El baile obsesivo de Frau Troffea

En julio de 1518, una mujer –Frau Troffea– comenzó a bailar en una calle de Estrasburgo y pasadas un par de horas se desvaneció durmiendo un poco y luego se levantó para seguir bailando.
Tras tres agotadores días sin parar, y convenientemente inmovilizada, la llevaron a un santuario en las montañas de los Vosgos para ver si la podían ‘curar’.
Frau Troffea fue sólo la primera pues en pocos días, más de 30 personas habían empezado a bailar de manera compulsiva y en el plazo de un mes 400 personas se habían unido a esta delirante danza.
Ante esta situación, los dirigentes de la ciudad consultaron a los médicos locales, que diagnosticaron una enfermedad natural provocada por la llamada sangre caliente: se pensaba, de acuerdo con Galeno, que el flujo sanguíneo podía recalentar el cerebro, provocando enfado, fogosidad y locura.
Las autoridades en vez de realizar sangrías o poner a dieta a las personas enfermas, prescribieron ‘más baile’ para que la gente se cansara hasta el punto que contrataron músicos y bailarines profesionales para acompañar y estimular a los afectados por la extraña plaga.
Cuando las autoridades se dieron cuenta de que su ‘terapia’ no conseguía buenos resultados –muchas de las personas afectadas fallecían por ataques de corazón, derrames cerebrales o agotamiento–, decidieron hacer uso de las oraciones y plegarias solicitando la ayuda divina.
La enfermedad se prolongó hasta principios del mes de septiembre pero lo curioso del caso es que desapareció de manera tan misteriosa como había surgido.
Los historiadores manejan varias hipótesis pues una de ellas apunta a una danza ritual pero enseguida fue descartada ya que las personas afectadas no bailaban de manera voluntaria sino más bien parecían poseídas.
Otra de las conjeturas que se manejan es la del origen químico o biológico: ¿podría deberse al consumo de cornezuelo? El cornezuelo es un hongo que contiene alcaloides del grupo ergolina y entre las sustancias químicas que contiene está el ácido lisérgico.
Algunos estudiosos opinan que las personas afectadas podrían haber consumido pan contaminado con este hongo, que contiene sustancias psicotrópicas.
Las intoxicaciones con cornezuelo durante la Edad Media eran frecuentes, donde los efectos que provocaban una necrosis de los tejidos y gangrena en las extremidades.
Esta hipótesis tampoco convence demasiado, ya que el ergotismo provocaba convulsiones violentas y delirios pero en el casi de Estrasburgo lo único que hacían era realmente bailar.
Una de las explicaciones más aceptadas aparece en el libro A Time to Dance, A Time to Die (2008) del historiador John Waller (Michigan State University).
Waller descubrió que una serie de hambrunas había precedido la epidemia de danza de Estrasburgo, sembrando el miedo y la ansiedad entre los habitantes de la ciudad y una leyenda cristiana sostenía que la ira de San Vito podía enviar plagas de baile compulsivo.
Con estos datos en la mano, Waller concluye en su libro que el baile fue un trastorno psicogénico masivo, potenciado por las supersticiones, la angustia, la devoción religiosa y, fundamentalmente, por la sugestión.
Fuente: https://mujeresconciencia.com/2015/10/07/el-baile-obsesivo-de-frau-troffea/