la Isla Menor, una isla defendible en las marismas del Guadalquivir.
El 29 de septiembre, las fuerzas musulmanas locales que se enfrentaron a los vikingos pero son derrotadas y tras ello los vikingos tomaron Sevilla el 1 o 3 de octubre.

La flota vikinga dirigiéndose a la Peinsula Ibérica
Saquearon la ciudad, y según los historiadores musulmanes, si la ciudad de Sevilla que no estaba amurallada fue capturada, su ciudadela fue retenida por los musulmanes. Los vikingos intentaron sin suerte prender fuego a la gran mezquita que recién había sido construida en la ciudad.
Cuando Abd ar-Rahman II se entera de la caída de la ciudad de Sevilla fue cuando moviliza a sus tropas bajo el liderazgo del hajib, Isa ibn Shuhayd y convoca a los gobernadores de las regiones vecinas para incorporar a sus hombres a la fuerza para enfrentar la invasión.
Se reunieron en Córdoba, y luego marcharon hacia Axarafe, donde Isa ibn Shuhayd emplaza su cuartel principal y un contingente liderado por Musa ibn Musa al-Qasi, líder del principado semi independiente de Banu Qasi que estaba ubicado al norte, se une a estas fuerzas pese a la rivalidad política y desempeñando un importante rol en la campaña.
Durante los días subsiguientes, ambos bandos se enfrentan en numerosas ocasiones, con resultados diversos y finalmente los musulmanes obtuvieron una importante victoria el 11 o 17 de noviembre en Talyata.
Según las fuentes musulmanas entre 500-1000 vikingos murieron y unas 30 naves vikingas fueron destruidas. Además, dichas fuentes también señalan que los comandantes vikingos murieon y sobre unos 400 hombres acabaron siendo capturados y ahorcados de la palmeras de Talyata.
Los vikingos restantes se retiraron hacia sus naves y navegaron aguas abajo por el río mientras que los habitantes de las zonas en las costas les lanzaban piedras.
Debido a ello, los vikingos ofrecieron canjear parte del botín y prisioneros capturados por ropas, comida y continuar su curso sin ser molestados pues luego se reunieron con el resto de la flota en la costa.
La ciudad de Sevilla y sus suburbios quedaron en ruinas, o sea, los ataques vikingos aterrorizó a los habitantes de Al-Andalus y Abd ar-Rahman ordenó nuevas medidas para defender a la ciudad ante posibles ataques.
Creó un nuevo arsenal naval en Sevilla y construyó muros alrededor de la ciudad y en otros asentamientos. Se construyeron naves y armas, y además se reclutaron tropas y marineros, y se estableció así una red de mensajeros para distribuir información en caso que se produjeran nuevos ataques.
Gran parte de los vikingos navegaron de regreso a Francia, y su derrota por las tropas andaluzas puede que dejaran de intentar realizar nuevos ataques a la península de forma inmediata.
Al año siguiente los vikingos enviaron una embajada a la corte musulmana de Abd ar-Rahman, que envió a Yahya ibn al-Hakam como embajador a los vikingos y algunos de ellos se convirtieron al Islam.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ataque_vikingo_a_Sevilla