El secuestro de Shawn Hornbeck. ¿Por qué no se escapó de su captor?

El caso del secuestro de Shawn Hornbeck causó revuelo en los Estados Unidos por diferentes razones y lo más curioso del caso es que a pesar de haber tenido múltiples ocasiones para poder escapar, pedir ayuda, e incluso habiendo tenido contacto directo con la policía en una ocasión, nunca intentó escapar, y, de no haber sido rescatado, no hay forma de saber cuánto tiempo más podría haber estado secuestrado.
Shaw Hornbeck era un niño de 11 años que fue secuestrado el 6 de octubre de 2002 mientras montaba en bicicleta en un pequeño pueblo rural del condado de Washington llamado Richwoods, en el estado de Missouri, Estados Unidos, a unas 50 millas de St. Louis.
Su secuestrador, Michael Devlin, gerente de una pizzería, llevaba meses recorriendo calles solitarias en la búsqueda de una joven víctima pues Shawn había recorrido ese mismo camino infinidad de veces, pero ese fatídico día de octubre tuvo la mala suerte de toparse con Devlin en su camioneta de reparto.
Al ver a Shawn, Devlin lo tiró de su bicicleta y lo secuestró sin mucha dificultad, llevándoselo así lejos del lugar y al ver que Shawn no llegaba, su madre, Pam, y su padrastro Craig Akers, inmediatamente llamaron a la policía notificando la desaparición de Shawn y entonces comenzó la búsqueda.
Pasaron años sin saber nada del pequeño Shawn pues lo buscaron por todas partes, en los bosques, en los pueblos aledaños, pusieron anuncios en las redes sociales, sin ningún resultado.
Sin embargo, nunca se dieron por vencidos, hasta que un día, más de cuatro años después de que tuvo lugar su secuestro, ocurrió algo completamente inesperado que pondría fin a la búsqueda.
Cuatro años después del secuestro de Shawn Hornbeck, un segundo drama se estaba desarrollando en un pueblo cercano a Rochwoods llamado Beaufort, en el condado de Franklin, Missouri, a unas 60 millas al suroeste de St. Louis.
El pequeño Ben Ownby, de 13 años de edad, desapareció mientras esperaba el autobús escolar cerca de su casa pues afortunadamente, el vecino de Ben, Mitchell Hults, presenció el secuestro y así pudo dar la descripción de la camioneta de Devlin a las autoridades quienes comenzaron a buscarla.
Llevaban ya tres días buscando cuando el cuarto día, un giro fortuito de los acontecimientos lo cambió todo, y no solo para Ben y su familia.
Gary Toelke, el alguacil del condado de Franklin donde se denunció el secuestro de Ben Ownby dio una rueda de prensa y les hizo saber a los presentes que tenía que darles una noticia buena.
El 12 de enero de 2007, mientras la policía buscaba a un sospechoso por un crimen no relacionado con el caso del secuestro de Ben Ownby en el bloque 400 de la calle South Holmes en Kirkwood, una ciudad de Missouri, los agentes identificaron la camioneta blanca que Mitchell Hults había descrito cuando tuvo así lugar el día del secuestro de Ben.
Gracias a ello, los policías inmediatamente avisaron al FBI, obtuvieron una orden de registro y entraron en el apartamento de Michael Devlin.
Lo primero que descubrieron, con gran alivio, fue al pequeño Ben de 13 años, sano y salvo pero al lado de Ben, sentado tranquilamente, había un segundo adolescente que resultó ser nada más y nada menos que Shawn Hornbeck.
Lo inesperado de los acontecimientos, fue la forma fortuita de como consiguieron encontrar la camioneta que llevaban cuatro días buscando y lo sorprendente fue que el pequeño Ben estuviera acompañado de una segunda víctima de secuestro que llevaba 4 años y 3 meses perdido hizo que los medios se refirieran al caso como “el milagro de Missouri”.
El dueño del apartamento y de la camioneta blanca, Michael J. Devlin, fue detenido y puesto bajo la tutela de las autoridades mientras los niños eran reunidos con sus familiares, poniendo fin a la desesperación e incertidumbre de Craig y Pam Akers.
¿Cómo es posible que Shawn estuviera allí sentado, aparentemente tan tranquilo mientras la policía los rescataba, si llevaba 4 años prisionero tras ser secuestrado por Devlin?
Ya era un muchacho de 15 años de edad, ¿por qué no había intentado escapar antes?, o sea, resulta que el apartamento de Devlin no se parecía en nada a una prisión de máxima seguridad por lo que estas y otras preguntas inmediatamente comenzaron a surgir, en especial tras entrevistar a los vecinos de Devlin.
