Historia y origen de los camisas negras

Los camisas negras fueron un grupo radical italiano liderado por Benito Mussolini que nació inicialmente bajo el nombre de facii di combatimento y que luego tomó la denominación de camiscie nere en alusión al color del uniforme que portaban sus integrantes.
De estructura militar y con funcionamiento paralelo al ejército oficial, constituyeron una fuerza entrenada para ejecutar acciones de choque, control y neutralización del enemigo: sindicatos, huelguistas e incluso intelectualidad de izquierda adversa al fascismo.
Con su lema en boca (“Sirviendo a Dios y la Patria”) se encargaban de hacer el “trabajo sucio” para sacar del juego a todo aquel que se manifestara contrario al ideario fascista, en especial a los socialistas y a los comunistas por lo que fueron conocidos por sus acciones violentas, que iban desde el acoso verbal hasta el hostigamiento físico, llegando incluso al asesinato.
En noviembre de 1918 culminó la Primera Guerra Mundial y tras ello, comenzó un período de posguerra marcado por una profunda crisis económica y social en Europa.
La tropa italiana retornó en esas mismas condiciones y, además, llevó a cuestas una victoria con sabor a derrota, o sea, el malestar italiano se debió al incumplimiento de los tratos y beneficios (territorios) que se habían prometido a Italia como recompensa por participar en la Primera Guerra Mundial apoyando a los aliados.
Los soldados italianos, sin otro enemigo a quien enfrentarse, se fueron aglutinando y comenzaron pues a ocuparse de contrarrestar pequeños focos insurreccionales socialistas.
El Duce (como era llamado Mussolini) empieza a tomar fuerza como líder; algunos vieron así en sus ideas una ruptura con el pasado y una promesa de futuro, o sea, había exmilitares retirados, miembros de las fuerzas de asalto, eruditos nacionalistas italianos y noveles terratenientes.
En 1919 este heterogéneo grupo fue reconocido como los camisas negras y para la fecha era un cuerpo conformado por doscientos mil italianos, con edades comprendidas entre 17 y 50 años que pertenecían a las clases medias bajas del campo y de la ciudad.
En su mayoría los Camisas Negras no buscaban reivindicaciones sociales, ya que estos no provenían de los estratos más pobres. Su objetivo era consolidar al líder que enarbolaba esas ideas nuevas con las que se identificaban y que los congregan: el fascismo.
Tras la guerra, Italia quedó con su economía golpeada y con la sociedad resquebrajada, o sea, ello generó la atmósfera perfecta para buscar un cambio.
Los grupos de derecha contemplaban con horror el fortalecimiento de la nación comunista en Rusia, y los grupos de izquierda de la unidad nacional aspiraban a consolidarse en un Estado comunista.
El fascismo tuvo como antecedente a una gesta llevada a cabo por el literato y también militar Gabriele D’Anuncio, o sea, se le considera el padre ideológico de Mussolini, ya que de él aprendió los principios básicos de lo que se convertiría en el movimiento fascista.
Para el 14 de enero de 1923 los camisas negras fueron nombrados como milicia oficial del estado por el Gran Consejo Fascista pues se les dio carácter institucional al ser catalogados formalmente como Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional (MVSN).
Fueron una militancia muy útil al Partido Fascista. Sin embargo, fueron tantas y tan graves sus agresiones que el 21 de junio de 1925 se les instó a abandonar los modos violentos a lo que hicieron caso omiso.
El fascismo, la fuerza ideológica que motorizó a los camisas negras, es una corriente política propuesta y practicada por Benito Mussolini en Italia en 1918, o sea, el fascismo fue considerado una tercera vía en el siglo XX debido a que se oponía a las corrientes de derecha, de izquierda y del centro. Por esta razón fue denominado el antipartido.
La palabra fascismo deriva del antiguo término italiano fascio, que traducido al español quiere decir “haz, o sea, un haz es un manojo de varitas que representaba pues a la autoridad en el esplendor de la época republicana de la vieja Roma.
Como símbolo, el fasces alude a la fuerza en la unión, ya que una varilla por separada es fácil de quebrar pero en un manojo de varas es muy difícil de romper.
En efecto, varios grupos estaban indignados por las posturas débiles del gobierno italiano. Este era pasivo ante el arrebato de privilegios de los derechos ganados por pelear al lado de los vencedores en la Primera Guerra Mundial y por ello, estos focos pasaron a acciones violentas.
Dichos focos se unificaron en diciembre de 1914, fecha en la que Mussolini promovió la creación del Fasci d’Azione rivoluzionaria donde reunió entre sus filas a los grupos simpatizantes de las doctrinas facistas y a quienes estaban descontentos con las políticas del momento.
Es así como el término fascio pasa a ser propiedad de un grupo de extremistas a cargo de el Duce que así ahora van por el poder y el 7 de noviembre de 1921 se creó el Partido Nacional Fascista (PNF), que dirigió el destino de Italia durante 25 años.
Las características de la ideología fascista son:
- Se buscaba la eliminación de los partidos opositores, alzándose como gobierno autoritarista de un solo partido. Empleó la violencia y el terror como elemento positivo, socialmente terapéutico y útil para disuadir a los contrincantes.
- Uso de elementos, terminología y simbología militar, con la finalidad de militarizar a la sociedad civil y mantenerlos en actitud de defensa combativa activa. Hubo una excesiva veneración a lo viril y a la juventud como garantes de la transformación nacional.
- Repudio y ataque a lo marxista, liberalista y derechista.
- Violación flagrante de los derechos humanos.
- Ambiciones de desarrollo nacional con miras a expandirse como imperio.
- El fascismo fue replicado en la Alemania de Hitler y luego en la España de Franco.
Fuente: https://www.lifeder.com/camisas-negras/