La muerte del emperador romano Tito Flavio Domiciano

El emperador romano Domiciano fue asesinado el 18 de septiembre de 96 a consecuencia de una conspiración palaciega llevada a cabo por un grupo de oficiales de la corte.
Suetonio ofrece una detallada descripción del homicidio, afirmando que el líder de los conspiradores era el chambelán imperial Partenio que se había enemistado con el emperador debido a la ejecución de su propio secretario Epafrodito.
Los autores materiales del asesinato fueron un liberto de Partenio, llamado Máximo, y Esteban, mayordomo de la sobrina del emperador, o sea, Flavia Domitila.
Sin embargo, no se ha determinado con total certeza la participación de la Guardia Pretoriana, liderada por Norbano y Petronio Segundo que tenía el conocimiento del complot.
La Historia romana de Dión Casio, escrita casi cien años después del delito, cita a Domicia Longina entre los conspiradores pero la fe y devoción que esta mujer sintió por su marido incluso después de su muerte hace que su participación en la conjura sea muy poco probable.
Dión sugiere que el asesinato fue un acto improvisado pero los escritos de Suetonio implican la existencia de una conspiración bien organizada ya que la víspera del ataque, Esteban fingió una lesión para poder llevar una daga debajo de las vendas con las que se cubría la ficticia herida.
El día del asesinato se cerraron las puertas de los cuartos de los sirvientes imperiales y el personal del emperador se llevó la espada que este ocultaba debajo de su almohada.
Por medio de una predicción astrológica, el emperador creía que moriría a mediodía y el día señalado por el astrólogo, preguntó a un mancebo la hora; el muchacho, incluido en el complot, le respondió que era más de mediodía.
Aliviado tras escuchar esas palabras, el emperador se dirigió a su escritorio donde tenía planeado firmar algunos decretos; y de repente, Esteban se le aproximó.
Esteban y el emperador continuarían combatiendo en el suelo hasta que el resto de conspiradores consiguieron dominarle y matarlo una vez que le asestaron varias puñaladas.
Un mes antes de que se produjera su 45º cumpleaños, Domiciano murió; sin ceremonia alguna se arrastró su cuerpo, se quemó y tras ser consumido por el fuego se mezclaron sus cenizas con las de su sobrina Julia, depositadas en el Templo Flavio.
Suetonio atestigua la existencia de una serie de presagios que predecían su muerte pues varios días antes Minerva se le había aparecido en sueño y le anunciaba que Júpiter le había desarmado y que a causa de ello ya no sería capaz de protegerle.
Sabedores los asesinos de la afición que tenía Domiciano por los oráculos y predicciones, usaron ese carácter del emperador para el triunfo del complot que terminó con su vida.
Puede considerarse este un caso de «profecía autocumplidora», en el cual una creencia negativa sobre el futuro conduce a que suceda lo que tanto se teme.
Fuente: http://taldiacomohoygriego.blogspot.com/2011/10/muerte-de-domiciano.html