La Virgen del Rayo

Nuestra Señora del Rosario del Rayo o popularmente conocida como Virgen del Rayo o Nuestra señora del Rayo es una advocación mariana originaria de Guadalajara (Jalisco, México).
En la madrugada del 13 de agosto de 1807 una terrible tormenta estalló sobre la ciudad donde resulta que la lluvia golpeó las ventanas, un trueno hizo temblar el edificio y despertó a todas las religiosas ya que un rayo golpeó la imagen de la Virgen del Rosario con el Niño que estaba en el dormitorio.
Estalló un incendio y las religiosas se alejaron con rapidez pues cuando se controló el incendio, entonces comprobaron que la imagen de la Virgen estaba ennegrecida, y también su rosario, aunque el Niño había quedado ileso, igual que los cuadros de Santo Domingo y de la Trinidad.
Pese al rayo y el incendio, todas las religiosas estaban ilesas, dieron gracias a Dios y a la Virgen y llevaron la imagen ennegrecida a la capilla del convento.
Cinco días después, el 18 de agosto, dos obreros y algunas monjas se encontraban en la capilla a media tarde y de repente, se fue la luz del sol, tapada por unas nubes negras repentinas.
Según se cuenta, la estatua de María comenzó a brillar con un intenso resplandor “sobrenatural”, o sea, los testigos querían huir pero se encontraban como petrificados o hipnotizados mirando la estancia.
En ese momento entraron el resto de religiosas para las Vísperas y acto seguido sonó un trueno, brilló un relámpago, un destello de luz golpeó la estatua ennegrecida y todos vieron cómo cambiaba de color.
La imagen cambió de color, a rosado, a blanco, y luego a su color original. Los ojos, que 5 días antes se habían roto, ahora se abrieron y brillaban como diamantes donde el segundo destello «reparó» entonces lo dañado por el primer rayo.
Cuando se daba un milagro en el s.XVII y XVIII, enseguida llegaron escribanos, testigos y autoridades para levantar acta y dejar papeles al respecto.
Respecto a esto, el capellán del convento Manuel Cerviño hizo una investigación, al igual que José María Gómez y Villaseñor que llegaría a ser nombrado obispo de Michoacán.
Los documentos originales en los que dejaban testimonio de este hecho milagroso se perdieron durante la Guerra civil de los Tres Años (de 1858 a 1861), pero los hechos y los textos se recordaron.
Con la aprobación de la Iglesia, nació la devoción a la Virgen del Rayo, apoyada entonces por curaciones milagrosas que se documentaban destacando varios casos.
Así, la religiosa del convento Cecilia de San Cayetano, de 22 años, enfermó de «una fiebre que le paralizó la columna», o sea, los tratamientos que le recomendaban los médicos no le ayudaron pues resulta que no podía caminar y sufría constante dolor.
El 17 de diciembre de 1850 sintió un impulso irresistible de visitar a la Virgen del Rayo en la capilla y al llegar se desplomó a sus pies casi inconsciente, o sea, se sentía abatida también espiritualmente y rezó así: “Oh, devuélveme la salud, Madre Buena, que si sigo así temo por mi salvación”.
Una vez terminado el rezo, el milagro fue inmediato, o sea, regresó caminando sin ayuda a su habitación por primera vez en 8 años y vivió otros 20 años con buena salud.
Otra curación registrada fue la de doña Micaela Contreras, quien se curó de forma instantánea el 17 de septiembre de 1856, después de sufrir una parálisis por 32 años.
En 1940 la imagen recibió la coronación pontificia concedida por Pío XII, con una ceremonia en la propia catedral y en la ciudad le dan dos títulos más: defensora de los que no tienen trabajo y de los que tienen necesidades urgentes.
Fuente: https://www.religionenlibertad.com/america_latina/682689338/rayo-ennegrecio-virgen-limpio-sanaciones-asombrosas.html