La Batalla de Actium

La batalla de Actium tuvo lugar el 2 de septiembre del año 31 a.C. y enfrentó al ejército de Octavio Augusto con el de Marco Antonio y Cleopatra en el promontorio de Accio, frente al golfo de Ambracia, en el sur de Grecia.
Tras el asesinato de Julio César cometido en el año 44 a.C., el mundo romano se hallaba sumergido en una serie de guerras civiles que se extendieron por todo el territorio que dominaba Roma y acabarían con la firma de la paz de Brindisi en el año 40 a.C.
Octavio controlaba la parte occidental del territorio romano mientras que Marco Antonio dominaba la zona oriental gracias a su prestigio como militar pero también a su relación amorosa con la reina de Egipto, Cleopatra VII, que había sido amante de Julio César.
Este aumento del poder de Marco Antonio en Oriente comenzó a despertar las sospechas de Octavio en Occidente que con el paso del tiempo le veía más como un rival que como un aliado.
Octavio consiguió que el Senado acusara a Marco Antonio de traición y que le eliminaran del triunvirato que habían formado junto con Lépido, que se encargaba del gobierno de África.
Éste ya había sido acusado por Octavio de querer usurpar del poder y vivía en el exilio en Cerceo y también quiso parlamentar de forma pacífica con Marco Antonio pero éste ya había concentrado a su ejército y se negaba a seguir otra vía.
Ambos dirigentes tenían intereses en romper aquella frontera por vía marítima pues Octavio necesitaba mover tropas y suministros y quizá invadir Egipto. Marco Antonio, por su parte, tenía que atravesar esa línea de comunicación para llegar hasta Italia pero sin dejar de tener contacto con la zona oriental romana.
Por ello, Marco Antonio tenía a su flota en Actium y su ejército repartido por distintas guarniciones en el Peloponeso, además de varios barcos cubriendo las pequeñas islas de la zona.
En la primavera del año 31 a.C., Octavio envió su flota comandada por Marco Vipsanio Agripa para derrotar a los barcos de Marco Antonio y cortar todo suministro a Actium mientras sus tropas se apostaban en la zona septentrional del canal, frente a las del propio Marco Antonio.
Éste decidió mover a sus hombres hacia ese lugar para forzar a Octavio a un enfrentamiento sin tener que mover la flota pero no lo consiguió debido a la baja moral de sus comandantes motivada por la falta de suministros y las condiciones insalubres que sufrían.
La situación en el ejército de Marco Antonio no pareció mejorar con el paso del tiempo y en verano, su almirante principal, Cayo Sosio, intentó escapar por mar mientras Marco Antonio se encargaba de mover a la mitad de sus hombres tierra adentro para tratar de que Octavio huyera.
Sosio logró vencer a las naves que le impedían entrar al golfo de Ambracia pero Agripa trasladó hasta allí al resto de sus barcos y obligó a Sosio a retroceder, frustrando así su huida.
Marco Antonio se vio entonces en un dilema: podía abandonar la flota y avanzar hacia el norte hasta llegar a Macedonia, donde podría intentar conseguir más aliados o intentar un nuevo ataque por mar para dirigirse a Egipto y allí reunir otra flota de guerra.
Ésta argumentó que si dejaba atrás a su flota, se alejaría también de las legiones romanas que le eran leales y que se hallaban apostadas en Siria y Cirenaica. Su general Publio Canidio Craso, en cambio, se mostraba más partidario de un ataque por tierra.
La mañana del 2 de septiembre del año 31 a.C., Marco Antonio quemó los barcos que le sobraban para evitar que Octavio pudiera hacer uso de ellos y embarcó en el resto de naves a los mejores soldados que pudo reunir.

