El horrendo crimen del cura degollado de Valverde del Fresno

Cierto día de mayo de 1852 y el párroco de Valverde del Fresno , Pedro Berrio Picado se dirigía por con uno de sus monaguillos a la ermita del Espíritu Santo, dos kilómetros al noroeste del municipio junto al arroyo Castaño .
El camino a priori no entrañaba peligros y caminaban charlando tranquilos y despreocupados, pero en un momento dado dos personas los asaltaron y tras una violenta actuación redujeron al sacerdote y pidieron al monaguillo que consiguiera dos mil quinientos reales si quería volver a ver al religioso con vida.
El joven rápidamente se dirigió al pueblo y enseguida se lo comunicó a las autoridades pues sin nada que perder, y gracias a la buena voluntad de los vecinos, consiguieron reunir la cantidad solicitada.
Con el dinero del rescate, el padre del monaguillo se prestó voluntario para realizar el intercambio dirigiéndose hacia el lugar donde se llevaría a cabo la entrega.
Lejos de entregar el rescate se apropió de él y volvió al pueblo informando que había realizado la entrega del rescate pero que no habían liberado al sacerdote.
Unas horas más tarde un grupo de vecinos volvieron al lugar donde se debía realizar el intercambio y horrorizados pudieron contemplar el cuerpo sin vida del religioso, lo habían degollado.
La localidad se encontraba conmocionada, los vecinos atribuyeron la autoría del asesinato a «Siso» y «Cervato», dos fugitivos de la justicia que solían frecuentar los alrededores.
El caso fue puesto en conocimiento de la Guardia Civil que informó a las fuerzas de seguridad portuguesas y tras un par de horas peinando la zona no tardaron mucho en darles caza.
El 19 de junio de ese mismo año el II Capitán de la Guardia Civil, Nemesio Figuerola y algunos de sus hombres procedieron a la detención de «Siso» y «Cervato».
Los supuestos criminales tuvieron que ser escoltados por las fuerzas de seguridad hacia la prisión municipal, pues el pueblo enardecido buscaba lincharlos , los vecinos clamaban a las autoridades su ejecución inminente, pero la justicia decidió juzgarlos antes, a pesar de que fueron declarados culpables .
El cadalso no se levantó en la vieja picota aún existente si no en la «Cruz de los Términos», un pequeño cerro donde ya existía un antiguo crucero de piedra y pretendían que todo el pueblo pudiera contemplar la ejecución.
Momentos antes de la ejecución, cuando los reos se encontraban con el frío collarín del garrote junto a la garganta uno de ellos comenzó a murmurar algo, parece ser que se quiso delatar a otras personas implicadas, pero ante el clamor del pueblo que pedía justicia el verdugo les ejecutó.
Fuente: http://www.extremaduramisteriosa.com/el-horrendo-crimen-del-cura-degollado-de-valverde-del-fresno