El fantasma del barbero asesino

Todo comienza en el barrio de la Fuensanta en Córdoba donde una familia comienza a sufrir todo tipo de fenómenos paranormales que comenzaron con ruidos extraños en la planta superior de la casa.
María García junto a su familia comienzan a sufrir todos estos fenómenos mientras habitan en la casa y ella en cierta ocasión tuvo la oportunidad ser ver unos pies que se paseaban bajo una cortina, llevaban unas zapatillas de color gris oscuro y se movía con torpeza y lentitud.
Además, «sufrió» el ataque de esta entidad mientras estaba colocando un aplique en una de las cortinas de la casa ya que al subir a la mesa notó como algo la empujaba y estuvo apunto estuvo de caer.
Su hijo también ha sido testigo de estos fenómenos pues en una ocasión pudo escuchar como si algo o alguien invisible arrastrara cajas e incluso como los juguetes de su sobrino se accionaban solos.
Del mismo modo, Sandra, su hermana, también ha sido testigo de afirmar haber visto una sombra errante que se mueve por el pasillo y que resulta muy intimidante.
Además, se sabe que la zona donde se encuentra la casa en el siglo XVIII, hubo un asilo para mendigos que gestionaba el ayuntamiento y que, posteriormente, en el siglo XIX, fue una zona industrial.
Los anteriores propietarios eran personas afables pero él señor sufrió un brote de cólera que le hizo comportarse de forma extraña destrozando con un hacha un cactus y viendo como su carácter iba cambiando.
Como consecuencia de ello, en el barrio se llegó a decir que el infortunado señor estaba endemoniado, o sea, lo cual acrecienta la leyenda negra del lugar.
En el vecindario también se recuerda, en su memoria histórica, un atroz incidente que tuvo como protagonista a Francisco Reyes, el barbero asesino, cuando el 28 de febrero de 1943 asesinó a Enrique Gallego, un cobrador del Banco Español de Crédito, que fue visto por última vez entrando en la barbería de la que nunca saldría con vida.
Tenía la barbería en la calle San Pablo y la policía al acudir al establecimiento y registrarlo, encontró en la trastienda la cabeza decapitada del desdichado cobrador donde el barbero había troceado al cadáver y se deshacía de los restos tirándolos al Guadalquivir
Francisco Reyes confesó su crimen y fue fusilado por un pelotón de la Guardia Civil aunque jamás confesó la razón de su asesinato y resulta que el barbero asesino vivía en la casa que hoy ocupa María García.
Fuente: https://sevillaciudaddeembrujo.blogspot.com/2008/10/fantasmas-en-la-ctra-carmona-lora-del.html