Nadie llegó a sospechar jamás que Shawn estuviera secuestrado pues parecía un niño normal que salía a jugar por los alrededores, tenía amigos e incluso salía con una chica. La conclusión más evidente era que se trataba, en efecto, del hijo de Devlin. ¿Quién podría dudarlo?
Hubo dos hechos del caso que levantaron aún más preguntas, o sea, Shawn en una ocasión se puso en contacto con la policía para denunciar pues que le habían robado su bicicleta en las afueras de un centro comercial. ¿Por qué no pidió ayuda en ese momento?
En otra ocasión, Shawn se puso en contacto con sus padres utilizando el nombre de Shawn Devlin, y les preguntó hasta cuándo seguirían buscando a su hijo perdido, o sea, es difícil imaginar qué razones harían que el pobre Shawn no se atreviera a hablar.
Cualquiera que pretenda juzgar a Shawn por no haber tenido el valor de escapar está muy equivocado, o sea, gracias a testimonios del mismo Shawn y a la confesión de Michael Devlin, se supo así el verdadero motivo de su secuestro.
Devlin tenía la intención de que tras secuestrarlo lo llavaría a un campo lejano y apartado para luego sin ser visto comenzar a estrangularlo hasta quitarle la vida.
Sin embargo, Shawn pudo hablar antes de que fuera demasiado tarde y logró convencerlo de que no lo matara, o sea, le prometió hacer lo que Devlin quisiera con tal de dejarlo con vida, a lo que Devlin resulta que accedió, sellando así algo parecido a un pacto con el diablo.
Así comenzó la verdadera pesadilla para el pequeño de tan solo 13 años de edad. Solo su voluntad férrea de vivir le permitió seguir adelante, soportando todo tipo de abusos durante todos los años que duró su tortura.
Su miedo a hacer enfadar a Devlin fue tan palpable que el mismo Devlin se convenció, acertadamente, el hecho de que el niño no trataría de huir, por lo que le dio considerables libertades.
Además, Devlin contaba con el hecho que Shawn no conocía la población de Kirkwood, donde estaban, al ser de un pequeño pueblo en las afueras de St. Louis, por lo que no sabría hacia dónde ir si trataba pues escapar.
La última mala jugada de manipulación que le hizo Devlin a Shawn fue obligarle a participar del secuestro del pequeño Ben, o sea, Devlin lo convenció de que, aunque no moviera un dedo para ayudarlo a poder secuestrar a su nueva víctima, el solo hecho de estar en la camioneta lo convertía en cómplice, por lo que ya no podría ir a las autoridades a pedir ayuda sin que a él también lo culparan por secuestro.
Sin ninguna otra opción que mirar, Shawn observó, impotente, como Michael Devlin elegía y secuestraba a su nueva víctima. Sin embargo, una vez de vuelta en el apartamento, Shawn se dedicó a proteger a Ben de Devlin para que el pequeño desconocido no tuviera que soportar la miseria que él llevaba soportando durante años.
Todos están de acuerdo en que Shawn, que no tuvo el valor de arriesgar su propia vida escapando de su captor, fue un verdadero héroe al arriesgarse por la vida de Ben. Afortunadamente, el suplicio de Ben no duró lo mismo que el de Shawn, y finalmente Devlin fue capturado antes de que volviera hacer daño a más niños inocentes.
Michael J. Devlin se declaró culpable por el secuestro y violación de Shawn Hornbeck y de Ben Ownsby pues en su declaración describió los horrores por los que hizo pasar al pequeño Shawn, y cómo en su opinión Shanw, ya de 15 años, se estaba haciendo mayor para él, razón por la que decidió secuestrar a Ben.
Por sus crímenes, Devlin fue condenado a 74 cadenas perpetuas, dos de ellas por los dos secuestros y 72 en total por cargos de sodomía forzada a un menor y otros crímenes cometidos contra ambos niños.
Estas cadenas perpetuas sumarían un total de 1.850 años, pero después fue condenado a un mínimo de 170 años en una prisión federal, llevando el total a 2.020, por lo que pasará el resto de su vida entre rejas.
Fue encarcelado en el Centro Correccional Crossroads en Cameron, Missouri, el 30 de enero de 2008, un año después de haber sido detenido.
En 2011 fue atacado y apuñalado múltiples veces por otro preso, que confesó hacerlo por la rabia y el desprecio que sentía por los crímenes de Devlin.
A pesar de que los directores de la prisión quisieron sacar a Devlin del estado, e incluso el de cambiarle el nombre por su seguridad, los familiares de las víctimas se opusieron y aún se encuentra en Crossroads a día de hoy.
Fuente: https://www.yubrain.com/humanidades/cuestiones/huida-de-shawn-hornbeck-de-su-captor/