Elisha Graves Otis y el ascensor

Al parecer Arquímedes construyó el primer ascensor de la historia en el año 236 a. C. y también se han encontrado escritos posteriores que hacen referencia a unos ascensores que existieron en un monasterio de Sinaí (Egipto) que al parecer fueron construidos con cabinas sostenidas con cuerdas de cáñamo y funcionaban manualmente o tiradas por animales.
Posteriormente en el ‘Libro de los Secretos’, Ibn Khalaf al-Muradi describe un elevador que había en la España islámica que se usaba para elevar arietes muy pesados para destruir fortalezas.
Durante el Medievo se usaron sistemas de transmisión que estaban basados en molinetes y grúas, pero el invento más revolucionario de esa época fue la transmisión por tornillo.
En el siglo XVII, en los palacios de Francia o Inglaterra se empezaban a ver prototipos de ascensores, o sea, Luis XV de Francia tenía en el castillo de Versalles una ‘silla voladora’ y el primer ascensor de tornillo fue instalado en el Palacio de Invierno en 1793, gracias al inventor Ivan Kulibin.
Con el desarrollo industrial surgió la necesidad de subir materiales pesados y moverlos por las alturas y las laderas de las montañas pues la industria que más se benefició de esto fue la minería desarrollando unos ingeniosos elevadores a vapor.
Los arquitectos británicos, Burton y Horner, vieron que detrás había un lucrativo negocio; y en 1823 instalaron en Londres este sistema para subir a la gente a cambio de unas monedas pero la gente se caía al subir para ver toda la ciudad desde las alturas.
Años más tarde, en 1846, Sir William Armstrong inventó la grúa hidráulica para mejorar la carga y descarga en los muelles de Tyneside y poco después Waterman ideó lo que sería el primer montacargas.
Se trataba de una simple plataforma unida a un cable, que permitía subir y bajar mercancías y personas pues una vez mejoradas las plataformas la seguridad empezaba a ser una preocupación.

Elisha Graves Otis
Como consecuencia de la importancia de la seguridad en los sistemas de elevación, en 1852 Elisha Otis diseñó un ‘elevador de seguridad’ evitando la caída de la cabina en caso de que se rompiese el cable.
Con 19 años se independizó de sus padres en Vermont, fue maquinista de trenes durante 5 años, se casó, tuvo 2 hijos y casi fallece por culpa de una pulmonía.
Con unos ahorros creó su propio molino de harina pero fracasó y como necesitaba dinero para sacar adelante a su familia comenzó a construir vagones y carruajes pero su mujer falleció, se quedó solo con sus dos hijos, de 2 y 8 años pero poco después se volvió a casa mudándose a Nueva York,
Otis alquiló un local y empezó a trabajar en un freno de seguridad para detener a los trenes al instante y un horno automático para hornear pan pero le cortaron la electricidad y se tuvo que cambiar de ciudad.
Un día, mientras limpiaba y subía maquinaria y materiales pesados a las plantas superiores de la fábrica, Otis se acordó de unas plataformas de elevación de las que había oído hablar pues junto a su hijo empezaron a diseñar un sistema más seguro.
Su ‘elevador de seguridad’ funcionaba y era excepcionalmente seguro y como tuvo gran éxito se lo ofreció al dueño de la fábrica de camas donde trabajaba, pero éste lo rechazó.
Tras esta negativa siguió recibiendo pedidos de ascensores y decidió dejar la fábrica y fundar Union Elevator Works aunque poco después cambió el naming de la compañía por Otis Brothers & Co.

Demostración del funcionamiento del ascensor de Elisha Otis
En 1854, Elisha Otis viajó a la Feria Internacional de Nueva York para promocionar su invento y como sabía muy bien que su ‘elevador de seguridad’ era muy fiable, para convencer al público presente en el Crystal Palace, realizó una de las acciones de marketing más celebradas del siglo XIX.
Otis se montó en su elevador repleto de cajas pesadas y barriles y cuando llegó a cuatro pisos de altura, le pidió a su asistente que cortara la cuerda de suspensión.
El elevador cayó violentamente, pero en lugar de chocar contra el suelo el sistema de seguridad que había inventado se activó y paró el elevador sin causar daño alguno.
El diseño de ascensor que diseñó Otis es muy similar al tipo que todavía se usa hoy en día pues se trata de un dispositivo de engranajes que se enganchan con un rodillo dentado, que bloquean las guías por las que baja el elevador, en caso de que este descienda a una velocidad excesiva, por eso se le conoce como sistema de acuñamiento o par
El invento de Otis supuso la construcción de edificios de varias plantas provistos de elevadores seguros para que en 1885 se construyera el primer rascacielos del mundo, el Home Insurance Building de Chicago y el primer ascensor para personas se instaló en Nueva York, en el 488 de Broadway el 23 de marzo de 1857.
Otis pasó sus últimos días desarrollando diferentes tipos de inventos como un motor de válvula de vapor de tres vías, el horno de pan eléctrico o el freno para trenes, patentó un arado a vapor y un horno giratorio.
En sus últimos años de vida su salud se iba deteriorando poco a poco hasta que contrajo difteria y murió el 8 de abril de 1861 con tan solo 49 años.
Fuente: https://www.brandstocker.com/otis-y-el-origen-del-ascensor/