La leyenda de la mujer emparedada de Sevilla
Una noche de invierno del año 1.868, llamaron a su puerta y, al abrir, encontró un caballero cubierto con chistera y envuelto en una amplia capa, que le hizo un encargo urgente para esa misma noche. Ante la promesa de una buena paga, el albañil se vistió, tomó sus herramientas y subió al carruaje del caballero. Una vez dentro, éste insistió en vendarle los ojos para que no conociese el lugar de destino; como el albañil recelaba, el embozado esgrimió un revólver y, poniéndolo en el pecho del albañil, dijo:
Terminado el trabajo fue amenazado de nuevo con la muerte si contaba lo sucedido. Le vendaron los ojos y lo llevaron a su casa pues una en ella, Esteban se acostó, pero el espantoso encargo no le dejaba dormir; aún veía los ojos de la emparedada suplicándole ayuda. Despertó a su mujer y le contó lo sucedido y, tras una breve discusión, se vistieron y presentaron ante el Juez de Guardia.
Fuente: http://leyendasdesevilla.blogspot.com/