El asesinato de Jean-Pierre Vaquier

Inventor francés de 45 años que fue condenado en julio de 1924, por la muerte de Alfred Jones, propietario del Hotel del Ancla Azul de Byflett (Surrey).
El año anterior, la señora Jones había pasado unas vacaciones en Biarritz y conociendo en el hotel donde se hospedaba a Jean-Pierre Vaquier, el encargado de manejar la última novedad del establecimiento: un aparato de radio y se enamoraron.

Mabel Jones la amante de Jean-Pierre Vaquier
Al volver Mrs. Jones a Inglaterra, Jean-Pierre Vaquier la siguió esperando vender allí la patente de una máquina de su invención destinada a la fabricación de salchichas y subvencionado por su amante, estuvo durante seis semanas en el Hotel del Ancla Azul.
Al levantarse en la mañana del 29 de marzo, sintiendo aún los efectos de la noche anterior, se sirvió una dosis de sales de bromo que guardaba en el bar.
Las sales no hicieron efervescencia, y su sabor era amargo y pocas horas después, el Señor Jones había muerto ya que había sido envenenado con estricnina.

Jean Pierre-Vaquier durante el juicio
Al leer el periódico a la mañana siguiente un farmacéutico, reconoció al francés como el hombre que había adquirido en su establecimiento algunas semanas antes cierta cantidad de estricnina.
Gracias a las informaciones y pruebas facilitadas por el farmaceútico la policía consiguió localizarlo y Jean-Pierre Vaquier fue arrestado y acusado del crimen.
Sin embargo, Vaquier no fue detenido inmediatamente, o sea, quince días después aún estaba en libertad pero tras su detención el juicio se celebró en julio en el ayuntamiento de Guildford.
En su relato del caso, sir Patrick Hastings nos dice:
«Jean-Pierre Vaquier fue el único hombre a quien yo haya acusado de asesinato, y el caso me disgustó intensamente. Yo era procurador general al someterse el crimen y, como un funcionario de la ley invariablemente conduce la acusación en un caso de muerte por envenenamiento, la tarea recayó en mí. Yo no sentía ninguna simpatía por el extraño hombrecillo sentado en el banco de los acusados, pero el proceso me preocupó mucho, en parte porque no me convencía el móvil del asesinato y, en parte, porque la experiencia de interrogar a un hombre cuando le va en juego la vida es algo que no deseo repetir nunca.
Los alaridos y gesticulaciones de poco le sirvieron ya que las pruebas presentadas contra él fueron decisivas declarándolo culpable y siendo condenado a muerte.
Fue conducido a la prisión de Wandsworth y allí, gritando: «Vive la France!», fue ejecutado el 12 de agosto de 1924.
Fuente: https://criminalia.es/asesino/jean-pierre-vaquier/