Jasper Maskelyne, el mago que engañó al Afrika Korps

Jasper Maskelyne (1902-1973) fue un mago e ilusionista británico que descendía de una familia que tenía una larga tradición en este arte puesto que su abuelo era John Nevil Maskelyne, o sea, ni más ni menos fundador del Círculo Mágico e inventor de la ilusión de la levitación horizontal.
Una vez convertido en un reputado artista, la guerra estalla y el Reino Unido se ve asolado por el famoso Blitz o guerra relámpago que los alemanes lanzaron entre el 7 de septiembre de 1940 y el 16 de mayo de 1941.
Ocho meses en los que los incesantes bombardeos provocaron el cierre de numerosos teatros y debido a ello Jasper Maskelyne decidió alistarse en el ejército pues al principio fue rechazado por su edad, ya que no tenía experiencia militar previa, pero gracias a su gran tenacidad fue destinado al Real Cuerpo de Ingenieros.
Con 38 años y tras recibir un duro entrenamiento militar (las artes del camuflaje) acabaría destinado al Norte de África y aquí comienza el mito.
Corría el verano de 1941 y conscientes de los constantes bombardeos que sufría Alejandría, o sea, base naval británica en el Mediterráneo, el Alto Mando inglés le propuso a Jasper emplear ahora su magia no para poder distraer a los soldados sino para defender a su país.
En definitiva, debía conseguir que el Puerto de Alejandría desapareciera con el objetivo de evitar los ataques de la Luftwaffe.

Atrezo que empleó la ‘Magic Gang’ para representar el Puerto de Alejandría.
Para ello decide reclutar a un equipo especial de soldados tan poco profesionales como él mismo: carpinteros, restauradores de muebles, electricistas, dibujantes, químicos, un escenógrafo de teatro, bajo su mando y que serían conocidos como la ‘Magic Gang’ o la ‘Banda Mágica’.
Para prepararlo todo a la perfección, los hombres de Maskelyne solicitaron ser desplazados a primera línea de fuego y así observar con detenimiento –y prudencia- la forma de bombardear de la aviación alemana.
Luego estudiaron minuciosamente la geografía y estructura de la ciudad de Alejandría y por último, fueron a la búsqueda de un emplazamiento no muy lejano que fuera capaz de albergar su increíble truco de magia.
Ese lugar estaría a tres millas en dirección oeste, o sea, la Bahía Maryut pues en cuanto a orografía era igual a la de Alejandría y sin población civil o militar a la que se pudiera causar daño.
Era el momento de ponerse manos a la obra pues con cartón, focos y cientos de farolillos, fueron capaces de crear de forma muy rudimentaria pero efectiva una réplica exacta del puerto, objetivo anhelado del ‘zorro del desierto’.
Una vez que todo estuvo listo, los informes de que el Puerto de Alejandría sería destruido en la noche del 22 de junio llegaron hasta las manos de la Sección Experimental de Camuflaje.
¿Cuál sería el modus operandi? En cuanto se detectara la cercanía de los bombarderos germanos, se apagarían todas las luces de la original y se encenderían las de la réplica, o sea, esa iluminación confundiría a los pilotos a pesar de que sus coordenadas no fueran exactamente esas.
Además, se instalaron fuegos artificiales para simular un falso bombardeo, aumentando el engaño y por tanto atrayéndolos, de manera definitiva, pues todo salió según lo previsto.
El espejismo nocturno cumplió su misión pues los alemanes descargaron todo su arsenal sobre la base ficticia durante varios días.

Tanque de combate transformado en camión por la «Magic Gand» de Maskelyne
El engaño del audaz Jasper funcionó hasta que Rommel y el comandante Hans Jürgen von Arnim creyeron que habían cumplido su objetivo y sus miras se centraron en otros frentes.
Otro de los grandes hitos de Maskelyne fue la desaparición nada más y nada menos que del Canal de Suez, o sea, el mayor truco de magia de la historia pues Hitler siempre se acordaría de él.
La línea de suministro británica también pasaba por dicho canal, así que igualmente había que defenderlo y Maskelyne era conocedor de que los aviadores se guían no solo por sus instrumentos de vuelo, sino también mediante puntos de referencia visuales entre el horizonte y la tierra.
Cuando estos se pierden, se origina la denominada desorientación espacial, causando un fatal desenlace y ello le llevó a pensar en un método para derribar aviones sin necesidad de disparar un solo cañón antiaéreo.
Entonces, la ‘Magic Gang’ se apoderó de los potentes focos reflectores que se usaban para apuntar e iluminar el cielo, y los dotó de espejos estroboscópicos giratorios que creaban una auténtica tormenta de luz de varias millas de ancho.
La brillante mente del ilusionista no pasó desapercibida para el general Montgomery, quien le encomendaría su misión más importante en octubre de 1942.

Espejos estroboscópicos empleados por los hombres de Maskelyne.
Una gran maniobra de despiste con la que los británicos se alzarían con la victoria en la segunda Batalla de El Alamein, expulsando para siempre a las tropas de Hitler del continente africano: la Operación Bertram.
El objetivo, distraer a los alemanes para que pensaran que el ataque principal llegaría por la zona sur hasta El Alamein -pequeña ciudad al norte de Egipto, en la costa del Mediterráneo-, cuando la ofensiva real sería lanzada desde el norte.
De esta forma, Maskelyne volvió a crear un auténtico ejército de mentira, con muñecos vestidos de soldados, tanques de lona, barracones y depósitos de agua de cartón, camiones disfrazados de carros de combate, e, incluso, una vía de tren y un oleoducto totalmente falsos. Mientras, la auténtica milicia con toda su artillería se desplazaría silenciosa a la espalda de Rommel.
Para acentuar el operativo, la ‘Magic Band’ comenzó a emitir transmisiones de radio falsas en las que entre otras cosas se incluía un efecto de fondo emulando el bullicio de un campamento militar repleto de hombres.
El plan salió a la perfección y el ‘zorro del desierto’ pensando que se optendría la victoria movilizó a todas sus tropas de retaguardia hacia el sur pero fue el principio de su fin.
Está sería la última gran actuación de los ‘muchachos de la magia’ y tras la victoria en tierras africanas todo el grupo se disolvió y sus miembros fueron separados pues nunca más volvieron a verse.
Años más tarde, su hijo Alistair Maskelyne contaría el terrible final de su padre, o sea, estaba lleno de deudas y con Hacienda pisándole los talones, emigró junto a su segunda esposa hasta Kenia para escapar de todos los problemas.
Compraron una granja en Nairobi, acabarían montando una autoescuela pero los asuntos económicos harían aficionarse a la bebida y falleció en la más absoluta miseria en 1973, o sea, un final demasiado triste para una figura a la que nunca se le reconoció su gran mérito.
Fuente: https://elretohistorico.com/jasper-maskelyne-mago/