El naufragio del vapor italiano ‘Sirio’

El trasatlántico Sirio era un buque de vapor de nacionalidad italiana que fue construido en los astilleros Robert Napier & Sons, de Glasgow (Escocia), durante el año 1882 y botado el 26 de marzo del año siguiente.
Apenas pasadas las 4 de la tarde del sábado 4 de agosto de 1906, el Sirio, navegaba frente a La Manga del Mar Menor acercándose a la costa a unos 16 nudos de velocidad con el objetivo de ganar tiempo.
El oficial de guardia, Cayetano Tarantino (tercer oficial), esperaba la llegada del capitán Piccone al puente, ya que en breve doblarían el cabo de Palos pero Tarantino vio las islas Hormigas a proa indicando al capitán Piccone que navegaban demasiado cerca de la costa, aunque este no atendió a la advertencia.
Se escuchó un estruendo aterrador producido al chocar el casco de hierro del buque contra el bajo de Fuera y después de una espantosa sacudida, el trasatlántico quedó varado entre las rocas de ese bajo.
Primero fue un golpe seco que levantó la proa del buque y la hizo salir del agua provocando un gran ruido haciendo que las planchas del fondo se abrieran y retorcieran contra la superficie de la piedra del bajo de Fuera.

El capitán Giuseppe Piconne
En la sala de máquinas y cuartos de calderas el personal de guardia no murieron aplastados por las planchas del fondo que se abrían a sus pies y la tromba de agua que entraba a toda velocidad.
Después se produjo una explosión en la zona de las calderas que destrozó las cubiertas de pasaje sobre ellas ubicadas y sembrando la muerte entre los emigrantes.
El agua comenzó a inundar el buque por dos zonas: en la popa, a través de la cubierta, y en la zona de proa, a través de las vías de agua producidas en la rotura del casco y en tan sólo cuatro minutos, un tercio del buque quedó completamente sumergido en las aguas por su popa.
El capitán Piccone y sus oficiales -únicamente el segundo piloto permaneció en la nave hasta el final- fueron los primeros en abandonar el Sirio en un bote salvavidas, dejando a los pasajeros del vapor abandonados a su suerte.
No había suficientes botes salvavidas para todos y lo mismo pasaba con los chalecos salvavidas y como consecuencia de ello muchos de los pasajeros de la cubierta de popa quedaron atrapados bajo los toldos que les protegía del sol, en una especie de red que les arrastró bajo el agua.
El capitán Piccone declaró lo siguiente al periódico “Il Secolo” de Milán a su regreso a Italia tras el naufragio: «Tomé todas las precauciones para seguir la ruta prevista y pasar a unas tres millas de distancia de la costa, pero a pesar de ello vino el naufragio, algo que de ningún modo podía yo prever. Tuvo que deberse a corrientes marítimas o a influencias magnéticas. Aquella parte de la costa es rica en minas de hierro que podían haber alterado la rosa de la brújula. En el momento del naufragio yo me encontraba junto a la brújula y el oficial Amezaga seguía la ruta indicada. No puedo suponer otra cosa.»
El dato oficial de víctimas es de 242 y la compañía Lloyd considera que ese número asciende a 442 pero fuentes extraoficiales cifran el número total de víctimas entre 440 y 500 personas pero la prensa de la época situaba esta cifra por encima de 500 personas.
El naufragio del Sirio fue la mayor tragedia marítima del litoral español, tras el hundimiento durante la guerra civil española, el 7 de marzo de 1939, del buque de transporte de tropas Castillo de Olite en la bahía de Cartagena, donde perecieron 1.477 soldados del frente nacional.

Ilustración que muestra uno de los momentos del rescate
El vapor de carga francés Marie Louise, comandado por el capitán Colomer, se encontraba cerca de las islas Hormigas en el momento de la catástrofe, siendo el testigo más directo del naufragio y el primer barco en acercarse al Sirio tras la tragedia.
El buque salvó la vida de 29 náufragos y, a continuación, viró su rumbo hacia Alicante y el buque mercante francés Poitien negó la ayuda a los náufragos del Sirio por miedo a varar su nave al aproximarse.
El vapor italiano Umbría atravesó la zona poco después de la tragedia y su capitán Barabino manifestó que, ajeno al naufragio, vio un vapor con buena parte de su popa hundida y a través de sus botes se dirigió hacia la zona donde estaba el Sirio.
Una vez informado Barabino, los tripulantes volvieron al Sirio y penetrando en su interior, hallaron anegada la popa hasta el cuarto de máquinas y libre el resto del buque.
En Cartagena, numerosas personas fueron testigos del naufragio y dieron inmediatamente la voz de alarma y varios pescadores partieron en sus laúdes rumbo al bajo de Fuera para auxiliar a las víctimas.

