Alfonso XII y sus amores

El rey Alfonso XII fue un gran aficionado a la ópera y sobre todo a la cantante de lírica Elena Armanda Sanz Martínez de Arizala, nacida en Castellón en 1844, artista internacinal vínculada a la Scala de Milán y la Ópera de Viena donde también llegó a cantar y pasaría a la historia poR enamorarse el rey Alfonso XII y de su relación tuvieron dos hijos en común, Alfonso y Fernando.
Por aquél entonces, Isabel II, estaba exiliada en París tras ser destronada por la Revolución de 1868, ellá fue quién le pidió: «Visita a mi hijo, que estudia en el colegio Teresiano». Alfonso quedó extasiado ante la diva, como reflejó Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales. «Vestida con suprema elegancia, la belleza de la insigne española produjo en la turbamulta de muchachos una especie de estupor».
Parece ser, que la soberana empujo a su hijo a los brazos de Elena para evitar que se casara con su prima Mercedes, que era hija de la Infanta Luisa Fernanda, con cuyo padre, el traidor duque de Montpensier, había hecho un pacto.
De nada le sirvió a la reina pues Elena Sanz se fue de gira por Suramérica. de donde regresó madre de un varón de padre, éste si, desconocido pues entonces Alfonso cayó rendido ante su prima Mercedes al conocerla y se casó con ella en 1878 siendo ya rey, pero Mercedes murió seis meses después de la boda y Alfonso XII se sumió en tal desesperación que sus allegados temieron que cometiera una locura.
Su consuelo llegó gracias al estreno de la ópera La Favorita en el madrileño Teatro Real, en la que actuaba Elena Sanz y cuando subió al palco a cumplimentar al monarca, renació la fascinación de éste, o sea, Alfonso XII se convirtió en su fiel seguidor, como atestigua otra de las cartas, donde dice:«Idolatrada Elena: mucho gusto he tenido en verte todos los días en estas funciones» y la reina se alegró porque Alfonso recuperara la ilusión.
Elena Sanz acabó sucumbiendo al amor del rey, abandonando los escenarios. Alfonso XII, loco de pasión, aprovechaba cualquier resquicio para ver a su amante, como demuestran sus cartas. «Amor mío, mañana miércoles 15, a las 11 menos cuarto, espero estar en tus brazos».
Hay una escrita en el soporte de una foto, donde aparece el sello P. M. Hebert. Fotógrafo de SSMM. En ella se despide «hasta el próximo día que cacemos en furtivo, amor mío».
Al año siguiente, en 1879, sobre la pareja planean las primeras sombras, o sea, Cánovas del Castillo, jefe de Gobierno que propició la Restauración, plantea al Rey la urgencia de una nueva boda para dar un heredero y consciente de ello, Alfonso XII accede a su pesar.

Alfonso XII junto a la Reina María Cristina de Habsburgo
La elegida fue María Cristina de Habsburgo, sobrina del emperador de Austria, pues se casaron en Madrid ese 28 de noviembre, mientras su romance con Elena Sanz continuaba pues dos meses después, el 28 de enero de 1880, la cantante dio a luz un niño, al que puso de nombre Alfonso.
Aunque nació en París, fue un secreto a voces, del que la prensa se hizo eco y mientras tanto, en Madrid, la reina María Cristina no lograba tener un varón. Tuvo dos niñas seguidas, las infantas Mercedes y Teresa.
Alfonso XII, decepcionado, vivía en una encrucijada: por una parte, su amor por Elena y el ansiado varón, que no podía subir al trono y por otra, su deber como rey, o sea, compleja situación que se refleja en sus escritos. «Adorada Elena: perdón si anoche te hice tanto sufrir. Varias veces me desperté pensando en ti y lleno de remordimientos».
Después de tener a Alfonso, la cantante regresó a Madrid, donde en febrero de 1881 nació su segundo vástago llamado Fernado y al descubrise el romance de Alfonso XII la reina lanzó un ultimátum: o salía de Madrid la cantante o ella regresaría a Austria.
Elena Sanz tuvo que afincarse en París con sus hijos, sobreviviendo con las 5.000 pesetas mensuales que le mandaba el rey. No siempre puntual. «Querida Elena: hasta hoy no te he podido remitir lo que va adjunto porque cerré el mes con deudas y sin un cuarto», se excusaba en una carta.

Alfonso XII y Elena Sanz, con la que tuvo dos hijos, Alfonso y Fernando.
Dicen que la pasión del monarca iba a menos a causa de la distancia, ya que también mantuvo un idilio con Adelina Borghi y tal fue el escándalo que ocasionó esta última relación que la reina María Cristina, amenazo con abandonar la corte si la cantante no dejaba Madrid de inmediato.
Excusado es decir que, al día siguiente, la diva fue conducida a la frontera con la consideración de persona non grata y sea como fuere, la tuberculosis, acabó con la vida de Alfonso XII el 25 de noviembre de 1885 con tan solo 28 años.
María Cristina, embarazada del futuro Alfonso XIII, se convirtió en regente y retiró la pensión a Elena Sanz por lo que papa poder sobrevivir tomó una difícil decisión: en el Acta de París, firmada en 1866, entregó a un representante de la Casa Real entorno a 110 documentos, en su mayoría cartas, que acreditaban la paternidad de Alfonso XII.
A cambio se garantizó a sus hijos 31.000 francos en un depósito de deuda exterior, que podían retirar cuando tuvieran la mayoría de edad, convertidos en 700.000 y de su custodia se encargó Prudencio Ibáñez, banquero de la familia real.
Sin embargo, tras morir Elena Sanz en 1898, el banco que custodiaba los títulos quebró y cuando los hermanos fueron a reclamar su fortuna, no había nada, al parecer la reina y el banquero Ibáñez les quitaron todo.
Fuente: http://anecdotas-historia.blogspot.com/2011/01/alfonso-xii-y-sus-amores.html