El misterioso asesinato de William Desmond Taylor

El asesinato de William Desmond Taylor, un famoso actor y director de cine, fue encontrado muerto por una bala el 2 de febrero de 1922, en el living de su bungalow de Los Ángeles.
En los bolsillos de Taylor, se encontraron 78 dólares, una cigarrera, un reloj, un medallón con la foto de la actriz Mabel Normand, y un anillo de diamantes en uno de sus dedos, por lo que se deduce que el motivo del crimen no fue un robo.
Además, se sabía que había una larga suma de dinero, que Taylor se la había mostrado a su contador antes de morir pero nunca se encontró, o sea, desapareció misteriosamente.
La lista de sospechosos era larga y esta conformada por empleados de Taylor, y celebridades de Hollywood, pero a pesar de la gran cantidad de personas que pudieron haberlo hecho, el crimen sigue sin resolverse.
Edward Sands, un ex convicto por malversación de fondos y desertor del ejército, trabajo como valet y cocinero de Taylor hasta 7 meses antes de su muerte.
Cuando Taylor viajo a Europa, Sands, falsificó los cheques de Taylor y un tiempo después entró a robar en el bungalow del director, dejando sus huellas en la cama.
Después del asesinato, jamás se volvió a saber de él y el remplazo de Sands, fue Henry Peavey, quien fue la persona que encontró el cuerpo de Taylor en su bungalow.
Peavey al igual que Sands, tenía un pasado tumultuoso, con un record criminal que incluía arrestos por indecencia pública que involucraban a niños menor de edad.
Mabel Normand, había sido una actriz muy popular del cine mudo, que brillo al lado de estrellas como Charlie Chaplin, y Roscoe Arbuckle, pero que tenía una seria adicción a la cocaína.

The Washington Times haciéndose eco del asesinato de Taylor.
Se decía que Taylor estaba profundamente enamorado de Normand, y que se había ofrecido a ayudarla con sus problemas de adicción en reiteradas ocasiones.
Incluso se habría reunido con fiscales federales para presentar cargos contra las personas que le vendían drogas a la actriz y una de las hipótesis más solidas apunta a que el grupo de personas que le facilitaba los narcóticos a Normand contrato a un asesino a sueldo para matar al director.
Como si fuera poco la noche del asesinato, se la vio a las 7:45 pm saliendo del bungalow del director de muy buen humor y tirándole besos a Taylor desde su limusina.
Fue la última persona en verlo con vida y tras la muerte de la actriz por tuberculosis, según su amiga y confidente, Julia Brew, Normand se pregunto antes de morir, si alguna vez encontrarían al asesino de Taylor.
Faith Cole MacLean, era la esposa del actor Douglas MacLean, quienes eran vecinos de Taylor y que el día del asesinato, la pareja se alarmó por un ruido producido alrededor de las 8 pm.
MacLean corrió a su puerta a ver de que se trataba cuando se vio cara a cara con alguien que salía de la casa de Taylor, y quien según ella estaba vestido como un ladrón de películas.

Dos de los posibles asesinos: Henry Peavy y Mabel Normand
MacLean termino pensando que el ruido había sido producto del escape de un vehículo y mas tarde le contó a la policía que la persona que vio aquella vez, podría haber sido una mujer disfrazada de hombre.
También el mánager general de Paramount Pictures, Charles Eyton se vio envuelto en el escándalo y formó parte de la lista de sospechosos cuando se descubrió que Eyton entro al bungalow de Taylor con un grupo de empleados de Paramount y removieron objetos comprometedores sin permiso de la policía.
Mary Miles Minter y su madre Charlotte Shelby también forman parte de la historia ya que Mary fue una exitosa actriz de niña y adolescente a quien le debe toda su carrera a Taylor que la tenia bajo su protección.
Después de la muerte del director, fueron encontradas en la casa de Taylor, algunas cartas de amor escritas por la propia Minter, lo que llevo a que algunos reporteros y escritores insinuaran que la relación entre Taylor de 49 años y Minter de 19, habría comenzado cuando ella tenia 17.
Tras el descubrimiento de esas cartas entre Taylor y Minter y la posterior difusión de las mismas la joven actriz ya no volvió a ser la misma pues se retiró del mundo de la interpretación pese a recibir en ocasiones algunas ofertas.
En el caso de su madre Charlotte Shelby manipuló todo lo que pudo la carrera de su hija pero además guardaba en su casa una calibre 38, un arma muy peculiar con balas muy inusuales que guardaban una peligrosa similitud, con las que se encontraron en la escena del crimen en la casa del director.

Otras sospechosas del crimen: Mary Miles Minter y Charlotte Shelby.
En 1938, Shelby arrojó la pistola al río y al enterarse de ello Margaret Shelby, otra de sus hijas, acusó a su madre de asesina durante una pelea, osea, Shelby llegó a ser una de las sospechosas principales por la prensa, la cual insinuó que Shelby estaba dividía entre un sentimiento de protección maternal por su hija y los celos de su propia atracción por Taylor.
Veinte años después, Burton Fitts, un abogado del distrito concluyó que no había suficientes pruebas para procesarla y por tanto considerarla culpable del asesinato.
Margaret Gibson era una actriz que trabajó con Taylor y quien ya había sido procesada por cargos de prostitución y contrabando de opio en el pasado.
Gibson tenía 27 años y se encontraba en Los Ángeles el día del asesinato, pero su nombre jamás se encontró entre los de los sospechosos investigados.
Después de la muerte de Taylor en 1999, Taylorology, publicó un artículo que decía que en octubre de 1964, mientras Gibson sufría un ataque al corazón en Hollywood, confesó en su lecho de muerte que había disparado y matado a William Desmond Taylor.
Gracias a una mezcla de corrupción y un manejo defectuoso de la escena del crimen, mucha de la evidencia física se perdió, y el resto fue desapareciendo con los años dejándonos con un cúmulo de teorías y algunos sospechosos, pero ninguna evidencia concreta de quien mató a William Desmond Taylor.
Fuente: https://curiosidadescuriosas.com/curiosidades-famosos/el-misterioso-asesinato-de-william-desmond-taylor