LA MEDICINA ISLÁMICA: EL CALIFATO
Tras la caída del Imperio Romano, las ideas griegas sobre medicina se conservaron y se transmitieron con gran precisión en el Imperio Islámico. Bajo el califato abasí, se estableció un centro en Bagdad específicamente para la traducción de una gran variedad de textos no islámicos al árabe. Los eruditos de todo el Imperio Islámico (entre ellos, árabes, persas y judíos) no sólo sistematizaron la medicina griega, incluyendo las ideas de Galeno, sino que además incorporaron escritos médicos del Talmud, enseñanzas del ocultismo de Egipto e ideas ayurvédicas de la India. Tanto el Carakasamhita como el Susrutasamhiat, por ejemplo, fueron traducidos al árabe. Estos eruditos también lograron avances muy importantes en el campo del conocimiento.
Uno de los principales iluminados del este del califato fue Al-Razi (conocido en el oeste como Rhazes; alrededor de 860 a 930), persa, que escribió lo que hoy se conoce como el Libro de medicina de Al-Razi, en el siglo IX. Al-Razi distinguió la viruela del sarampión, caracterizó las reacciones alérgicas, advirtió que la fiebre era una de las formas en las que el cuerpo lucha contra las enfermedades e incorporó el uso de tripas de animales para suturar heridas y de escayola para enyesar.
Eben Sina (conocido como Avicena; 980–1037), persa, sistematizó los conocimientos médicos del siglo XI. Sus obras fueron utilizadas en las universidades europeas durante siglos. Entre sus principales aportes se encuentra el descubrimiento de la naturaleza contagiosa de las enfermedades infecciosas y la incorporación de los períodos de cuarentena para restringir su propagación. También introdujo la experimentación sistemática.
En el siglo XIII, un árabe llamado Ibn Nafis (1213-1288) fue el primero en describir la circulación de la sangre a través de los pulmones. Esto cuestionó la idea de Galeno, que afirmaba que la sangre pasaba directamente entre los ventrículos del corazón.
En el califato occidental o español, Al-Zahrawi (conocido como Albucasis; 936-1013) escribió el primer tratado sistemático e ilustrado sobre cirugía, publicado alrededor del año 1000. Ibn Zuhr (conocido como Avenzoar; c. 1091-1161) también cuestionó muchas de las ideas de Galeno. Destacó la importancia de la experiencia por sobre la doctrina y fue el primero en describir con precisión la sarna y la pericarditis. Un contemporáneo de Ibn Zuhr fue Maimónides (1135-1204), el mejor médico judío de la Edad Media. Sus escritos incluyen una influyente obra sobre higiene. Con el tiempo, Maimónides se trasladó al oriente para convertirse en el médico del famoso sultán Saladino.
Los eruditos del mundo islámico también hicieron aportes importantes a la farmacología, gracias a la creación de una gran cantidad de formularios de drogas. La palabra droga es de origen árabe, y los árabes introdujeron muchas otras. Entre ellas se incluyen el alcohol; la benzoína, resina balsámica utilizada como expectorante y como sustancia protectora para la piel; el alcanfor, sustancia cerosa obtenida de los alcanforeros y utilizada como anestésico tópico suave; el láudano, forma del opio; la mirra, resina gomosa que tiene diversos uso médicos (y es uno de los regalos de los Magos de Oriente en la historia del nacimiento de Jesucristo); y el sen, hierba leguminosa utilizada como purgante.
La atención era suministrada por distintas clases de médicos, la mayor parte de los cuales utilizaban métodos tradicionales. Sin embargo, en las principales ciudades se habían creado hospitales. Al parecer, si bien su creación se inspiró en el cuidado de los enfermos que brindaban los monasterios cristianos, pronto se volvieron más complejos. Las principales instituciones se encontraban en ciudades como Bagdad, El Cairo y Damasco, y muchas otras estaban diseminadas por ciudades de todo el mundo musulmán. El hospital de El Cairo tenía salas separadas para distintas enfermedades, para mujeres y para convalecientes. Todavía se utilizaba cuando Napoleón invadió Egipto, a fines del siglo XVIII. Las primeras instituciones para el cuidado de enfermos mentales también se fundaron en el mundo musulmán.
Los avances de los médicos islámicos tardaron mucho tiempo en llegar a la Europa medieval, donde las personas que estaban enfermas visitaban los santuarios dedicados a los santos cristianos.
Fuente: http://www.planetseed.com/