Desarrollo de la Batalla de Accio
La flota de Octavio se componía de trirremes y sextirremes mientras que los que tenía Marco Antonio eran parecidos pero además, él poseía algunas embarcaciones más grandes que parecían verdaderos castillos marítimos.
Disponían de torres en las que apostar arqueros y en sus cubiertas podían desplegarse cientos de soldados además de llevar velas donde el plan de Marco Antonio era aprovechar el viento para dirigirse hacia el sur y llegar hasta Egipto lo antes posible.
Por último, tenía una pequeña flota compuesta por barcos comerciales que portaban los tesoros y botines acumulados para resguardar en Egipto y destinó un grupo de barcos a proteger a esta pequeña flota entre los que se encontraba el propio buque insignia de la reina Cleopatra.
El objetivo principal de Octavio Augusto era bloquear la salida del golfo de Ambracia para lo que dividió a su flota en tres partes: a la izquierda se situó Agripa, en el centro Lucio Arruncio, y a la derecha el propio Octavio.
Marco Antonio, al ver la estrategia, ordenó a sus flancos izquierdo y derecho alejarse del centro obligando a los barcos de Octavio a romper la formación.
De esta manera y con el centro despejado, los barcos mercantes de Marco Antonio cargados de tesoros lograron encontrar un hueco por el que romper la línea de Octavio.

Batalla naval entre la flota de Octavio y Marco Antonio
Mientras tanto, Agripa en el flanco izquierdo había vencido a los barcos de Marco Antonio por lo que pudo cambiar el rumbo para perseguir a éste y al tercer escuadrón de su flota.
La superioridad de los hombres de Octavio se hizo presente en la batalla cuerpo a cuerpo puesto que mientras sus soldados eran experimentados y disciplinados, los de Marco Antonio eran mercenarios orientales que no conocían el sistema de combate de los romanos y no supieron resistirlo.
El buque insignia de Marco Antonio quedó atrapado en una refriega en el flanco derecho por lo que tuvo que cambiar de barco rápidamente y seguir al escuadrón de Cleopatra que ya se dirigía hacia Egipto.
Sin embargo, no fue esta derrota naval lo que supuso el fracaso de Marco Antonio y Cleopatra sino el abandono del ejército que habían dejado atrás, o sea, unos 5.000 efectivos.
Las tropas comenzaron a retirarse hacia Macedonia pero cuando fueron alcanzadas por las legiones de Octavio, se emprendieron negociaciones que acabaron con un cambio de bando por parte de los soldados de Marco Antonio.
Craso, a pesar de todo, sí permaneció leal a Marco Antonio y emprendió la huida hacia Egipto para reunirse con él después de que sus soldados se amotinaran.
Octavio no se conformó y persiguió a Marco Antonio y Cleopatra hasta Alejandría donde Marco Antonio, hundido y deprimido, no quiso seguir atendiendo los asuntos bélicos y políticos y no reaccionó cuando las tropas de Octavio alcanzaron las tierras orientales.
Octavio logró aumentar su ejército prometiendo una amnistía general a todos aquellos que abandonaran su lealtad a Marco Antonio y cambiaran de bando a su favor.
Cuando Marco Antonio supo que Octavio estaba en las puertas de Alejandría pareció reaccionar y se dedicó a organizar la defensa de la ciudad intentando llevar la lucha al este de la ciudad.
Sin embargo, la caballería antoniana y la flota egipcia se rindieron también a Octavio por lo que a Marco Antonio tan sólo le quedó la infantería, con la que volvió a Alejandría sin haber conseguido prácticamente nada.
Al regresar a la ciudad, recibe la noticia de que la reina Cleopatra se ha encerrado en su tumba y se ha suicidado pero era falso y ante la situación del momento Marco Antonio se suicidó lanzándose contra su espada.

Muerte de Cleopatra
Cleopatra tuvo varias reuniones con Octavio para negociar los términos de su rendición pero finalmente no le quedó otro remedio que capitular ya que Marco Antonio había muerto, sus hijos pequeños habían sido capturados, habían matado a Cesarión, el hijo que había tenido con Julio César, y habían confiscado todos sus tesoros.
Según la leyenda, hizo que sus esclavas le llevaran una cesta con frutas en la que se escondía un áspid, una cobra egipcia, que le mordió en un seno causándole la muerte.
Además, dejó una nota pidiéndole a Octavio ser enterrada junto a Marco Antonio, deseo que le concedió y aún hoy en día sus tumbas no han sido encontradas.
Egipto quedara entonces convertido en una provincia romana donde Alejandría seguiría siendo su capital donde el emperador tomó el territorio como una especie de dominio personal.
Además, el gobierno de Egipto quedará siempre en manos de un prefecto del orden ecuestre que será elegido personalmente por el emperador y será digno de toda su confianza.
Fuente: https://guerrerosdelahistoria.com/batallas-de-la-historia/actium/