La Batalla de Gembloux (31 de enero de 1578): La reconquista de Flandes

La batalla de Gembloux supone un puntal ineludible en la historia de los Tercios y la Monarquía Hispánica en Flandes, o sea, la guerra en Flandes encuentra un punto capital en la llegada de don Juan de Austria a este territorio tras la muerte del gobernado don Luis Requesens.
El conflicto se había complicado enormemente hacia 1576 y la victoria, para Felipe II, era una misión cada vez más complicada y entonces acudió a la don Juan de Austria.
Juan de Austria recibió en Milán la orden de hacerse cargo del gobierno de los países Bajos donde después de salir de marchó a Flandes llegando a Luxemburgo, única de las 17 provincias de Flandes que permanecía fiel a la corona española.
Cumpliendo el encargo de Felipe II, vista la desastrosa situación de la guerra, don Juan ordenó a todos sus soldados en las diferentes provincias que cesasen sus hostilidades contra los rebeldes y, así pues, el 17 de febrero de 1577 se firmó el edicto perpetuo, que confirmaba la pacificación de Gante.
Según este edicto todos los soldados españoles debían abandonar Flandes mientras que los flamencos se comprometían a seguir bajo la autoridad de la corona española y a la salvaguarda de la religión católica.

Retrato de Juan de Austria
Partieron así las tropas hacia Milán con el consiguiente descontento de los soldados, que abandonaba unas tierras en las que habían luchado y donde habían conseguido grandes victorias a la corona española.
Tras la firma de la paz de Gante y la salida de las tropas españolas, don Juan de Austria, de acuerdo con el tratado, debía ser reconocido como gobernador de Flandes en nombre de Felipe II.
Era ingenuo pensar que Guillermo de Orange iba a respetar honestamente el acuerdo, o sea, comenzó a planear atentar contra la figura de don Juan e hizo todo lo posible para atacar su mando al frente de las posesiones de la Monarquía Hispánica.
Cuatro meses más tarde, a finales de año, llegaban 6.000 hombres de los tercios a Luxemburgo con el tercer duque de Parma y Plasencia, Alejandro Farnesio, sobrino de don Juan Austria.

Retrato de Guillermo de Orange «El Taciturdo»
Se había trasladado ya don Juan a Luxemburgo y Guillermo de Orange junto con los rebeldes comenzaron a pedir ayuda a Francia, Inglaterra y Alemania pero ya era tarde puesto que los tercios se había puesto en marcha.
Los ejércitos se enfrentaron un mes más tarde, a principios de 1578, en Namur pero aunque el ejército de los rebeldes contaba con muchos más hombres, el de don Juan estaba formado por soldados seleccionados y curtidos en múltiples batallas.
Además, a su frente se encontraban varios de los generales más temidos de Europa: Mondragón, Toledo, Farnesio, Mansfeld, Martinengo, Bernardino de Mendoza, Octavio Gonzaga… y todos ellos bajo el mando don Juan de Austria.
La intención de los rebeldes era presentar batalla a los hombres de don Juan en el mismo Namur pero, al tener conocimiento de que el ejército real venía ya de hecho a su encuentro, decidieron retirarse a Gembloux y antes del amanecer se pusieron en marcha ambos ejércitos en busca de la batalla.

Retrato de Felipe II
El ejército rebelde se encontraba en mal estado, con muchos enfermos pues sus líderes, George de Lalaing, el conde de Rennenberg, Philip de Lalaing, Robert de Melun y Valentin de Pardieu, estuvieron ausentes porque asistieron al matrimonio del barón de Beersel y Marguerite de Mérode en Bruselas, o sea, el mando del ejército quedó en manos de Antoine de Goignes.
Tal confianza tenía don Juan en la victoria de sus hombres que la noche anterior mandó añadir al estandarte real que él mismo había llevado en Lepanto, bajo la cruz de Cristo, la siguiente frase: “Con esta señal vencí a los turcos, con esta venceré a los herejes”.
La confrontación comenzó con una escaramuza encabezada por Octavio Gonzaga, otro de los hombres de confianza de Don Juan de Austria, a la cabeza de 2.000 soldados con el fin de entretener al grueso del ejército enemigo.
Temiéndose que el enemigo se abalanzara de golpe como respuesta, Don Juan de Austria ordenó a un capitán llamado Perote, cuya compañía se situaba en la vanguardia y seguía avanzando, que retrocediera

Retrato de Alejandro Farnesio
A continuación, Alejando Farnesio montó a caballo y dirigió hacia donde estaban las tropas rebeldes pues sus salvajes y repetidas cargas pusieron en fuga a la caballería enemiga.
Mientras tanto, parte de las tropas rebeldes, en su mayoría holandesas y escocesas lideradas por el coronel Henry Balfour, intentaron tomar posiciones defensivas, pero no pudieron resistir a los mosqueteros y piqueros liderados por Juan de Austria, Mondragón y Gonzaga.
La victoria española fue completa, De Goignies fue tomado prisionero, junto con un gran número de sus oficiales y les arrebataron 34 banderas, la artillería y todo el bagaje.

Grabado representando la Batalla de Gembloux
La derrota de Gembloux obligó al príncipe Guillermo de Orange a abandonar Bruselas y ante el rumor de la derrota de sus tropas, el Taciturno y el resto de los nobles decidieron, sin esperar siquiera a la confirmación de la noticia, retirarse precipitadamente a Amberes, donde se sentían más a cubierto.
La victoria del ejército liderado por don Juan de Austria significó el fin de la Unión de Bruselas y aceleró la desintegración de la unidad de las provincias rebeldes.
La batalla de Gembloux supuso el inicio de la reconquista de Flandes con la vuelta de los Tercios que sirvió para unir en el frente de batalla a las personalidades más importantes de la historia de los Tercios.
Contribuyó a levantar la moral general desgastada por el desarrollo de la guerra y, en definitiva, ha sido una batalla olvidada que representa a la perfección la acción, desarrollo, gestión y forma de actuar de los tercios que lucharon por Europa defendiendo lo que creían justo.
Fuente: http://www.despiertainfo.com/2019/01/31/la-batalla-de-gembloux-31-de-enero-de-1578-la-reconquista-de-flandes/