La leyenda de La Cueva de la Mora
Cuentan que una vez en cierto lugar de Castilla, en la época de la Reconquista, existió una ostentosa vivienda de un árabe famoso por sus riquezas, y también por tener a una hija de gran belleza y discreción, a quien ninguno de sus pretendientes moros había logrado conquistar.
Un día llegó hasta allí un caballero cristiano que se enamoró perdidamente de la joven doncella y fue correspondido por ella con la misma pasión. Secretamente se veían todos los días y se prometían amor eterno, pero aquella situación se fue haciendo cada día más difícil para la doncella mora por las diferencias de raza y religión que les separaban.
En vano esperó la muchacha su regreso, y nunca recibía noticia alguna de su suerte. Nunca pudo saber si su desesperación le había impulsado a buscar la muerte en el combate, o si la habría olvidado por otra mujer. Pero ella nunca dejó de mantenerse firme en sus sentimientos y continuó esperando año tras año su regreso.
Dice la leyenda que allí pasó unos cuantos años y que por fin murió de pena, en la gruta que desde entonces se conoce como la cueva de la Mora.