El agua de la Virgen: los botijos del claustro

Cada 15 de agosto, en el claustro de la Catedral, se permite el acceso de toledanos y visitantes para beber agua en botijos, extraída de los pozos ubicados en esta zona.
Referida a esta tradición existe su propio mito o leyenda, que nos cuenta así cómo hace siglos, gentes venidas de todos los pueblos de alrededor, formando un gran tumulto en esta conmemoración de la Patrona toledana, asistían a los ritos festivos y religiosos.
Terminada la fiesta de la tarde, la multitud comenzó a desfilar lentamente fuera de la catedral, y debido a ello se incrementaba de forma notable la sensación de calor asfixiante y entonces un niño presente entre esa multitud sufrió un repentino desvanecimiento donde todos creyeron que había muerto.
Corrieron algunos de los que allí estaban a por el agua de los pozos de la catedral, que fue arrojada así de forma repentina sobre el muchacho, el cual recobró el conocimiento de forma inmediata y debido a ello el pueblo, lo atribuyó a la mano divina de la Virgen.
Hay también otra leyenda, más conocida por los toledanos, que cuenta cómo la imagen de la Virgen del Sagrario, durante la reconquista de la ciudad por Alfonso VI en el 1085, fue rescatada pues del pozo del claustro donde allí fue escondida para protegerla de la invasión musulmana y a partir de aquel momento estas aguas han recreado numerosos milagros y curaciones para aquél que la consume.
Fuente: https://www.leyendasdetoledo.com/el-agua-de-la-virgen/