Las termas romanas

Las termas romanas eran recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban Balmes o balneum y si eran públicos thermae o therma.
Eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas pero también eran consideradas lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no se le permitía tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para el resto de la población.
A finales del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los gimnasios griegos se perfeccionaron y crecieron en complejidad, convirtiéndose en estancias independientes destinadas solo al baño pues ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.
En Roma, siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto fueron del gusto de la ciudadanía.
Ya no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación, así como aquellos medicinales cuando las aguas tenían propiedades curativas, sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como esencias y aceites especiales.
El nombre de termas se aplica por primera vez a unos baños construidos por Agripina en el año 25 d.C. donde Nerón construyó unas termas en el campo de Marte que se encuentran prácticamente desaparecidas.
Las primeras termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e inauguró Trajano, las Termas de Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla, cuya inauguración tuvo lugar el año 216.
El uso de las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C., cuando se descubrió un claro sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente gracias al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio romano a toda Europa.
Las actuales ruinas de las termas de Caracalla dan idea del monumental tamaño del complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o tiendas y fueron construidas alrededor del año 217, tenían un aforo de mil seiscientos usuarios.
Las termas de Diocleciano, otras de las importantes instalaciones de este tipo de la capital del Imperio, fueron remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de Santa María de los Ángeles.
Los restos termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya datadas en el siglo II a. C.

Las partes que conformaban las Termas de Caracalla
Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el Sol. En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres, y solo una vez a la semana las termas eran abiertas al pueblo. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.
Otro uso predominante y que suele aparecer en todo lugar donde acudían las entidades de la ciudad en las termas también se solía acudir para «socializarse», o sea, era un centro de reuniones informales, perfecto por su relajante aire vaporado y las calientes aguas termales.
Las estancias termales constaban de las siguientes estancias:
- Palestra: patio central al que se abrían todas las demás estancias y se podía practicar ejercicios físicos.
- Tabernae: tiendas adosadas a las salas de baños donde se vendían bebidas y comida, que los vendedores pregonaban a grandes voces entre los bañistas.
- Caldarium: baño de agua caliente, el alveus. Era la habitación más luminosa y adornada. En las grandes termas había incluso piscinas donde se podía nadar. En las más pequeñas, el baño se tomaba en bañera o depósitos de agua caliente llamados labra.
- Frigidarium: sala destinada a los baños de agua fría. En las grandes termas el frigidarium estaba descubierto e incluía entre sus instalaciones una gran piscina donde poder practicar la natación (Natatio).
- Tepidarium: habitación de temperatura tibia que preparaba al bañista para la de agua caliente.
- Apodyterium: vestuarios. Habitación próxima al pórtico de la entrada donde los bañistas dejaban sus ropas. Había un banco corrido y en la pared unas hornacinas sin puertas, donde se depositaban las ropas y los objetos personales, que quedaban vigilados por un esclavo.
- Laconicum: baño de vapor.
Los recursos hidráulicos eran traídos mediante la red de acueductos que toda ciudad romana tenía, aun cuando el punto de captación del agua estuviera lejos del núcleo urbano y el interior de las estancias y las piscinas de agua caliente se realizaba mediante el sistema de hypocaustum.
El sistema está basado en la distribución mediante túneles y tubos de agua caliente y vapor que se extendía por debajo de los suelos de las estancias y piscinas y era alimentado por una serie de hornos que se hallaban en los sótanos.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Termas_romanas