Alonso Fernández de Lugo. Conquistador de las Canarias

Alonso Fernández de Lugo y de las Casas nació en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hacia 1456, durante el reinado del rey de Castilla Enrique IV, y falleció en La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, en mayo de 1525, en cuya catedral reposan sus restos. Era hijo segundo de Pedro Fernández de Lugo, hidalgo y comerciante de ascendencia gallega, y de Inés de las Casas.
Junto al capitán Juan Rejón, el obispo de Rubicón Juan de Frías, y el deán Juan Bermúdez, intervino, como caballero, en 1478 en la toma de Gran Canaria y en la derrota de Doramas y otros jefes guanches.
Por orden de Pedro de Vera le fue encomendado el mando del castillo de Agaete, desde el cual saldría la expedición que en 1482 prendió al jefe indígena Tenesor Semidan en Gaidar.
Concluida la conquista de Gran Canaria, Alonso Fernández de Lugo regresó a la Península Ibérica y solicitó a los Reyes Católicos el permiso para intentar la toma de las islas de Tenerife y La Palma.
En respuesta a sus demandas, los monarcas confirmaron las concesiones que Pedro de Vera le había otorgado, o sea, le nombraron gobernador de Las Palmas y le concedieron el quinto de los cautivos y botín, la mitad de los quintos de Berbería y Santa Cruz de Tenerife, y la suma de 700.000 maravedíes si la conquista era efectuada en el transcurso de un año.
Para sufragar los gastos de la campaña, Fernández de Lugo entró en sociedad mercantil con los banqueros italianos afincados pues en Sevilla Juanoto Berardi y Francisco Ribarol, a quienes ofreció compartir gastos y beneficios en tres partes iguales, ofrecimiento que no cumpliría a la hora de repartir las ganancias y el contingente militar que consiguió reunir constaba de novecientos hombres, que habían sido reclutados en Sevilla y Gran Canaria.
El 29 de septiembre 1492, la expedición de Alonso Fernández de Lugo desembarcó en La Palma; y en los primeros poblados con indígenas que se encontraron apenas hubo resistencia, pues estos lugares habían sido convertidos al cristianismo y sometidos a los Reyes Católicos previamente, gracias a las gestiones efectuadas por la indígena Francisca de Gazmira.
A pesar de la resistencia ofrecida por el resto de los poblados guanches, en abril de 1493 sólo permanecía insumiso el jefe Tanausú del bando Aceró.
Tras varios intentos infructuosos de penetrar en la Caldera de Taburiente donde se habían hecho fuertes los palmeros, el 3 de mayo de 1493 Fernández de Lugo logra apresar a Tanausú (éste se suicida por inanición cuando era llevado prisionero a la Península, así para no ser esclavizado), con lo que se da por concluida la conquista de la isla y una vez conquistada Fernández de Lugo dejó pues como administrador de los repartos a su sobrino
Culminada la incorporación de La Palma a la Corona de Castilla, Fernández de Lugo parte de nuevo hacia la Corte para realizar la capitulación de la conquista de Tenerife.
Los Reyes le conceden los derechos en diciembre de 1493 y Fernández de Lugo, agradecido por los privilegios otorgados, resulta que renuncia a los 700.000 maravedíes que los monarcas le debían por la conquista de La Palma, lo que provoca las quejas de sus socios de la empresa palmera.
El 30 de abril de 1494, al mando de más de mil infantes y 125 jinetes, partió de Gran Canaria hacia la isla de Tenerife; desembarcó en la rada de Añaza, donde fundó Santa Cruz de Tenerife.
Cerca de este poblado, en el mes de mayo, Bencomo, jefe de Taoro, y los jefes de Anaga y Tacoronte se enfrentaron entonces a los españoles; sin embargo, el indígena Añaterve de Güímar se alió con los conquistadores.
Lugo y sus hombres fueron sorprendidos por Bencomo en el barranco de Acentejo (primera batalla de Acentejo), donde fueron así derrotados, sufriendo una gran masacre y hubieron de retirarse a Gran Canaria.
Desde aquí, y con la ayuda del duque de Medina-Sidonia, Juan de Guzmán, quien reclutó a unos seiscientos veteranos de la Guerra de Granada, Fernández de Lugo volvió de nuevo a Santa Cruz de Tenerife.
Desembarcó en noviembre de 1495 y a mediados de ese mismo mes derrotó a Bencomo en La Laguna y poco más tarde al mencey de Tacoronte en la batalla de Aguere y a su hijo y sucesor Bentor (que se suicida, siguiendo el ritual guanche) junto con todos sus aliados, un mes mas tarde, en lo que se conoce como la Victoria de Acentejo.
Regresó entonces a Santa Cruz de Tenerife, desde donde reemprendió las escaramuzas para acabar con los últimos focos rebeldes, y en julio de 1496 sometió definitivamente a los menceyes, firmando la «Paz de los Realejos»con lo que se dió así por finalizada la conquista del archipiélago.
En 1496 los Reyes Católicos, en reconocimiento a sus conquistas, nombraron a Fernández de Lugo gobernador de Santa Cruz de Tenerife y La Palma.
En 1500, habiendo recibido la orden de construir tres fortalezas en las costas africanas, fue derrotado en San Miguel de Saca pues regresó a España y combatió contra las tropas francesas en el Rosellón.
En 1503 le fue concedido el título de adelantado (oficial de la Corona de Castilla con competencias judiciales y gubernamentales sobre un territorio determinado) de las Canarias y de capitán general de la costa de África del cabo de Guer al Bojador y luego tras su muerte fue sucedido en sus cargos por su hijo Pedro Fernández de Lugo, reinando Carlos V
Alonso Fernández de Lugo fallece el 20 de mayo de 1525 en su casa de San Cristóbal de La Laguna, considerando algunos que fue envenenado por sus hijos para poder heredar el título de Adelantado.
Fuente: https://hidalgosenlahistoria.blogspot.com/2017/09/alonso-fernandez-de-lugo-conquistador.html