GOBIERNO EN ROMA ANTIGUA: LA REPÚBLICA, PLEBLEYOS Y PATRICIOS. MAGISTRATURAS.
La República
Con la caída de Tarquino el Soberbio, se extinguió la monarquía en Roma. El rey fue sustituido por dos cónsules que eran elegidos anualmente por las Curias. Con ello comenzó la república (de res, cosa; y pública, del pueblo), por la mayor participación que se concedió a los ciudadanos en el gobierno, que fue más aparente que real, porque los cónsules gozaban de igual poder que los reyes y presidían el Senado y la Asamblea del Pueblo.
Por esta época se creó la Asamblea de las Centurias, que tuvo mayor importancia que la antigua Asamblea de las Curias. Los comicios por centurias se reunían en el campo de Marte (dios de la guerra) y en ellos se votaba por centuria.
En su desplazamiento, los cónsules utilizaban la silla curul y llevaban un acompañamiento de doce guardias o lictores que portaban el fascio, que era un haz de varas con un hacha en el centro, que simbolizaba la autoridad.
Cuando la seguridad pública se hallaba amenazada o en circunstancias de extrema gravedad, los cónsules eran reemplazados por un dictador, que ejercía poderes extraordinarios durante el término de seis meses. En ese lapso tenía derecho de vida y muerte sobre todos los ciudadanos e iba acompañado de veinticuatro lictores.
Primeros Cónsules:
Los primeros cónsules fueron Bruto y Tarquino Colatino, esposo de Lucrecia. El primero convenció al segundo para que se alejara de Roma porque por su parentesco con el último rey se hacía sospechoso de conspiración.
Efectivamente, la familia de Tarquino el Soberbio se había propuesto recuperar el poder, lo que dio origen a una larga lucha que se prolongó hasta el año 496 a.C. en que los Tarquinos fueron derrotados en la batalla del lago Regilo.
PLEBEYOS Y PATRICIOS:
La ciudad de Roma (la ávitas romana) se constituyó a partir de la asociación de grupos humanos que se reconocían como descendientes de un antepasado común. Cada uno de estos grupos era una gens. Sus integrantes eran los patricios (el nombre proviene de paires, miembro fundador de una gens). Éstos formaban un grupo cerrado que acaparaba los puestos de gobierno, poseía grandes fortunas y las mejores tierras. Más tarde se fueron diferenciando grupos de habitantes que quedaron excluidos del privilegiado círculo patricio: los plebeyos (de plebs, multitud).
La plebe estaba privada de gobernar y de elegir a sus gobernantes. Aunque formaban parte de la ávitas (eran e/Ves o ciudadanos), los plebeyos estaban situados en un plano de inferioridad política, legal y religiosa frente a los patricios. Tampoco se beneficiaban por igual con la expansión romana: la tierra pública, conquistada con la participación de los soldados plebeyos, estaba reservada en un principio a las gentes patricias. Todas estas desventajas tenían su origen en el nacimiento y no en la riqueza. Entre la plebe existían grupos que tenían una mejor posición económica, como los artesanos y los comerciantes, y otros más pobres como los campesinos.
Conflictos Entre Patricios y Plebeyos:
A pesar de haber desaparecido la monarquía, el pueblo romano continuó dominado por los patricios. La autoridad estaba en manos de los cónsules y de los senadores que salían de sus filas.
Los plebeyos, que por lo general eran pequeños propietarios y artesanos, sufrieron las consecuencias de las guerras contra los Tarquinos y abrumados por las deudas quedaron a merced de los patricios, que los subestimaban y escarnecían.
Esta diferencia de situación social provocó un conflicto que duró dos siglos, desde el año 496 al 302 a.C., y culminó con el triunfo de los plebeyos que obtuvieron el reconocimiento de sus derechos y la igualdad con los patricios.
Fue en el año 496 a.C., cuando los patricios, para amedrentar a los plebeyos crearon la dictadura, hasta entonces desconocida, por lo cual éstos resolvieron abandonar la ciudad de Roma y establecerse en una colina situada a corta distancia de la ciudad: el monte Sacro. Entonces, los patricios enviaron a un hombre elocuente, el cónsul Menenio Agripa que, según la tradición, les refirió el apólogo de los miembros y el estómago y logró que regresaran a Roma, con la promesa previa de la creación de dos nuevos magistrados, los tribunos de la plebe, que serían los defensores de sus derechos.
Menenio Agripa les había dicho que los miembros del cuerpo humano, cansados de alimentar al estómago, que aparentemente no trabajaba, tramaron una conspiración y se rebelaron, negándose a llevar alimento a la boca, pero al poco tiempo el cuerpo se debilitó y los miembros cayeron en un estado de postración. Entonces los miembros comprendieron que el estómago no permanecía ocioso y mediante la digestión de los alimentos mantenía a todo el cuerpo en actividad. En consecuencia, Menenio Agripa les explicó que los plebeyos eran los miembros y el Senado el estómago y para que toda la sociedad funcionara en armonía, era necesaria la concordia.
A mediados del siglo V a. C., la plebe romana proseguía la lucha por la igualdad política y jurídica con el patriciado. Las exigencias plebeyas abogaban por la clarificación del ámbito del derecho y su participación en la política romana, a la vez que mantenían las aspiraciones del reparto de tierras del ager romanus -tierras del estado- y la abolición del nexum para acabar con la esclavitud por deudas. Finalmente, se encargó a un grupo de diez hombres, los decenviros, encabezados por el patricio Apio Claudio, la codificación del derecho vigente para hacerlo extensivo a todos los miembros de la comunidad. La redacción de la llamada Ley de las Doce Tablas se hizo sobre la base del viejo derecho consuetudinario y el conocimiento de los esquemas griegos.