Momento del hundimiento del Sirio
Dignos de mención son también el farero de las islas Hormigas, José Acosta Morales, y su ayudante, Manuel Jiménez Ruiz, quienes auxiliaron a más de cien personas que desembarcaron o llegaron a nado hasta el pequeño islote donde se asienta el faro.
Juan de la Cierva y Peñafiel, ex ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, elogió el comportamiento heroico de los habitantes de Cabo de Palos con los náufragos del vapor Sirio.
«Estos hombres rudos, ancianos, algunos octogenarios, tienen el corazón muy grande, hecho para el mar. Y sin que nadie los estimularan armaron sus frágiles barcos y a volar, apoyándose en los remos. Era el viento contrario y dificultaba el avance, pero con él lucharon… A salvarles marcharon los hombres y mujeres, la colonia entera, pronta a cumplir sencillamente nuestros deberes».
Aunque el capitán Piccone atribuyó a otros como posibles motivos del naufragio, la comisión italiana de investigación sobre el naufragio del Sirio, creada por el gobierno italiano, fue concluyente al exponer que el Sirio se aproximara temerariamente a las playas, a pesar de su importante calado, -ya fuese para intentar recuperar el tiempo y el combustible perdidos en las recogidas clandestinas, ya fuese para un nuevo embarque de inmigrantes- y encallara en los bajos de las Hormigas.
Además, los bajos de las Hormigas estaban perfectamente reflejados en las cartas de navegación de aquella época, o sea, era una clara imprudencia la actitud adoptada por parte del capitán.
Por otro lado, y teniendo en cuenta que los restos del barco permanecieron varados durante 15 días, si el capitán y la tripulación hubieran estado a bordo y organizado la evacuación del pasaje, la mayor parte de este podría haber sido rescatado con vida.
En sus declaraciones a la prensa italiana, el capitán de la Compañía General de Navegación de Génova negó las acusaciones de abandono del barco pues Piccone señaló que toda la tripulación cumplió perfectamente con su deber y que él había sido el último en abandonar el barco junto a los oficiales Amezaga y Tarantino y el marinero Vizziga, cuando era ya noche cerrada.
La versión del capitán Piccone se contradecía con total claridad con las informaciones recogidas por la prensa española en el momento del naufragio, en las que se cuenta que Piccone fue uno de los primeros en abandonar el Sirio.
Los pasajeros supervivientes confirmaron estos hechos y reiteraron que habían quedado desde el principio abandonados a su suerte y los miembros de la tripulación, por su parte, reconocieron que Piccone fue advertido en reiteradas ocasiones del peligro que suponía su temeraria navegación.
El 6 de octubre de 1906, desde el vapor Salvios varios buzos italianos y españoles se sumergen en busca de la caja fuerte y tras varias inmersiones localizan la caja, que se encuentra intacta en el mismo lugar donde siempre estuvo en el barco.
La caja no presentaba ninguna señal de violencia, estaba en perfecto estado con sus dos cerraduras intactas y cuando por fin se logra abrirla, su interior está vacío.
Por tanto se preguntaban dónde está el contenido, quién pudo abrir la caja conociendo y teniendo acceso a las llaves, cuándo se hizo y cómo pudieron desembarcar con todo el material sin ser vistos.
¿Fue quizás algo improvisado en el momento o quizá responde todo a un propósito preconcebido, incluyendo un embarrancamiento premeditado? ¿Es posible que el plan de los ladrones incluyera su recogida por otra embarcación de las muchas que se acercaron en los primeros momentos al casco del Sirio, mientras otras se dedicaban a salvar náufragos?
Fuente: http://fomalhaut-mp.blogspot.com/2011/02/naufragio-sirio-hormigas.html