La empresa más antigua del mundo se llama Kongo Gumi, está en Japón y lleva 1.400 años funcionando

Japón cultiva desde hace siglos técnicas y procesos de fabricación que se han mantenido inalterados con el paso del tiempo, y que han desafiado la lógica de la revolución industrial y la producción en masa.
Japón tiende a apreciar en mayor grado el carácter irregular de las cosas y frente a la visión racional y esbelta impresa por la cultura grecorromana en el ojo occidental, el espectador japonés se deleita en lo imperfecto así sólo desde este prisma se puede entender la existencia de Kongō Gumi, la empresa más antigua del mundo.
Su fundación data del año 578 y Kongō Gumi nace al albor de uno de los acontecimientos más determinantes que se priduce en la historia de Japón, o sea, la llegada del budismo al archipiélago.
El budismo se entremezclaría con el conjunto de creencias populares y asimiladas pues por los japoneses desde hacía milenios, el sintoísmo, y se sintetizaría en una amalgama de ritos, usos y costumbres supervivientes así hasta nuestros días.
La cuestión es que el budismo se convirtió rápidamente en un objeto de interés y codicia causando gran furor entre las clases acomodadas, incluyendo una figura clave de la historia de Japón, Shōtoku Taishi.
A temprana edad, Taishi encargaría la construcción del primer templo budista de la historia de Japón, Shitennō-ji, hoy aún preservado en Osaka.
Dado el carácter novedoso del budismo, existían pocos carpinteros, arquitectos y artesanos capaces de acometer tan compleja edificación.
Taishi contrató a un grupo de constructores coreanos ya experimentados en la materia, y de aquel acuerdo surgiría no sólo el bellísimo templo de Shitennō-ji, sino también una de las empresas más exitosas, por longevas, de la historia del ser humano que es la Kongō Gumi.
Kongō Gumi alcanzaría un éxito inmediato durante los siglos posteriores a su fundación donde sus tareas principales se centrarían en el mantenimiento y en la preservación de Shitennō-ji, fruto también de su riqueza y continuidad, pero la rápida expansión del budismo a lo largo y ancho del archipiélago nipón le abrió otras oportunidades de negocio.
La apertura de templos en Hōryū-ji (607) y Koyasan (816) ampliaría sus labores, y la pericia y mano experta pues de sus trabajadores, fruto de su carácter pionero y del prestigio acumulado, le asegurarían pues el trabajo por los siglos de los siglos.
Kongō Gumi siguió funcionando durante milenios, en gran medida gracias a una flexibilidad que le condujo a la total restauración de edificios civiles, como castillos o residencias. Esa adaptación al medio le permitió superar la prueba de su tiempo de forma permanente.
Tras un largo periodo de esplendor bajo el shogunato Tokugawa, una suerte de gobierno militar en el que Japón pues se cerró al exterior durante más de dos siglos, Kongō Gumi afrontaría tiempos difíciles a mediados del siglo XIX.

Seiganto-ji, uno de los templos más emblemáticos de Japón.
Las reformas emprendidas por la dinastía Meiji con objeto de modernizar Japón encontrarían un blanco predilecto en la práctica del budismo.
Los gobernantes nipones favorecieron un regreso a las raíces del sintoísmo, la auténtica religión practicada entonces desde tiempos inmemoriales en el archipiélago, que motivó la destrucción y el cierre de centenares de templos donde Kongō Gumi, pese a todo, seguiría en pie.
Lo haría también durante los turbulentos años veinte, tras la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de las llamadas pues décadas milagrosas que permitirían a Japón convertirse en la segunda economía del planeta, meca de la tecnología del siglo XX, pese a la rendición absoluta durante la contienda.
En todo este periodo, culminando más de 1.400 años de historia, Kongō Gumi permanecería fiel a sus raíces donde sus prácticas artesanales apenas se habrían modificado desde su nacimiento.
El mantenimiento y la construcción de nuevos templos se realizaría tratando la madera manualmente, siguiendo así las técnicas de antaño. Un negocio quizá condenado en otros lugares, pero no en Japón: en 2004 facturaba en torno a $60 millones anuales.
Kongō Gumi comenzó a tener problemas económicos al compás de la burbuja inmobiliaria y financiera que envenenó a Japón durante la década de los ochenta.
La compañía generaba beneficios, pero no los suficientes como para hacer frente a sus facturas y como pasó entonces con tantas otras empresas en Japón, incurrió en una gigantesca deuda, fruto de las erráticas políticas del banco central nipón.
En 1989 la economía japonesa saltó por los aires donde miles de empresas, Kongō Gumi incluida, observaron de forma impotente cómo sus préstamos se transformaban en cargas insostenibles.
Kongō Gumi sobrevivió a la terrible década perdida de la economía japonesa, pero afrontó sus últimos años de vida así durante los primeros años del siglo XXI.
En 2006, tras haber superado infinidad de conflictos bélicos, las políticas revisionistas del periodo Meiji y la detonación de dos bombas nucleares, la empresa más antigua aún en funcionamiento cerraba sus puertas a causa de la deuda, la dopamina a la que Japón se había enganchado sin remedio durante los años finales del siglo XX.
Técnicamente, su larga aventura terminó 1.428 años después de que unos carpinteros coreanas construyeran su primer templo budista.
En la práctica, Kongō Gumi siguió funcionando gracias a Takamatsu Construction Group, emporio constructor y dueño de más de una veintena de compañías japonesas.
Takamatsu regularizó las cuentas de Kongō Gumi y aportó la estabilidad financiera suficiente para que la empresa, por aquel entonces ya una institución nacional, continuara con su actividad.
Hoy Kongō Gumi, rebautizada como Kongo-Gumi Engineering, opera bajo el paragüas de Takamatsu especializándose en el mantenimiento de los tradicionales templos y pagodas budistas donde sus ingenieros, desde el taller, supervisan y actualizan la estructura de madera construida por su misma empresa siglos atrás.
Pese a la quiebra, Kongō Gumi sigue siendo la empresa en activo más antigua de planeta.
Fuente: https://magnet.xataka.com/preguntas-no-tan-frecuentes/empresa-antigua-mundo-kongo-gumi-esta-japon-lleva-1400-anos-funcionando