El Tribunado: Los tribunos de la plebe debían proteger a los ciudadanos y procurar que ninguno fuese avasallado en sus derechos. Carecían de poder para obrar, pero lo tenían para impedir. Para ello tenían el Derecho de Veto (Prohibo), que ejercían ya sea cuando se proponía una ley contraria a los intereses del pueblo; cuando un ciudadano era detenido, con lo que quedaba libre hasta el día de la sentencia; o cuando los cónsules convocaban al ejército para emprender una expedición.
Para complementar la tarea de los tribunos, se creó un cuerpo de ediles, elegidos también entre los plebeyos, los que se ocupaban de la administración de la ciudad, mediante la vigilancia de la limpieza, el control de los precios, el buen uso de las pesas y medidas; y además ejercían una función de policía para velar por la seguridad de los habitantes.
Plebiscitos: En el año 471 a.C. el Senado reconoció a las Asambleas por Tribus (barrios), —en las que se votaba por cabeza, lo que le daba ventaja a los plebeyos— el derecho de votar leyes que se llamaron plebiscitos.
Los decenviros: Como los patricios aprovechaban la circunstancia de que no había leyes escritas para administrar justicia de acuerdo con sus intereses, los tribunos lograron que en el año 451 a.C. fueran nombrados diez magistrados, llamados decenviros, a quienes se les encomendó la misión de redactar las leyes, confiriéndoles para ello el poder supremo.
En estas condiciones, los decenviros redactaron diez tablas de leyes y gobernaron con prudencia. Al cabo de un año, como no habían finalizado su tarea, se nombraron diez sucesores que no se comportaron de la misma manera y abusaron de su poder. Esto provocó como consecuencia un amotinamiento de la plebe. El ejército se sublevó y los decenviros fueron derrotados y se vieron obligados a abdicar. En consecuencia, fueron restablecidos el consulado y las antiguas magistraturas.
Las Leyes de las Doce Tablas: Además, se dictaron nuevas leyes que se grabaron en doce tablas de bronce, que fueron expuestas en el Foro, para que todos pudieran consultarlas. De acuerdo con las Leyes de las Doce Tablas, desaparecieron las diferencias entre patricios y plebeyos y todos fueron iguales ante la ley. Sólo quedó vigente la imposibilidad del matrimonio entre patricios y plebeyos, disposición que fue derogada en el año 445 a.C., con lo que también quedó establecida la igualdad social.
Al año siguiente los tribunos obtuvieron nuevas ventajas, por lo cual los patricios crearon los censores, magistrados que cada cinco años debían hacer el censo o recuento de la población. Además ejercían sobre todos los ciudadanos la más estricta vigilancia y podían eliminar de la nómina de senadores a quienes juzgaban indignos, lo que les daba la posibilidad de manejar las candidaturas.
No obstante, en el año 366 a.C. los patricios aceptaron que los plebeyos pudieran ejercer el consulado, con lo que quedó también consagrada la igualdad política; pero los patricios desprendieron consulado la función de justicia que quedó a cargo de magistrados especiales llamados pretores.
Con el curso del tiempo, los plebeyos pudieron ejercer también censura y la pretura, y en el año 302 a.C. se les autorizó a entrar en santuarios y ejercer el sacerdocio. (Ley Olgumia) De esta forma la igualdad completa y todos se consagraron al servicio de la nación, lanzándose conquista de los pueblos vecinos.
Las Magistraturas Romanas:
La Carrera de los Honores:
En Roma las magistraturas eran anuales, colegiadas, colectivas y gratuitas. Formaban parte de una “carrera de Honores” que preemitía que algunos ciudadanos escalaran posiciones ordenadamente desde magistraturas menores hasta las mas importantes.
El Senado era una institución de carácter fuertemente conservador. Sus miembros ocupaban el cargo de por vida (vitalicio). Sus decisiones no tenían fuerza de ley, pero los cónsules difícilmente tomaban medidas contrarias a la opinión del Senado.
Los cónsules: En número de dos ejercían el poder ejecutivo. Manejaban la administración, dirigían el ejército. Por otra parte, resolvían cuestiones judiciales de suma importancia.
Los pretores. Eran dos magistrados encargados de administrar justicia. El pretor urbano atendía los problemas presentados por los ciudadanos romanos, y el pretor peregrino se ocupaba de los presentados por los extranjeros. Duraban un año en sus funciones, lo que nos indica que en Roma no había jueces permanentes.
Los censores. Eran elegidos por un período de cinco años. Estos magistrados, en número de dos, realizaban el censo de la población, de tal manera que establecían la base para integrar las diferentes centurias. Indagaban a vida de los votantes y determinaban quiénes eran dignos para ocupar las magistraturas. Es decir, que en sus manos se concentraban importantes decisiones; por lo tanto, el poder del censor era elevadísimo.
Los tribunos. En sus orígenes eran magistrados exclusivamente plebeyos. Hábilmente los patricios los integraron o la carrera de los honores para poder ser ellos también tribunos. Como contrapartida, los plebeyos tenían la posibilidad de llegar a ser senadores. Sus atribuciones consistían en proponer proyectos de ley y convocar a las Asambleas Tribales y al Senado.
Los ediles. Se ocupaban del control de los aspectos económicos y urbanísticos de las ciudades: la construcción de puentes, la vigilancia, los precios de los artesanos. Sus funciones eran análogas a las que cumplen actualmente el municipio, el intendente y sus funcionarios.
Los cuestores. Con este cargo se iniciaba la carrera de los honores. Se encargaban de las cuestiones financieras, cobraban los impuestos, calculaban los gastos de los guerras y pagaban o los empresarios.
Fuente: http://historiaybiografias.com/