Historia de la empresa de helados la Menorquina

La Menorquina es una empresa que se dedica a la fabricación y comercialización de helados y de postres congelados de la compañía Lacrem S.A.. Su mercado se centra en soluciones para el canal horeca y en la distribución de productos congelados.
La Menorquina se fundó en 1940 por Fernando Sintes en Alaior, la isla de Menorca, o sea, que el propio destino se encargará de impulsar los sueños del joven empresario, poniendo así en sus manos un billete premiado de Lotería que posibilitará la instalación de una pequeña fábrica, ampliando así su capacidad de
producción y almacenaje.
Hasta entonces, los empleados más jóvenes, subidos en sus bicicletas, eran así los encargados de llevar el helado hasta los clientes y ante la demora en algunos casos es cuando la empresa se hace con un antiguo vehículo equipado con remolque para distribuir los helados por toda la isla.
En tiempos de postguerra, inspirado entonces por la visión de llevar helados y pasteles artesanos a todos los restaurantes de las islas, el emprendedor Fernando Sintes funda la Estrella, que cinco años más tarde pasa a llamarse La Menorquina.
Para solventar la escasez de productos básicos, Sintes pone a prueba su ingenio hasta el punto de traer a la isla maletas llenas de azúcar, o sea, su creatividad y fuerza de voluntad se convertirían pues en la propia filosofía de la empresa.
Mientras Sintes ahonda en sus conocimientos pasteleros realizando así cursos de perfeccionamiento en la Escuela de Pastelería de Madrid y en la Escuela Profesional de Repostería y Helados de la localidad de San Cugat del Vallés, la empresa da sus primeros pasos en el mundo de las alianzas corporativas, llegando con ello a acuerdos de colaboración con empresas deBarcelona.
En 1956, adquiere la compañía de chocolates La Tropical de Mahón, fundada en 1883 y en la cual Sintes había trabajado como aprendiz de pastelería.
En los años 60 el helado sigue siendo considerado como un producto de lujo. Pero el fuerte desarrollo del turismo y la restauración, combinado con un mayor acceso a los frigoríficos, permiten a La Menorquina a ganar presencia en los restaurantes de las islas.
La llegada de nuevos competidores al mercado empuja a La Menorquina a evolucionar pues entonces se decanta por comprar parte de la empresa barcelonesa Helados Marisa y posteriormente se fusiona con la multinacional Beatrice Foods.
De este modo consigue hacer frente a los nuevos retos, modernizando la compañía sin perder lel control de su gestión, ni su filosofía de servicio al cliente, ni esa forma de trabajar que le convertiría así pues claro líder nacional en restauración.
En 1978 un nuevo acontecimiento inesperado vuelve a poner a prueba la resistencia de la compañía pues se produce el incendio de los almacenes frigoríficos, o sea, un duro golpe que no merma pues un ápice la ilusión de Sintes, quien rápidamente aprovecha esta oportunidad para construir así una nueva y moderna
fábrica que inaugura en 1980.
Tal es la confianza que los bancos tienen en él, que las nuevas instalaciones se construyen contando con su apoyo incondicional.
En 1980 la empresa inicia una rápida expansión por toda la península y es además la década de las frutas heladas, que constituyen una auténtica innovación en el sector.
Sintes se inspira en grandes chefs franceses que servían este postre en ocasiones especiales, y lo adapta al gusto del mercado nacional, o sea, los restauradores españoles lo hacen suyo de inmediato, y entonces lo convierten en uno de los iconos de la marca hasta el punto de que La Moncloa y La Zarzuela se hacen clientes fieles de este postre.
En 1990, la compañía empieza su aventura en el mundo de la internacionalización exportando entonces sus productos a nada menos que 27 países y tras la jubilación de Sintes al final de la década, otro gran emprendedor, Don Delfín Suárez (propietario de la empresa canaria Kalise) compra así la totalidad de las acciones de La Menorquina.
La Menorquina vuelve así a ser una empresa familiar, ahora dentro del nuevo Grupo Kalise Menorquina, S.A. iniciando un largo periodo de crecimiento y consolidación.
Tras la profunda crisis económica iniciada en 2008, la empresa sufre ante el cierre de una gran cantidad de numerosos establecimientos hosteleros y la caída en facturación de los mismos.
En respuesta, La Menorquina decide diferenciarse aún más de sus competidores reforzando su gama de soluciones de alto valor y apostando por la calidad.
En su 75 aniversario, La Menorquina recupera el respeto por la tradición y mantiene el legado de aquél joven e intrépido pastelero conocido como el “Mestre”, quien sabía así que la pasión por el trabajo bien hecho era esencial para crear recetas innovadoras.
Para compartir todo este conocimiento, se crea La Academia del Postre, una iniciativa dirigida por los asesores gastronómicos de La Menorquina con la voluntad de inspirar a sus clientes en la creación de postres excelentes.
En 2017, la Menorquina pasa a formar parte de Farggi La Menorquina (Lacrem, S.A), primer fabricante de helados de marca propia en España.
En 2018, La Menorquina sigue siendo un referente de postre auténtico y natural en cartas de restaurantes en todo el mundo pues además, en esta nueva etapa, quiere formar parte del día a día del consumidor así identificándose con la verdadera Creación Mediterránea.
Fuente: https://menorquina.com/historia