Origen y leyendas de Halloween

Los antiguos celtas creían que con la llegada de Samhain la línea que une a este mundo con el de los muertos se estrechaba donde los espíritus buenos y malos podían pasar a través de ella.
Se cree que el uso de máscaras era para ahuyentar a los espíritus malignos y también llevaban a cabo banquetes en tumbas de todos sus antepasados o familiares.
Los ritos sagrados celebrados tenían en sus orígenes un carácter totalmente purificador y religioso entre los que se encontraba la comunicación con los muertos, a los que se les ayudaba a encontrar su camino colocando velas encendidas en las ventanas.
Cuando llegó la ocupación romana a tierras celtas esta festividad se mezcló con las propias de los invasores como la “fiesta de la cosecha”, celebrada en honor a la diosa Pomona.
Los papas Gregorio III Y Gregorio IV trataron de suplantar Halloween por la fiesta católica del Día de Todos los Santos que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.
Jack O’Lantern: el símbolo de Halloween
Protagonista de una famosa leyenda irlandesa, Jack el Tacaño tenía el alma tan negra que el propio diablo disfrazado de hombre fue a comprobar si de verdad existía alguien así. Tras ir hasta el pueblo de Jack y beber durante largas horas con él el demonio le reveló su identidad.
Cuando Lucifer le comunicó que debía llevárselo para que pagara por sus pecados Jack le propuso una última ronda y el diablo se la concedió. Como ninguno podía pagarla, el Tacaño le retó al malvado a que demostrara sus poderes convirtiéndose en una moneda, o sea, Jack cogió al demonio y lo metió en su bolsillo junto a un crucifijo de plata.
Con el diablo en el bolsillo, Jack le hizo prometer que si le liberaba no le volvería a molestar en un año y así fue. Transcurrido ese tiempo Lucifer volvió, pero Jack le pidió entonces que cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para disfrutar una última comida antes de su tormento eterno.
Cuando el maligno estaba en lo alto del árbol, Jack mientras talló una cruz en su tronco para que no pudiera escapar y le exigió no ser molestado en 10 años y que nunca volviera a reclamar su alma para el inframundo pero a cambio de liberarle.
Aunque el trato fue bueno, Jack murió antes de esos diez años y llegado a las puertas de San Pedro finalmente no se le dejó pasar a causa de su mal comportamiento en vida. De allí fue enviado al infierno, pero como había firmado un pacto con el diablo tampoco podía entrar.
Todavía enfadado con él, Lucifer arrojó a Jack unas ascuas ardientes que el granjero atrapó con un nabo hueco que usó de linterna. Condenado pues a deambular por los caminos entre los reinos del bien y el mal y sin más luz que su linterna, Jack el Tacaño empezó a ser conocido como Jack el de la Linterna o “Jack of the Lantern”.
Así llegó la tradición de usar nabos y más tarde calabazas para imitar el color de las ascuas del infierno que alumbran el camino a los difuntos en Halloween, y que evitan que Jack O´Lantern llame a tu puerta.
Trick or Treat. Truco o trato
Según una leyenda popular celta la noche de Halloween, podían vagar por la Tierra, además de los espíritus de los muertos, toda clase de entes de los reinos espirituales.
Entre todos ellos existía uno especialmente malvado que no era otro que el llamado Jack O´lantern que iba por las casas pidiendo “truco o trato».
Según la tradición, lo mejor era hacer trato sin importar lo que costase con tal de no caer en su truco, que consistía en maldecir tanto a la casa y a sus habitantes que sufrirían toda clase de infortunios desde ese momento.
Fuente: https://as.com/tikitakas/2019/10/31/portada/1572508661_816556.html