La momia del ‘chico de oro’ estaba protegida por 49 amuletos preciosos

Los antiguos egipcios creían que cuando morían, el cuerpo espiritual buscaba una vida tras la muerte similar a la de este mundo. Pero la entrada en este más allá no estaba garantizada: primero requería un peligroso viaje por el inframundo, seguido de un juicio final individual. Por eso, familiares y también, los embalsamadores hacían todo lo posible para que su ser querido llegara a un destino feliz.
En este caso, científicos egipcios utilizaron la tomografía computerizada (TC) para poder «desenvolver digitalmente» la momia intacta y nunca abierta de un adolescente de 2.300 años de antigüedad y alto nivel socioeconómico.
Descubrieron que este «niño de oro» es un escaparate intacto de las antiguas creencias egipcias sobre la vida después de la muerte. Por ejemplo, fue enviado con no menos de 49 amuletos de 21 tipos para así promover su resurrección corporal.
Llevaba sandalias y guirnaldas de helechos, ricas en significado ritual proporcionando una visión única de los procedimientos de momificación y de las creencias sobre la importancia de los ornamentos funerarios durante el periodo ptolemaico.
La momia del «Niño de oro» fue hallada en 1916 en un cementerio utilizado aproximadamente entre los años 332 y 30 a.C. en Nag el-Hassay, en el sur de Egipto y que ha estado almacenada sin examinar en el sótano del Museo Egipcio de El Cairo hasta el presente estudio.
La momia estaba pues depositada dentro de dos ataúdes, uno exterior con una inscripción griega y otro interior de madera. Dentro llevaba una máscara dorada para la cabeza, un cartonaje pectoral que cubría la parte delantera del torso y un par de sandalias. Aparte del corazón, las vísceras habían sido extraídas mediante una incisión, mientras que el cerebro había sido extraído por la nariz y sustituido por resina.
Las sandalias probablemente servían para que el niño pudiera salir andando del ataúd. Según el ritual egipcio del Libro de los Muertos, el difunto debía llevar sandalias blancas para estar piadoso y limpio antes de recitar sus versículos, explica Saleem.
Los escáneres mostraron que el niño medía 128 centímetros, no estaba circuncidado y no se le conocía otra causa de muerte que la natural. Por el grado de fusión ósea y la ausencia de erupción de las muelas del juicio, los autores estiman que el niño tenía entre 14 y 15 años. Sus dientes estaban en buen estado, sin indicios de caries, pérdida de dientes o enfermedad periodontal.
Alrededor de la superficie exterior de la momia había una guirnalda de helechos, o sea, que los antiguos egipcios estaban fascinados por las plantas y las flores y creían que poseían efectos sagrados y también simbólicos.
Se colocaban ramos de plantas y flores junto al difunto en el momento del entierro: así fue el caso, de las momias de los reyes del Imperio Nuevo Ahmose, Amenhotep I y Ramsés el Grande. También se ofrecían plantas al difunto en cada visita a los muertos durante las fiestas, explica Saleem.
Los amuletos son testimonio de una amplia gama de creencias egipcias. Por ejemplo, una hoja dorada de la lengua se colocaba dentro de la boca para asegurar que el niño pudiera hablar en la otra vida, mientras que un amuleto de dos dedos se colocaba junto al miembro para proteger pues claramente la incisión del embalsamamiento.
Un nudo de Isis invocaba el poder de Isis para proteger el cuerpo, un amuleto de ángulo recto aportaba equilibrio y nivelación, y los penachos dobles de halcón y avestruz representaban la dualidad de la vida espiritual y material. En el interior de la cavidad torácica se encontró un escarabajo dorado, del que los investigadores imprimieron una copia en 3D.
El escarabajo del corazón se menciona en el capítulo 30 del Libro de los Muertos: era importante en el más allá durante el juicio al difunto y el pesaje del corazón contra la pluma de la diosa Maat. El escarabajo del corazón silenciaba el corazón el Día del Juicio, para que no diera testimonio contra el difunto. Se colocaba dentro de la cavidad del torso durante la momificación para sustituir al corazón si el cuerpo se quedaba sin este órgano, explicó Saleem.
A la vista de estos emocionantes resultados, la dirección del Museo Egipcio decidió trasladar la momia a la sala principal de exposiciones con el sobrenombre de «Niño de oro».
Fuente: https://www.elespanol.com/el-cultural/historia/20230124/momia-egipcia-nino-muestra-secretos-amuletos-resurreccion/735926675_0.html