LOS MISTERIOS DE LA CALLE DEL BISBE DE BARCELONA
Cuentan que el obispo Manuel Irurita Amandoz fue presuntamente asesinado aquí por anarquistas al comenzar la Guerra Civil o eso se contó entonces ya que varios testigos aseguraron en 1939 haberle visto. Incluso corrió el rumor de que acabó retirado en un convento de la Provenza. Sin embargo, cierto o no, lo que sí es verdad es que la Santa Sede no nombró nuevo obispo hasta 1942. Existen muchas incógnitas sobre la muerte de Irurita, responsable, dicen, del nombre actual de la calle ‘Bisbe’ (obispo).
Si uno observa detenidamente el puente de la calle del Bisbe que une la Generalitat con la casa dels Canonges , en su parte inferior descubrirá una misteriosa calavera, que se dice es auténtica, atravesada por una daga. Qué hace ahí y cuál es su significado es todavía un enigma, lo que ha dado paso a las inevitables leyendas urbanas. Unas dicen que si se retira la daga, Barcelona se derrumbará en sus cimientos. Otra, que si atraviesas el puente de espaldas mirando la calavera, se te concederá un deseo.
Sea como sea, lo cierto es que no se conoce por qué está ahí. Pero indagando en su historia quizá se pueda formular una hipótesis. El puente fue diseñado en 1928 por el arquitecto de la Diputación de Barcelona Joan Rubió i Bellver, discípulo de Gaudí. En 1927, Bellver presentó en el claustro de la catedral un proyecto de rehabilitación del entorno del monte Táber que contemplaba derribar todos los edificios que no fueran góticos, añadir nuevos elementos de ese estilo y crear ornamentaciones que lo imitaran con el objetivo de crear un conjunto ornamental que visto hoy se asemejaría más a un parque temático que a un barrio gótico.
El proyecto de Bellver fue duramente criticado y descalificado por los círculos arquitectónicos barceloneses. Aunque intentó defenderlo, no consiguió que prosperara. Como consolación, le dejaron llevar adelante el actual falso puente gótico de la calle del Bisbe. La clave puede hallarse ahí.
Simbólicamente, una calavera significa la muerte. Atravesada con una daga, muerte violenta, asesinato. Vistos los antecedentes, Bellver puede que pretendiera dejar un mensaje. No en vano, pertenecía a una escuela arquitectónica, el modernismo, fascinada por todo lo simbólico. Quizá Bellver quería dejar constancia de que su monumental proyecto para el Barri Gòtic fue traicionado, asesinado, por quienes lo incomprendieron.
Fuente: http://www.cascanticbcn.com/