II Guerra Mundial: Operación Chastise
A mediados de marzo de 1943, en medio de un gran secreto se formó el Escuadrón X, con la misión de romper las represas del Ruhr para inundar las tierras de cultivo y paralizar la industria en ese valle alemán.
El principal problema que se presentaba, para cumplir ese objetivo, era que las bombas convencionales no quebraban las paredes de las represas y por tanto los británicos tenían que buscar otra forma para hacerlo.
El Dr. Barnes Wallis estuvo analizando el problema y llegó a la conclusión, de que podría usarse una forma especial de bomba, que debía ser lanzada como se hace con una piedra plana y vaya rebotando en la superficie de un lago.
La «bomba rebotante» fue bautizada con el nombre «Upkeep», que era una mina cilíndrica cargada con 3300 Kgs de Torpex y debía ser lanzada desde un avión a baja altura haciéndola girar previamente a 500 rpm.
En su recorrido desde el punto de lanzamiento la bomba iría rebotando en la superficie del embalse, saltando sobre las redes anti torpedos, golpearía contra la pared de la presa y se hundiría hasta 30 metros antes de estallar.
El comandante Guy Gibson
Se reunieron 133 hombres escogidos para conformar las tripulaciones del escuadrón que llevaría la numeración 617, el cual estaría bajo el mando del Comandante de Ala, Guy Gibson. El avión escogido fue una versión especial del cuatrimotor Lancaster, el modelo modificado BI.
Los blancos elegidos fueron, las represas de Möhne, Ennepe, Sorpe, Lister, Diemel, Eder y la de Möhne solo tenía una capacidad de 140 millones de toneladas de agua.
En la misión participarían 19 aviones, 9 correspondían a la Primera Fuerza, 5 a la Segunda Fuerza y 5 a la Fuerza de Reserva Móvil que fue claramente programada para el día 7 de febrero de 1943 y que se llevaría a cabo en tres oleadas.
La primera oleada de 9 aviones al mando de Gibson atacaría la represa sita en Möhne y si el ataque resultaba exitoso, los aviones que no lanzaron sus bombas se dirigirían a la Represa Eder.
La segunda oleada de 5 aviones, atacaría la Represa Eder y finalmente esa tercera oleada, formada por cinco aviones de la Fuerza de Reserva Móvil, despegarían dos horas después, para atacar las represas Diemel, Ennepe y Lister; pero si los blancos principales no hubieran sido exitosos, de nuevo se dirigirían a ellos.
Voladura de la presa de Möhne
El día 16 de mayo a las 9:30pm, una vez realizo el despegue, el quinto avión de esa Segunda Fuerza abortó la misión al tocar el agua con la bomba, que sobresalía por debajo del fuselaje destrozando el mecanismo de giro.
El resto de los aviones, luego del vuelo rasante cruzando el Mar del Norte, atravesaron la costa de Holanda, adentrándose en territorio alemán rumbo al valle del Ruhr.
Durante el camino fueron derribados el octavo avión de la Primera Fuerza, el segundo y cuarto de la Segunda Fuerza y también el primero y segundo de la Fuerza de Reserva Móvil.
El tercer avión de la Segunda Fuerza resultó dañado por la clara artillería antiaérea y regresó a su base y los doce aviones restantes continuaron con la misión.
Sobre el blanco y en medio del fuego de las defensas antiaéreas, Gibson y cuatro aviones de su escuadrilla lograron hacer blanco en el cuarto intento, rompiendo la pared de la represa.
Bomba «Upkeep» alojada en un Avro 464 Lancaster «Dambuster»
En seguida Gibson se dirigió hacia la Represa Eder, acompañando a los tres aviones de su escuadrilla, que no habían descargado sus bombas pero como la topografía del terreno de esta represa era mucho más difícil sólo después de 10 intentos tratando de poner el avión en la posición correcta, el noveno avión de la escuadrilla logró hacer blanco.
El primer avión de la Segunda Fuerza y el tercero de la Fuerza de Reserva Móvil, hicieron blanco en la Represa Sorpe, pero las explosiones no hicieron daño y el quinto avión de la Fuerza de Reserva Móvil no encontró el blanco y regresó a su base abortando la misión.
Fueron derribados ocho aviones con la pérdida de 53 tripulantes y junto a la ruptura de los embalses inundó 64 kms a lo largo del valle, matando con ello a 1300 civiles.
Los daños se fueron reparados durante 9 meses de trabajo y mientras tanto, las industrias, estaciones de bombeo, ferrocarriles y canales sufrieron las consecuencias de la inundación.
El balance de la operación tuvo un coste elevado teniendo en cuenta cuales fueron las consecuencias resultantes y el éxito de la misión permitió elevar la moral de la población inglesa.
De haberse roto los embalses de todas las represas, los resultados para toda la industria y en especial de la población del valle del Ruhr supondría una gran catástrofe.
Fuente: https://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/chastise.html