Batalla de Madonna del Olmo

La batalla de Madonna del Olmo o batalla de Cuneo, se libró en las afueras de Cuneo el 30 de septiembre de 1744 donse se enfrentaron el ejército del rey Carlos Manuel III de Cerdeña ante las tropas hispano-francesas de Luis Francisco I de Borbón-Conti en la Guerra de Sucesión de Austria .
La batalla terminó con una victoria de los ejércitos de España y Francia sobre el Reino de Cerdeña, pero no avanzó la campaña de los vencedores.
El 30 de septiembre de 1744 tiene lugar la batalla de Madonna del Olmo, paraje de las inmediaciones de la ciudad de Cuneo, Italia, a unos 90 km al sudoeste de Turín.
Dicha fecha constituye la jornada más gloriosa en la historia del Regimiento Lusitania donde la batalla fue como consecuencia al avance por parte de las tropas piamontesas, mandadas por el propio rey sardo, Carlos Manuel, que amenazaban con romper la línea del frente hispano-francesa en el sector situado entre Madonna del Olmo y Lyonais.
Las tropas hispano-francesas despliegan con su flanco derecho apoyado en el convento y, el ala izquierda, en una serie de casas de campo aisladas pues disponen de 26 batallones de infantería y 4000 jinetes, que se sitúan en dos líneas.
Defendiendo el convento, están situados los Dragones de Edimburgo y en la izquierda del dispositivo, en primera línea, son los regimientos franceses de Languedoc, Chavoc y Comisario General, junto a los españoles de Guardias de Corps, Carabineros Reales, Granaderos Reales, Montesa y Dragones de la Reina.
En segunda línea, Caballería del Príncipe y Sevilla, Dragones de Numancia y Lusitania pero los de Frisa y Pavía, según el parte oficial de la batalla “… quedaron a sostener la derecha, el primero apoyando la infantería española y el segundo la francesa, ya que fueron los que más padecieron inmóviles el fuego…” El Regimiento Calatrava quedó en reserva.
Los sardos contaban con 32 batallones y otros tantos escuadrones pues ante ello los piamonteses son conscientes de su inferioridad en tropas montadas adoptan la solución de cubrir su derecha y parte del centro con caballos de Frisia donde el ataque de la infantería sarda fue por la parte del frente que habían dejado libre.

Despliegue de fuerzas
Los sardos alinearon entre otroa a los siguientes regimientos de caballería: Real Piamonte, Saboya y Draqones de Su Majestad, del Genovesado, de la Reina y de Piamonte. En reserva quedaron las compañías de carabineros de todos los cuerpos y la Guardia de Corps. Estas fuerzas se situaron al abrigo de los caballos de Frisia.
En los sucesivos asaltos que realizaron, hicieron uso de tropas selectas: Las Compañías de Granaderos reunidas e infantería ligera croata, además de la Brigada de Saboya.
A pesar de sus numerosas bajas, estas fuerzas consiguen abrir brecha en el dispositivo de las fuerzas hispano-francesas, concretamente donde estaba el Regimiento de Infantería de Lyonnais.
Pero las unidades del ala izquierda de éste, los Dragones de Frisia y Pavía, siguen en sus posiciones pues gracias a ello, dos cuerpos provenientes de la segunda línea, Numancia y Lusitania, tienen tiempo para ir hasta el punto amenazado.
Ambos, pie a tierra, entran en fuego inmediatamente, consiguiendo detener la progresión de los contrarios y no satisfecho con esto, el Lusitania pasa al contraataque.
Sus hombres intentan, con sucesivas cargas, buscar el flanco de la columna atacante, pero son a su vez enfilados desde la izquierda por el fuego de los sardos, que disparan al abrigo de los caballos de Frisia que unido a la difícil compartimentación del terreno, a base de canalillos y acequias, acabó por desorganizar al Regimiento.
Dos tercios del Lusitania quedan fuera de combate pero entonces acuden nuevas unidades, incluido un batallón francés, que toma a la bayoneta la batería que apoyaba el ataque del rey sardo.

Carga del regimiento de dragones Lusitania.
Este intentará de nuevo romper la línea hispano-francesa, sin lograrlo y los contraataques de sus adversarios tampoco tendrán mayor éxito; así, fracasa una carga del Pavía a caballo.
Ante esta situación. estaba claro que el mismo Rey Carlos Manuel III no iba a poder auxiliar a Cuneo pues al anochecer, se retira y entonces la batalla le había costado 3.500 muertos y heridos, 800 prisioneros, tres piezas y otras tantas banderas.

Despliegue Inicial
Los aliados perdieron 2.000 hombres y socorrida la plaza de Cuneo por los aliados del rey sardo, y habiendo firmado el Marqués de la Mina la decisión de regresar de nuevo a Saboya y al Delfinado.
El Lusitania se acantona en Niza el 18 de noviembre, donde repuso las bajas con nuevos efectivos y ganado pero además fue premiado, por el gran papel que jugó en la batalla de Madonna del Olmo, con la concesión de un nuevo privilegio, caso único en los anales de la caballería: llevar tres calaveras con las tibias cruzadas en las bocamangas.
Posteriormente, las tres calaveras se cambiaron por tres triángulos, para indicar que el Regimiento siempre era igual a sí mismo. Más tarde y, según la tradición, dado que las figuras geométricas podían ser interpretar como un símbolo masónico, se sustituyeron por tres botones.
También, se le concedió al Lusitania, como un emblema, una calavera y dos tibias, y el derecho a ostentar en su Estandarte una corbata negra como un recuerdo de esta batalla.
En lo sucesivo se podrá comprobar que el negro será una constante, como color de la divisa, en casi todos los uniformes que habrán de usar entonces sus componentes junto con las divisas «Vencimos en Tamames» y «Lusitania Tessera Onmi Armatura Fortier» (Los valientes del Lusitania no necesitan armadura».
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Madonna_del_Olmo