Las enfermedades ocultas de los presidentes de EEUU

Wilson fue uno de los presidentes que incitaron a la creación de la 25ª enmienda de la Constitución estadounidense, aprobada finalmente en 1967.
En ella, se establece que el vicepresidente asumirá el poder en caso de la muerte, renuncia o incapacidad del presidente y motivos tenía para pensar que él podría no durar demasiado.
Antes de ser elegido como el 28º presidente de EEUU, Wilson ya había sufrido una serie de derrames cerebrales que llegaron a dejarlo ciego del ojo izquierdo.
Ya en el poder, el presidente quedó paralizado de toda la parte izquierda del cuerpo y se dice que, durante los últimos 3 años de mandato, a medida que la salud de Wilson degeneraba, su mujer, Edith, fue quien tomó gran parte de las decisiones presidenciales.
John Fitzgerald Kennedy tenía 43 años cuando fue elegido presidente de EEUU pero pese a su corta edad y su aspecto saludable y fuerte, JFK y su equipo médico fueron capaces de ‘esconder’ a la opinión pública sus complejos problemas médicos.
Kennedy sufría la enfermedad de Addison, cuyos síntomas son fatiga, debilidad, anorexia, náuseas, vómitos, pérdida de peso, pigmentación de la piel y de las mucosas, hipotensión e hipoglucemia.
Además le diagnosticaron con hipotiroidismo que afecta a la glándula tiroida que no funciona correctamente y en su historia clínica se inscribiría también la larga lista de medicamentos consumidos.
Se cree que cada día, ingería diez fármacos distintos ya que tenía muchas dificultades para mantenerse en pie durante un largo período de tiempo.
Franklin D Roosevelt quedó total, y permanentemente, paralítico de cintura para abajo lo que le impidió, por ejemplo, volver a caminar pues entonces odos pensaron que su debilitada carrera política había terminado definitivamente.
Sin embargo, se empeñó en superar la enfermedad con distintos tratamientos al tiempo que decidió volver a la política convirtiéndose 7 años más tarde en Gobernador de Nueva York y en 1932, tras derrotar al republicano Hoover, en presidente de los Estados Unidos hasta su muerte.
Empleó ciertos trucos ya que pensaba que los efectos de la polio podían interpretarse como signos de debilidad política pues nunca acudió a actos públicos en silla de ruedas, conducía en coches adaptados o unos herrajes le permitían dar sus discurso de pie.
Al final de su vida, el 32º presidente de EEUU también sufrió problemas del corazón y de hipertensión, algo que su médico en la Casa Blanca obvió revelar durante la campaña para su cuarto mandato y murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Ronald Reagan, el que fuera presidente de EEUU entre 1981 y 1989 sufría el mal de Alzheimer y entre otros problemas de salud, durante sus ocho años en la Casa Blanca lo operaron de cáncer de piel y de colon.
Fuente: https://www.lainformacion.com/espana/enfermedades-ocultas-presidentes-eeuu-secreto_0_953006132.html