EL ORIGEN DE LA OUIJA
La primera patente que registra la invención de la Ouija data del 28 de mayo de 1890, y declara a Elijah J. Bond como su inventor. En honor a la verdad, Bond no inventó nada, sino que patentó una de las innumerables planchettes espiritistas que circulaban por Europa durante el siglo XIX, y que servían para una suerte de comunicación con fantasmas, espíritus, e incluso con personas vivas a muchos kilómetros de distancia.
Para que el artilugio paranormal tuviese cierto impacto, Bond y sus esbirros, entre los que se encontraba el orquestador de la empresa que fabricaba los tableros, llamado Kennard, señalaron que la palabra Ouija provenía del Antiguo Egipto, cuestión que fue rechazada de plano por los especialistas, aunque el mito sobrevivió hasta 1966, cuando la patente pasó a manos de William Fuld -viejo empleado de Kennard- y luego a la Parker Brothers, empresa que comercializó el tablero Ouija durante varias décadas más.
La palabra Ouija, en realidad, es una fusión de las palabra francesa Oui y la alemana Ja. Ambas significan simplemente «Si», un sentido menos ominoso que el atribuido por sus creadores.
En el año 1948, en un tranquilo pueblo llamado Hydesville, condado de Nueva York dos hermanas, Kate y Margaret Fox, entraron en contacto con el espíritu de un vendedor ambulante muerto en extrañas circunstancias años atrás. Pronto la noticia se expandió por toda América y parte de Europa. Era el nacimiento del Espiritismo moderno.
Todos deseaban establecer comunicación con los muertos. Las organizaciones espiritistas salían a la luz, y los médiums, puerta viviente de comunicación con el otro lado, eran solicitados para realizar sesiones espiritistas. Estos individuos, que actuaban como intermediarios entre los espíritus y los seres humanos, inventaban gran variedad de maneras interesantes para contactar con el mundo de los muertos. La mesa que se movía era uno de éstos. El médium y los partícipes de la sesión, posaban sus dedos ligeramente sobre la mesa y esperaban el contacto espiritual. De repente la mesa se inclinaba y movía, dando golpes en el suelo tantas veces como letra del alfabeto quisiera comunicar. De esta manera la misteriosa fuerza que movía la mesa, iba deletreando las palabras una a una.
Un diario de California publicó una artículo que decía algo así:
«NUEVAS TABLAS……Un tablero que habla misteriosamente…….No hay ningún nombre para definirla. Pero he visto y oido algunas cosas sorprendentes, cosas que se escapan a la comprensión humana. ¿Pero qué es el tablero?, El tablero puede ser rectangular, de unos 18×20 pulgadas. En él, está inscrito esto: Un «si» y un «no» para iniciar la conversación. Unos saludos para la cortesía. Puede hacerlo cualquiera. Tome el tablero sobre su regazo, otra persona del mismo modo se sienta delante de usted y ambos colocan sobre el indicador el pulgar y el índice de sus manos en cada una de las esquinas. Entonces se realiza la primera pregunta, -alguien quiere hablar con nosotros?, de pronto usted piensa que la otra persona está empujando el indicador. El piensa que es usted. Pero mientras el indicador se mueve tituveante hacia el sí o hacía el no. Entonces usted va decidido a hacer preguntas y las respuestas van mostrándose letra por letra una detrás de la otra.»
Era asombroso, su fama corrió como la pólvora por toda América y Europa, el nuevo tablero era simple de hacer no requería ninguna habilidad especial de los participantes. Cuando el indicador se movía por si mismo, era fascinante, no importaba lo que dijera, el hecho era misterioso por si solo y lleno de encanto.
Son muchos los que aseguran que la Ouija es más que un juego de mesa, por el contrario, se trata de un método muy peligroso que no debe utilizarse con ligereza. Subestimarlo ha sido el error de muchas personas que después de jugarlo observan cómo sus vidas se ven afectadas por las consecuencias de abrir portales hacia lo desconocido
Fuente: http://www.pasarmiedo.com/