Alejandro Magno y la batalla de Issos

Tras derrotar al sátrapa local en la Batalla del Gránico, la resistencia persa organizada desaparece en Asia Menor, exceptuando algunos focos aislados como Mileto o Halicarnaso.
Después de pasar un año asegurando su conquista de la península de Anatolia (actual Turquía), Alejandro comienza su ofensiva hacia Siria, con el propósito de neutralizar la peligrosa flota persa capturando sus puertos.
Cuando Alejandro se encontraba en Tarso (Cilicia), le llegaron noticias de que Darío amasaba un gran ejército en Babilonia ya que si conseguía alcanzar el Golfo de Issos, podía utilizar el apoyo de la flota persa al mando de Farnabazo III, que aún operaba en el Mediterráneo, facilitando su suministro y probablemente desembarcando tropas en su retaguardia.
Alejandro Magno siendo consciente de ello, dejó su ejército principal en Tarso, bajo el mando de Parmenio y con el objetivo de tomar la costa alrededor de Issos.
En noviembre, Alejandro recibió informes de que el gran ejército había entrado en Siria para luego reagruparlo y avanzar hacia el sur desde Issos a través del paso de Jonás, las «Puertas de Cilicia».
Darío, conocedor de que las tropas de Parmenio defendían el paso, eligió una ruta más septentrional y los persas capturaron Issos sin oposición y asesinaron a todos los heridos que había dejado atrás Alejandro.
El rey persa se encontró con que su ejército se había situado tras los macedonios, cortando sus líneas de suministro y entonces avanzó hacia el sur, llegando hasta el río Pinaro antes de que sus espías le informaran de que habían localizado a Alejandro marchando hacia el norte y formó pues a sus tropas en línea de batalla en la estrecha llanura junto a la costa.
El ejército fenicio contaba con gran cantidad de hombres, unos 200.000, compuesto por soldados, mercenarios griegos y la famosa tropa élite de Darío, “Los Diez Mil Inmortales”.
Entre las filas de Alejandro no llegaban a contarse más de 50.000 soldados, entre macedonios y griegos.
Corría el año 333 a.C. y en la ciudad de Tarso, Alejandro cayó enfermo, una vez recuperado, sus tropas se encaminaron hacia las Puertas Sirias, dejando a los enfermos en la ciudad de Issos, con el fin de continuar su avance hacia el sur y poder derrotar definitivamente a Darío en Siria.
Alejandro estableció su campamento a la entrada de las Puertas Sirias y allí se recibió la noticia de que Darío estaba a la espalda del ejército griego, ya que había accedido a la llanura de Issos por un paso que los griegos desconocían: las Puertas Ammaníes.
Darío consiguió entrar en la ciudad mutilando horriblemente a los enfermos griegos que habían quedado en Issos, quizá para provocar a Alejandro.
Las tropas griegas retrocedieron hacia la llanura y fueron al encuentro del rey persa que además de dirigir personalmente su ejército contaba con un numeroso grupo de carros de combate y flanqueado por la caballería.
Gracias a ello, se había trasladado a la orilla norte del río Píramo para esperar el combate, o sea, allí estableció su campamento y se preparó para la batalla.
Partiendo desde Issos, Alejandro se encaminó al encuentro del ejército de Darío, o sea, un escuadrón de caballería persa partió del flanco este para dirigirse contra las tropas griegas, realizando una maniobra envolvente y Alejandro envió a su caballería tracia para evitar el ataque persa.
Mientras el grueso de la tropa de Alejandro avanzaba hacia el río la infantería pesada griega, mercenaria en el ejército persa, realizó una maniobra de avance para recibir el primer empuje.
Las falanges macedonias cruzaron el río y se produjo el esperado enfrentamiento entre ambas tropas. La lucha fue encarnizada, lanzando los persas constantes oleadas de tropas frescas.
Entretanto, en la izquierda la caballería y la infantería griegas se habían lanzado contra el ala derecha persa, viéndose atacada por un escuadrón de carros que no fue determinante por lo escarpado del terreno.
Alejandro en persona dirigía el ala derecha del ataque macedonio, cargando una y otra vez contra los contraataques de los escuadrones árabe y asirio.
Dos episodios serían determinantes para el desarrollo de la batalla. En el frente central, los infantes macedonios realizaron una maniobra envolvente contra los mercenarios griegos, atacando por dos frentes, lo que provocó la derrota de la infantería mercenaria.
Esta maniobra permitió que los infantes macedonios atacaran directamente el corazón de la formación persa, enfrentándose con los legendarios Diez Mil Inmortales, las tropas de élite de Darío.
El segundo episodio determinante sería la victoria macedonia en la lucha de caballería del ala derecha, lo que permitió que Alejandro contara con un nutrido grupo de refuerzos para continuar con su ataque al flanco oeste del ejército persa.
El empuje de Alejandro y sus tropas en los tres frentes de batalla abiertos indicaban que Darío iba a sufrir una contundente derrota pues al ser consciente de ello emprendió la huida en su carro de guerra acompañado de un pequeño grupo de nobles.
La huida del monarca provocó la dispersión de las tropas persas, manteniéndose en su puesto de combate sólo los Inmortales pero los soldados macedonios realizaron una maniobra envolvente y derrotaron a los Diez Mil .
En su huida, Darío abandonó su carro y se dirigió hacia las Puertas Ammaníes pues a pesar de que Alejandro y algunos de sus generales persiguieron a Darío no dieron con el.
Tras esta contundente victoria Alejandro Magno tenía a su disposición toda Siria, Fenicia y Palestina, alcanzando Egipto, donde fue recibido como un libertador.
Fuente: https://www.ecured.cu/Batalla_de_Issos