Batalla de Mediolanum

La Batalla de Milán fue un enfrentamiento militar que tuvo lugar en la primavera del año 260 entre las fuerzas del Imperio romano y la confederación tribal de los alamanes, siendo la primera incursión bárbara en la península itálica desde las Guerras marcomanas.
En el 253 Galieno y su padre, Valeriano, llegaron al poder juntos pues al primero se le encomendó la defensa de las fronteras occidentales mientras que el segundo fue a la guerra contra los godos en Asia, y posteriormente contra el Imperio sasánida de Sapor I en Siria y Mesopotamia. Además, debió enfrentar en la línea del Danubio al usurpador Ingenuo.
En el año 259, los alamanes que serían unos 300.000 incluidos los civiles cruzaron los pasos alpinos y atacaron el fértil llanura del río Po provocando el terror en Roma, ya que todavía las ciudades no estaban amuralladas.
El Senado de Roma preparó a toda prisa ejército improvisado de plebe para el combate en un intento de de proteger a la ciudad pues Galieno acababa de derrotar al pretendiente Ingenuo cuando llegó la noticia de la invasión de los alamanes.
Él marchó con las legiones I Adiutrix, II Italica y II Parthica para interceptar a los bárbaros en Italia y para entonces, según el historiador bizantino Juan Zonaras, los alamanes se había retirado ante de la inesperada resistencia de los ciudadanos de Roma y su Senado.
Cuando Galieno llegó al valle del Po con unos 60.000 soldados, se encontró con los alamanes cerca de Mediolanum, la actual Milán donde la victoria fue total: según Zonaras 300.000 alamanes murieron aquel día, y el emperador recibió el título de Germanicus.

Invasiones bárbaras 258-260
En el año 260, las provincias orientales de Siria, Palestina y Egipto se independizaron tomando el nombre de Imperio de Palmira, con respaldo sasánida, dejando en el centro al Imperio romano propiamente dicho que estaba basado en Italia, los Balcanes, Asia Menor y las provincias leales del norte de África.
Cuando los sasánidas persas atacaron las provincias romanas en Oriente, parte de las tropas de las limes del Rin y Danubio fueron retiradas y trasladadas a esa zona por lo que la frontera renana quedó debilitada.
En el 268, los marcomanos iniciaron la invasión de Italia llegando hasta Rávena donde fueron detenidos pues Galieno tuvo que interrumpir de repente la campaña.
Su co-emperador y padre Valeriano, había sido derrotado y hecho prisionero por los sasánidas y tan pronto como la noticia llegó a Roma, una guerra civil estalló y Galieno retiró tropas del Rin.
Todos los campos militares romanos, torres de vigilancia y asentamientos civiles a lo largo del Limes desde el Rin hasta el Danubio fueron destruidas o abandonadas, y las provincias fueron asaltados peor que nunca.
La población civil de la región, se fue al interior del Imperio Romano y muchas fortalezas a lo largo del Rin fueron destruidas, Colonia y Tréveris fueron conquistadas y saqueadas.
También una gran parte de los Países Bajos, Bélgica y Francia fueron devastadas, París estalló en llamas y la guarnición de Bonn no fue destruida, pero las aldeas y asentamientos estaban sin protección y la población se refugió en las guarniciones.
Fuente: https://arrecaballo.es/edad-antigua/invasiones-germanicas/invasiones-en-el-siglo-iii/