El juicio contra Al Capone

Alphonse Gabriel Capone nació el 17 de enero de 1889 en Brooklyn, Nueva York siendo hijo de inmigrantes italianos provenientes de Angri, un pueblo de la Provincia de Salerno (Nápoles).
Su padre, Gabriele Capone, era un humilde abacero que luego fue barbero y su madre, Teresina Raiola, era una costurera, hija de Angelo Raiola y que vivieron en Nueva York.

Elliot Ness, el hombre que acabó con Al Capone
Su niñez, debido a la situación de marginalidad en la que vivía su familia, estuvo marcada por la violencia pues con tan solo 14 años fue expulsado del colegio por agredir a una maestra.
Tras esto, trabajó en una bolera de Brooklyn y fue en este sitio donde pudo conocer al gánster Johny Torrio, de quien más tarde se convertiría con ello en su guardaespaldas.
En 1919, Johny Torrio le pide a Capone que se traslade a Chicago para ser el guardaespaldas de Big Jim Colosimo y entonces tras el asesinato del gánster Colosimo, A Capone se hizo con el control de la organización.
Poco después, el gobierno aprobó la 18ª enmienda a la Constitución, que dio origen a la Ley Seca provocando pues la movilización de las organizaciones mafiosas que vieron en ello la obtención de grandes beneficios.
Los inmensos ingresos produjeron que las diferentes familias del hampa de Chicago formaran una unión que sería claramente conocida por todos como el sindicato del crimen.
Esta inmensa organización fue duramente perseguida por Eliot Ness y su equipo al que apodó “los intocables» por su notoria incorruptibilidad, algo fuera de lo habitual, pues eran muchos los policías que habían aceptado los sobornos de Al Capone.
Al Capone se presentaba en sus tarjetas de visita como anticuario pero tras ordenar la famosa matanza de San Valentín, en febrero de 1929, consiguió usar una tapadera para lavar su imagen.

Al Capone con sus abogados durante el juicio
Creó en 1930, en un alarde de gigantesca hipocresía, la «Gran cocina de Al para los necesitados», que tenía por objeto alimentar, de forma gratuita, a 3.500 personas cada día, lo que le reportaba un gasto de 300 dólares diarios.
Paralelamente, y en las sombras, Al Capone destinaba gracias a ello quince millones de dólares anuales a sobornar a policías y políticos
Al Capone vivía en el Lexington, uno de los hoteles más lujosos de Chicago, donde ocupaba toda una planta donde era atendído por un pequeño grupo de personas en todas sus necesidades, especialmente las relacionadas con su seguridad y era imposible acercarse a él sin su previo permiso.
El juicio tuvo una gran repercusión social y no solo por la fama del gánster sino por las tretas utilizadas por sus abogados durante el proceso pues ello hizo que el juicio se prolongara durante varios meses, donde se alimentaba el morbo de la situación y cada sesión paso a convertirse en un espectáculo callejero producendo tumultos y algaradas en el exterior del Juzgado.

Al Capone tras ser condenado en el juicio
El jurado elegido en primera instancia fue sobornado por los sicarios de Al Capone, pero el juez, al tener conocimiento de ello tomó la decisión final de sustituir a todo el jurado.
No se pudieron probar las decenas de homicidios que se la atribuían y el 17 de octubre de 1931, el juez Wilkerson dictó sentencia donde Al Capone fue condenado al pago de 80.000 dólares y a 11 años de prisión por el delito de evasión fiscal.
Al Capone fue trasladado a una prisión de Atlanta donde a los pocos meses de estar en la cárcel consiguió llevar a cabo todo tipo de sobornos pues ello le permitían llevar una más cómoda estancia en la cárcel.
Por este motivo se tomó la decisión de trasladarlo a la isla de Alcatraz y este presidio no pudo gozar de los privilegios que había comprado en la anterior cárcel.

Ficha policial de Al Capone en la prisión de Alcatraz
Finalmente, los once años de condena se redujeron a unos seis años y cinco meses, por buena conducta y por su precaria salud ya que sufría de sífilis, o sea, una enfermedad que había contraído hacía muchos años y que se había agravado en su estancia en prisión y pasó gran parte de sus últimos años de confinamiento en el hospital de la prisión.
A pesar de haber llegado a ganar 60 millones de dólares al año, al final, se encontraba arruinado, pues se le confiscó casi todas su propiedades y gran parte de su fortuna.

La Mansión de Al Capone en Palm Island
Esta circunstancia, unida a su precaria salud física y mental, fue cuando él decidió trasladarse a una propiedad que todavía poseía en Palm Island, en Miami Beach, Florida, donde se aisló del mundo, hasta que, falleció el 21 de enero de 1947, como consecuencia de un derrame cerebral, cuando contaba con 48 años.
Al que fue calificado por el diario New Yorker como el gánster más grande de la historia, conocido también como Cara Cortada, lo encontraron muerto en la bañera y lo enterraron en Chicago.
Fuente: https://encimadelaniebla.com/el-juicio-contra-al-capone/